Uno de los más antiguos spin-off de la historia de Hollywood se registró en 1941. El cortometraje Seven Wise Dwarfs usaba a personajes secundarios de la película Blanca Nieves y los siete enanitos (1937) para ser los voceros propagandísticos que promovían entre la audiencia la importancia de comprar bonos de guerra.
Después vendrían 546 casos de spin-off entre el cine y la televisión mundial, aunque el 75% de esas producciones procede de la industria del entretenimiento estadounidense.
Se trata de usar historias alternativas o paralelas de productos audiovisuales previamente hechos, o bien de darle relevancia a uno o varios personajes que en su momento no fueron los principales y ahora quieren mayor protagonismo.
Hay quienes dicen que es un mero asunto comercial de hacer rentable una película o una serie que ya terminó o está pronto a finalizar y que la audiencia aceptaría volver a ver bajo otra premisa.
El spin-off tiene el riesgo de que debe, por lo menos, igualar al original en el que se basa o se inspira. Además, debe satisfacer a los espectadores que ya saben de la historia planteada y a los que no tienen idea de lo que le están hablando.
Otro reto es que si bien debe presentar una trama algo similar, no puede ser una mera copia al carbón, y también tiene que sortear el lío de que la gente supere el deja vu y se enganche a la historia como si fuera casi nueva.
Es un experimento que ha tenido excelentes resultados, como pasó con las series Fraiser (que viene de Cheers), Boston Legal (que procede de The Practice), Agente Carter (de Los Vengadores y compañía ilimitada) y Better Call Saul (surge de Breaking Bad).
Este 2015 hay 16 proyectos a partir de este recurso narrativo en Estados Unidos. En la pantalla grande el más sonado fue Los Minions. Mientras, su mayor presencia está en la pantalla chica con programas recientes como CSI: Cyber, The Expendables, Scream, Better Call Saul y Fear the Walking Dead.
De este grupo, las estrellas son CSI, sin olvidar el caso de Law & Order.
Una recibió tres spin-off entre 2000 y 2014. El equipo de la franquicia compuesta por científicos forenses y criminólogos tenía sedes en Las Vegas, Miami, Nueva York y ahora en el ciberespacio.
En tanto, los investigadores del departamento de policía de Nueva York, Law & Order, la segunda serie más longeva en Estados Unidos con 20 temporadas (solo le ganan Los Simpsons), tuvieron entre 1999 y 2010 cuatro spin-off, sin contar las que se produjeron en el Reino Unido, Francia y Rusia.
En 2016 el spin-off tendrá mucha vigencia en las salas de cine porque se estrenará Fantastic Beasts and Where to Find Them y Rogue One: A Star Wars Story. Una contará las aventuras de magos 70 años antes de lo narrado en la saga sobre Harry Potter, de J.K. Rowling, y la segunda ocurre entre los episodios III y IV de Star Wars.
¿Qué tal quedó el primer episodio de Fear the Walking Dead?
EL TERROR DE LO COTIDIANO
Por lo menos en el primer capítulo, Fear the Walking Dead, de los guionistas Robert Kirkman y Dave Erickson, se plantea como un drama familiar más que como una serie sobre el inicio de un apocalipsis zombi.
Para marcar territorio y buscar un tanto de libertad creativa, este spinf-off se aleja de su padre The Walking Dead, por lo menos en aspectos geográficos, ya que ocurre en la ciudad de Los Ángeles y no en Atlanta.
Si caemos en las odiosas comparaciones, sí, el capítulo de arranque de The Walking Dead supera el debut de Fear the Walking Dead, pues tiene una estética más acabada y un ritmo dramático más potente.
En este episodio, titulado “Piloto”, no hay muchos zombis, sino que nos presenta la otra clase de seres sin vida: ciertos humanos.
Están los esclavos de las drogas, los que se ponen a escuchar música con auriculares para no escuchar a sus semejantes, los vagabundos en los parques, los que tienen corazón y conciencia pero no los ponen a andar... Esos son los modernos zombis, no esos que visten harapos y tienen las vísceras al aire.
Este capítulo inicial me gustó porque ofrece ese sabor a desesperanza combinado con ese deseo de seguir adelante que hace tan interesante a The Walking Dead.
Este nuevo programa te avisa cómo fue surgiendo la pandemia. ¿Será un virus, una bacteria o una droga? Nadie sabe. Lo cierto es que se han registrado casos en cinco estados de la Unión Americana. Unos piensan que un video que circula sobre un hombre que no se detiene aunque lo rellenen de balas está alterado y otros creen que es algo pasajero que las autoridades sabrán cómo resolver (claro, lo harán también como han querido erradicar la pobreza).
Desde los nerds hasta los drogadictos, cada uno está preocupado por saber la verdad, aunque los espectadores saben perfectamente que no se trata de una pesadilla ni de una alucinación. La audiencia conoce en lo que se convertirán estos hombres y mujeres: en seres con menos vida de la que ya tenían cuando estaban “sanos”.
Dos personajes de la serie tratan de encontrar respuestas en los pasillos de una antigua iglesia destruida, en los pasillos de un hospital y en los suburbios. En estos sitios, antes de la aparición de los zombis, ya la vida y la muerte y el bien y el mal jugaban a ver quién ganaba el derecho de poseer a los mortales. Es un mundo que ya está en decadencia antes de que los zombis reclamen estar en la cima de la cadena de mando y de alimentación.
No es casualidad que en la clase de literatura uno de los maestros protagonistas de Fear the Walking Dead hable sobre Jack London y diga que uno de los mensajes de uno de sus relatos es cómo “enseñarnos a no morir”.
Aunque todavía no estamos para esos tiros. La serie se maneja en un nivel más psicológico, no por menos presenta a la palabra miedo como parte de su título. Aquí no importa la civilización moderna que se perdió, sino cómo ese conglomerado social será testigo de su extinción, casi sin darse cuenta, porque está demasiado ocupada en sus múltiples y frívolas distracciones.
Si los que se quejan que The Walking Dead es más drama que una película de terror de zombis, este spin-off los va a llevar a cortarse las venas porque acá el drama es aún más grande, ya que sigue la vida de dos familias en descomposición.
Por eso, Fear the Walking Dead es sobre la parte tenebrosa del día a día. Hasta el momento, su lección es sobrevivir a lo cotidiano lleno de estrés, que de seguro es más difícil que evitar que un tipo sin cerebro con hambre permanente quiera comerte, lo que es sencillo porque sabes que eso es lo que desea.
En cambio, lo complicado y lo que da más miedo que un zombi es cuando en las calles, las tiendas, las escuelas, las iglesias o en nuestras residencias los malhechores de todas las edades nos quieran robar, saquear o matar como si estuviéramos en la guerra.
Fear the Walking Dead tiene en su contra que posee una fecha de caducidad como también The Walking Dead.
Tarde o temprano ambas historias tendrán que ser paralelas, aunque ocurran en ciudades distintas de la Unión Americana. Además, tendrán que decidir si la guerra final la ganan los comegente o las personas que se alejan de ellos para no ser su plato fuerte. Eso sí, si se demoran demasiado ambas series pueden perder vigor, por decir lo menos.
Hay un aliciente extra para ver el segundo episodio de Fear the Walking Dead: llegará como parte del reparto el actor y músico panameño Rubén Blades. A ver qué tal lo hará.
¿Ya vieron esta nueva serie? ¿Qué les parece The Walking Dead?
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