La Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood tiene algunos problemas por resolver como quedó en evidencia en la pasada ceremonia de los premios Globos de Oro.
Sus miembros deben tomar un curso intensivo sobre géneros cinematográficos, pues ubicar a The Martian en la categoría de mejor comedia o musical fue algo más serio que una equivocación.
Que la estupenda película del director Ridley Scott haya ganado el domingo pasado esa categoría fue aún más grave, no porque esta aventura espacial fuera un producto menor, que no lo es, lo grave es que ni hay demasiados cantos ni tampoco abundan tanto los chistes en este filme como sí ocurre en el libro en el que se basa.
Por supuesto que Matt Damon se tira encima The Martian (El Marciano) y tiene control sobre la producción con su admirable interpretación, pero también fue una torpeza darle el Globo de Oro como mejor actor principal de comedia o musical porque esta película no pertenece a esas lides.
El otro paso en falso de los Globos de Oro, celebrados en Los Ángeles, fue darle una distinción a Sylvester Stallone como actor secundario por Creed.
Aquí pasa algo similar a The Martian, no es que este spin-off deportivo sea deficiente, porque es más interesante de lo que cualquiera no aficionado a Rocky Balboa podría esperar, el problema es que Stallone lleva siete películas siendo el mismo boxeador y sería el colmo que luego de tantas ocasiones no le saliera bien su personaje.
También es cuestionable que The Revenant (El Renacido) dominara los Globos de Oro al ganar los apartes de drama, dirección (Alejandro González Iñárritu) y actor dramático (Leonardo DiCaprio).
Es una verdad que The Revenant es soberbia en apartes como fotografía, edición, música, maquillaje, vestuario y sonido, hasta Leonardo DiCaprio está solvente, pero considerarla lo mejor del año es demasiado, pues apenas recibió el respaldo del 80% de los críticos en Estados Unidos.
Para más sufrimiento. Es incomprensible que Jennifer Lawrence se quedara con el aparte de actriz para una comedia o musical por Joy, de David O. Russell, su interpretación más débil dentro de una carrera tan sólida.
¿Por qué no reconocer a colegas más atrevidas y valientes a la hora de hacer reír como hizo Amy Schumer en Trainwreck (Y de repente tú), de Judd Apatow o Melissa McCarthy por Spy (Espías), de Paul Feig?
Tampoco me convenció que la canción original fuera a parar a Writing's on the Wall (música y letra de Sam Smith y Jimmy Napes) de Spectre. Sigo pensando que One Kind of Love de Love & Mercy era superior.
Tampoco es que se tomaran puras decisiones desafortunadas. Fue merecido dar mejor actriz en drama a Brie Larson por esa tortuosa maravilla que es Room; actriz de reparto para Kate Winslet por la incomprendida Steve Jobs y película en lengua extranjera para la dolorosamente hermosa El hijo de Saúl (Hungría).
También aplaudo que la cinta animada fuera para Inside Out, el guion para Aaron Sorkin por Steve Jobs y música original para Ennio Morricone en la The Hateful Eight de Quentin Tarantino.
TELEVISIÓN
Las decisiones tomadas en materia de la pantalla chica fueron más sensatas.
La serie de drama fue para la debutante Mr. Robot, aunque Juego de tronos es mucho mejor.
La actriz dramática fue para Taraji P. Henson, quien es una delincuente regenerada en Empire y actor dramático fue a las manos de Jon Hamm por ser el publicista más torturado del mundo en Mad Men.
La comedia del año fue Mozart in the Jungle, y uno de sus actores centrales, Gael García Bernal, se alzó con la categoría de actor.
Actriz cómica fue para Rachel Bloom por Crazy Ex-Girlfriend; miniserie para Wolf Hall; actriz y actor en miniserie fue para Lady Gaga por American Horror Story: Hotel y Oscar Isaac por Show Me a Hero, respectivamente. Actriz y actor de reparto en una miniserie o película hecha para televisión fue para Maura Tierney por The Affair y Christian Slater por Mr. Robot, respectivamente.
¿Qué les parecieron los resultados de los Globos de Oro 2016?
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