Florence Jaugey es consciente de que la internet es una revolución mundial influyente y que, para darle un buen uso, hay que aplicar un control que debe poner en marcha cada usuario, a fin de que así la educación vaya por delante de la sanción.
Esta directora y actriz explora el universo cibernético, en especial su uso y abuso entre los jóvenes, en su película La pantalla desnuda (Nicaragua), que se presenta hoy viernes en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá).
Uno de los mensajes de su drama es “aprender a preservar la intimidad. Entender que todo no se puede compartir. Que tenemos que cultivar y cuidar nuestros jardines secretos”.
“Internet es un instrumento extraordinario de comunicación y de cultura; un acceso al saber universal al alcance de la mano dentro de un smartphone, que podemos cargar en el bolsillo”, opina quien ha firmado largometrajes como La isla de los niños perdidos (2002) y De niña a madre (2005).
Piensa que todavía no se han entendido todas las posibilidades que ofrece esta “poderosa herramienta, más allá de satisfacer nuestro ego, mediante selfis o fotografías de lo que estamos comiendo. Es un desperdicio absoluto. En vez de acercarnos a las verdades universales, se ha transformado en un modo de crear la mentira”.
Le preocupa que más de un consumidor de las redes sociales se ha creado personalidades y perfiles, “más parecidos a una imagen ideal bien diferente de lo que son en realidad. Pero es un modo de comunicación muy nuevo y todavía tenemos la distancia necesaria para poder apreciarlo”.
Aunque La pantalla desnuda ocurre en una pequeña ciudad del norte de Nicaragua, lo que plantea es universal porque igual los retos y riesgos que enfrentan sus personajes son realidades que pasan en “Panamá o Nueva York o China”.
¿PROHIBIR?
Más de un consumidor de la internet no está preparado para enfrentar el grooming (enferma conexión emocional de un adulto hacia un menor de edad con fines malévolos), el ciberbullying (acoso a través de medios telemáticos) y el sexting (envío de contenidos eróticos desde los teléfonos móviles).
Así opina la directora Florence Jaugey, responsable de la película La pantalla desnuda, porque “justamente es una forma de comunicación muy reciente que puede llevar a la agresión, la calumnia, la discriminación y hasta el suicidio. Pero no dominan todos los códigos ni tampoco consideran las consecuencias”.
Más que esperar algún tipo de regulación sobre internet para menores de edad en cada país, lo que aboga Jaugey es que el primer control debe ser de los padres hacia sus hijos y explicarles los pros y los contras de la internet.
No cree en vedar el uso de internet a los chicos. “Lo prohibido siempre se vuelve atractivo. Si, por ejemplo, una película está prohibida para menores de 18 y yo tengo 15, de seguro la voy a querer ver y quizás sin la restricción ni siquiera me hubiera llamado la atención”.
“Todo es una cuestión de educación en la casa, la escuela, el colegio y los medios de comunicación, incluyendo la propia internet”, indica la autora de producciones como La Yuma (2009).
“Hay que aprender a valorar las posibilidades infinitas que nos brinda el acceso a internet y valorar también nuestras propias vidas marcando la frontera entre lo íntimo y lo público”, añade.
La pantalla desnuda tuvo una “excelente acogida en Nicaragua. Se quedó seis semanas en cartelera. Lo interesante es que ha sido bien recibida por el público joven, pero también por las generaciones de sus padres, lo que llevó a interesantes discusiones”.
La pantalla desnuda cuenta la historia de una joven pareja de novios. Él es de clase pudiente y ella de clase trabajadora.
Un día el chico graba con su celular, sin consentimiento, a su chica mientras ambos tienen relaciones sexuales.
Más tarde, un amigo de los dos, lleno de envidia y rencor, se apropia del teléfono y se encarga de subir esa escena a la internet y eso provocó más de una reacción entre todos los personajes de La pantalla desnuda.
Este filme se proyecta en dos ocasiones en Cinépolis Multiplaza: hoy viernes 10 de abril, a las 7:15 p.m., sala 7, y el domingo 12 de abril, a las 12:30 p.m., en la sala 8.
¿Deben existir restricciones para los menores en relación con internet? ¿Cuál es la mejor manera de manejar el grooming o el ciberbullying?