Andrés Torres, un deportista gigante

Andrés Torres, un deportista gigante


Chusy Jardine le gusta el deporte, en especial el béisbol, incluso jugó en las pequeñas ligas en el oeste de su Venezuela natal como pitcher y catcher.

De la mano del deporte, explica el hoy director de cine, se formó en conceptos que le han ayudado en su

vida, como disciplina, trabajo en equipo, integridad y amistad.

“Si mal no recuerdo, ese equipo, muchos años después de yo haber jugado allí, representó a Venezuela en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas y llegó a ganar esa serie mundial”, rememora.

Cuando Jardine era chico recuerda que en Venezuela había tres canales de televisión.

“Uno de ellos se dedicaba a difundir partidos de béisbol del sistema profesional en Venezuela y otro destacaba las Grandes Ligas. En esa época, ese tipo de difusión tenía mucha sintonía. Yo era uno de esos chamos (muchachos) que se quedaban viendo los partidos de comienzo a fin, uno tras otro, sábados y domingos”, explica este creador cinematográfico que lleva más de 25 años radicado en Estados Unidos.

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En materia de béisbol, a Chusy Jardine le gustan películas que han manejado este tema como 'Bull Durham', 'Sugar', 'Million Dollar Arm' y 'The Bad News Bears'.





PROYECCIONES

Chusy Jardine está en el cuarto Festival Internacional de Cine de Panamá  (IFF Panamá) con el documental Gigante, sobre el beisbolista Andrés Torres, quien sufre del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Recomienda ver su producción porque “abarca el trastorno THAD de una manera honesta, franca y con todo corazón”.

La película usa flashbacks de escenas narrativas “para darle textura y tendón a la historia de Andrés. Estos flashbacks son encantadores, sublimes, y capturan lo que es ser un niño con THAD”.

Esta es la primera vez que Gigante se ve en un festival de cine. “Es un estreno, una proyección especial, porque todavía estamos trabajando en su posproducción”, adelanta Jardine, que en materia de béisbol le gustan películas que han manejado este tema como Bull Durham, Sugar, Million Dollar Arm y The Bad News Bears.

Antes del IFF Panamá, la única proyección que se había hecho de Gigante fue en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos). “Allá recibimos tres ovaciones y se derramó un río de lágrimas. Cabe destacar que se hizo en el Colegio Médico de esta universidad y la mayoría del público estaba compuesto por expertos en el trastorno y gente con THAD”, recuerda.

Un buen día recibió un correo electrónico de uno de los propietarios minoritarios del equipo de los Gigantes de San Francisco.





EL ATLETA

Además del carisma que tiene, lo que más admira de Andrés Torres es la perseverancia de cumplir su meta: llegar a las Grandes Ligas en Estados Unidos. “Eso me inspira de él y es donde más me identifico. Esa idea de ser abnegado, de sacrificarse para lograr su meta, es algo que es necesario para el éxito”.

Como jugador, lo que respeta de Andrés Torres es su destreza atlética.

“Es el segundo pelotero más veloz en la historia del béisbol, pero lo que más me asombra es que a pesar del caos que es su mente, al tomar el bate es capaz de conectar con la bola. Según muchos, no existe reto más difícil en el deporte que batear una pelota de béisbol que viene hacia ti a 90 millas por hora”, destaca.

UN CORREO

Chusy Jardine no sabía nada acerca de Andrés. Un buen día recibió un correo electrónico de uno de los propietarios minoritarios del equipo de los Gigantes de San Francisco, que deseaba producir una película acerca de sus jugadores latinoamericanos.

“Andrés había oído de mí a través de un amigo que

había visto un documental sobre deportes que dirigí acerca del ciclista colombiano-estadounidense George Hincapié. También supo que yo era latino y que había dirigido comerciales en los que figuran atletas profesionales”, comenta Jardine.

Así, se dieron cita en San Francisco. En ese encuentro descubrieron que uno de los dueños de los Gigantes, Andrés, y Jardine sufren de THAD, “pues nos dimos las manos: mi productor, el dueño, Will Chang, el propio Andrés y yo, y entre los cuatro decidimos en ese instante rodar la película”.

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