Juan Fernando Andrés tiene una amiga cercana que sufre del trastorno de ansiedad denominado agorafobia, y con la que habló mucho durante el proceso de escritura del guion de Musarañas, una historia que escribió junto a Sofía Cuenca y que gira en torno a Montse (Macarena Gómez), que cuida a su hermana pequeña en un sombrío apartamento en el Madrid de los años de 1950.
Le sorprendió saber que la agorafobia no es “el miedo a los espacios abiertos, sino el miedo a los lugares donde pierdes el control de la situación. Hay gente agorafóbica que, por ejemplo, puede salir a la calle, pero es incapaz de salir de su ciudad. Uno de los casos más radicales es el impedimento de salir de casa o incluso de salir de su habitación”.
Esa agorafobia también se puede entender como una metáfora del comportamiento social de la España de posguerra, como queda patente en Musarañas, que se proyectó ayer en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá).
Juan Fernando Andrés resalta que el personaje de Montse es una metáfora de la España de la posguerra, con un “miedo atroz al exterior, obsesionada con el catolicismo, arrastrando un trauma terrible. El personaje de la niña es una metáfora de la España actual. Con ganas de romper con eso, con ganas de superar esos traumas, pero arrastrada en última instancia a comportarse de una forma similar”.
La España de hoy, agrega, “tiene lastres importantes que vienen de la época franquista. Creíamos haberlos superado, pero los últimos años, por desgracia, están demostrando que no es así”.
EL RODAJE
El propio rodaje fue algo claustrofóbico, ya que buena parte de la trama ocurre en un piso.
“Parecíamos abejas trabajando en una colmena y no hubo demasiados choques. Lo que sí nos ocurrió es que estábamos muy habituados a estar encerrados junto con los personajes”, señala Esteban Roel, que firma la dirección de Musarañas con Andrés.
Roel plantea que aunque “estábamos muy limitados en cuanto a dónde poner la cámara, supimos llevarlo a favor de la película, porque consideramos que es lo que le otorga a la historia una narración visual muy auténtica. Decidimos rodar en un formato muy panorámico, ancho, que nos permitía siempre tener presente en la pantalla una pared o una puerta o un pasillo, lo cual ayuda mucho a generar esa sensación”.
EL TONO
Cuando se plantearon el tono de Musarañas, dice Andrés, se inspiraron en películas que se desarrollan en un solo escenario, de forma casi teatral, como The Beguiled, de Don Siegel; Misery, de Rob Reiner; y otras que no son de terror como Alas de mariposa, de Juanma Bajo Ulloa; y 12 Angry Men, de Sidney Lumet.
A la hora de rodarla, hacen homenaje al terror gótico español de los años de 1960 y 1970, representado en filmes como La residencia, de Narciso Ibáñez Serrador, y Symptoms y Vampyres, de José Ramón Larraz.
Estamos ante un filme de terror psicológico y además es muy divertido, opina Esteban Roel, quien dice que “verla es como subirse en una montaña rusa emocional, pasarás del miedo a la risa, del odio a la compasión. Nuestra intención era no aburrir”.
ALEX
El director Alex de la Iglesia entró en este proyecto de la mano de Carolina Bang, quien fue alumna de Andrés y Roel, y conocía el guion que se terminó de escribir en 2006.
“Bang decidió que sería la primera película que iba a producir Pokeepsie Films, la compañía que acababa de fundar con Alex. Al principio sería un proyecto pequeño, rodado con cámaras Canon, entre amigos. Pero como nos juntábamos a trabajar en su casa, Alex siempre nos veía pululando por allí y un día dijo: ‘¿qué os traéis entre manos?’, y leyó el guion. Le encantó y decidió entrar él también en la producción”, rememora Juan Fernando Andrés.
Con la llegada como productores de Alex de la Iglesia y Kiko Martínez, el proyecto “entró en otra dimensión. Se hizo grande. Pudimos acceder a un reparto de primera división y un equipo técnico de lujo”.
Musarañas gustó tanto entre el público español, manifiesta Andrés, que “¡hay hasta un club de fans de la película! En el Festival de Sitges la proyección fue apoteósica, con varias ovaciones durante la película y un larguísimo aplauso al final. Fue muy, muy emocionante”.
