En realidad, en Panamá utilizamos mal el término de nuestro “pan frito” favorito: hojaldre u hojaldra, en algunos países de América, es una masa de varias capas.
En otras palabras, compa, es una especie de milhojas. Pero eso, francamente, es solo semántica.
Traída, junto con la harina, por los españoles, quienes a su vez la recibieron de los moros (de quienes heredamos el amor por la fritanga y la técnica de freír en aceite), nuestra criollísima hojaldre tiene sus hermanas desde el sur de la India (donde se le llama puri) hasta Dakota del Sur (donde se le llama frybread o fried bread) y es el pan oficial del estado, amén de ser alimento por antonomasia de sus tribus indígenas.
Pasando por el resto del continente, los mexicanos las preparan de diversas formas, dependiendo del estado y por lo general la apodan sopaipilla; este mismo nombre lo recibe en Chile y el sur de Perú y en Andalucía. En el Cono Sur la conocen como “torta frita”.