Panamá: escenario de rivalidad cubana

Panamá: escenario de rivalidad cubana


El primer gobernante llegó anoche. A eso de las 7:30 p.m. arribó al aeropuerto de Panamá Pacífcio el primer ministro de Belice, Dean Oliver Barrow. Hoy, esa misma terminal aérea recibirá a otro grupo de mandatarios del continente, entre ellos, el de Colombia Juan Manuel Santos, y Enrique Peña Nieto, de México. Barack Obama, mandatario de Estados Unidos, llegará a través del aeropuerto de Tocumen.



La seguridad en el Centro de Convenciones Atlapa está garantizada. 500 policías vigilarán los alrededores del recinto, y otros 800 efectivos harán lo propio dentro. Mientras que el resto de la fuerza pública está desplegada en aeropuertos, principales vías de la capital, y en  hoteles.



EXPECTATIVAS



Panamá es la anfitriona y el centro de debate de la geopolítica del área. Cada presidente llega al istmo con su agenda, con expectativas.



Por el momento, las luces están puestas en el triángulo: Barack Obama, de Estados Unidos (EU); Raúl Castro, de Cuba; y Nicolás Maduro, de Venezuela.



Maduro, de acuerdo a cables internacionales dados a conocer en las últimas horas, comentó a su homóloga brasileña Dilma Rousseff, otra de las que viene a la Cumbre, que tiene la “disposición de promover una reducción en las tensiones” diplomáticas con EU.



A raíz de un decreto promulgado por Obama en el que considera a Venezuela “una amenaza” a su seguridad nacional, Maduro emprendió una campaña en su país para recolectar firmas y pedirle a Obama en la Cumbre que deroge la disposición.

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Cubanos procastristas se enfrentan contra opositores en Parque Porras, Panamá

Con Castro, el escenario es distinto. Luego de que en diciembre pasado EU y Cuba decidieran retomar sus vínculos, el mundo espera que Castro y Obama en Panamá se den la mano, posen para la foto y alienten sus relaciones.

Santos, de Colombia, de acuerdo a un análisis de El Espectador, estará limitado por la coyuntura que atraviesa Cuba-Estados Unidos-Venezuela.

“Lejos de entrar en esos debates coyunturales, Santos quiere mantener el foco en la agenda propuesta para la cumbre de Panamá: avanzar hacia políticas conjuntas de desarrollo y competitividad. De tal manera que el grueso de las reuniones las sostendrá con empresarios que harán parte de un escenario de discusión fomentado por el Banco Interamericano de Desarrollo (la primera cumbre empresarial se celebró en Cartagena en 2011)”, asegura el rotativo colombiano.



Otro vecino que también trae un portafolio cargado a Panamá, es Costa Rica. Luis Guillermo SolÍs, presidente tico, se reunirá con Obama, y además participará en un encuentro con los miembros del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), en la que también estará el estadounidense.



La agenda de Peña Nieto, de México, es más cauta. Su presencia en Panamá “permitirá estrechar los lazos de amistad con todos los paÍses de las Américas”, de acuerdo a un comunicado oficial del país azteca. El mandatario, compartirá información sobre las reformas que su gobierno ha impulsado en educación, desarrollo social, energía, el sector laboral, y las telecomunicaciones, de acuerdo a información oficial de ese país.



DIFERENCIAS A FLOTE



Pero lejos de las agendas bilaterales y multilaterales del evento, en las calles panameñas hay ebullición, hay calor. Cuba encendió la llama. Sus históricas rivalidades ahora deambulan por las vías panameñas. Disidentes del régimen cubano y grupos oficialistas se enfrentaron ayer a puños en el mítico Parque Porras en el corazón de la capital. “Vendidos”, “imperialistas”, “viva Cuba”, “viva Fidel”, se escuchaba.



Guillermo Toledo, un abogado cubano exiliado en Puerto Rico hace 50 años y que estuvo en el Parque Porras cuando se dieron los enfrentamientos con sus compatriotas que defienden al gobierno de Raúl Castro, contó ayer que fueron a dicho lugar a llevar homenajear al busto de José Martí.



Estando allí, minutos después de que comenzaran a cantar el himno, un grupo de unas 20 personas salieron de la embajada de Cuba y se inició el enfrentamiento.



Cuenta Toledo que agentes de seguridad de la embajada, según él entrenados por militares y con conocimiento de artes marciales, y otras disciplimas, comenzaron a golpear a la comitiva que integraba. Narró que un hombre terminó con un ojo herido y una mujer empezó a vomitar desde que recibió un fuerte golpe en la cabeza.



Al menos 12 cubanos fueron detenidos. Toledo y el resto de los opositores fueron trasladados al hotel San Francisco, donde al final de la tarde de ayer, esperan a que los trasladaran a algún hospital de la capital para que los atiendan.

Rosa María Paya, disidente no estuvo en el área, pero más adelante denunció que hasta miembros de la policía extranjero intervinieron en el altercado para agredir a los opositores. “Hemos sido agredidos”, señaló.



“Ellos vinieron a defender el gobierno y a la revolución, nosotros venimos a defender a los jubilados, a los niños, a la sociedad civil”, dijo el ingeniero Eliécer Ávila, anoche en CNN cuando hablaba sobre la trifulca. Tildar el discurso de sus detractores de “obsoleto”.



SEGUNDO INCIDENTE



No fue el único altercado entre disidentes cubanos y castristas. Un capítulo similar se vivió en los alrededores del hotel El Panamá, donde se desarrolla el foro de la sociedad civil y actores sociales. Los ánimos se caldearon cuando al lugar se apareció el disidente Manuel Cuesta Morúa. Luis Morlote, seguidor de los Castro gritó: “En ese foro hay criminales, hay terroristas que quieren hablar en nombre de la sociedad civil cubana”, manifestó. Más consignas. “Terroristas”, “mercenarios”, gritaban. El oficialista dijo que la delegación oficial “no puede estar en el mismo foro” que los opositores, por lo que, molesto, anunció que se

retirarían del evento.



Es que Morúa y otros disidentes habían anunciado días previos al foro de la sociedad civil, que en esa cita presentarían una propuesta de reformas políticas en la isla.



Los choques entre las dos fuerzas provocaron un pronunciamiento oficial de las autoridades de La Habana. La agencia EFE recogió declaraciones del número dos de la isla Miguel Díaz-Canel, quien afirmó que para Cuba es “inadmisible” compartir espacios de debate en los foros sociales de la Cumbre de Panamá que con disidentes, que tildó de “representantes no legítimos” de la sociedad civil cubana y “mercenarios del imperio”.



Medios cubanos, como Cubadebate y Granma denunciaron ayer la presunta presencia en Panamá de Félix Rodríguez, uno de los involucrados en la muerte de Ernesto Ché Guevara, protagonista y símbolo de la Revolución.



La llama se encendió el pasado martes cuando grupos leales a los Castro, con el apoyo de organizaciones panameñas, se congregaron frente al Ministerio de Relaciones Exteriores donde leyeron una proclama que tenía un solo objetivo: repudiar la presencia de grupos opositores al régimen en los foros paralelos a la cumbre. Específicamente en de la sociedad civil.



“Mercenarios”, “terroristas”, “vendidos del imperio”, eran las consignas, freses incendiarias que se repetirían ayer una y otra vez.

No se descarta que un altercado similar ocurra hoy en esa misma tribuna, ya que las opositoras venezolanas Lilian Tintori, esposa del dirigente Leopoldo López, y Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma, esposa del apresado alcalde de Caracas.



(Con información de Luis Bellini y Eduardo Mendoza)

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