Rompiendo la ola, un documental importante



Annie Canavaggio llegó a Santa Catalina hace cinco años. Su primera visita a esta popular playa se dio de la mano de unas amistades.

Su conexión con esta parte marina de Panamá fue en aumento con el andar de los días, sin darse cuenta de que esa relación se traduciría luego en la película Rompiendo la ola, cuyo rodaje se hizo en cuatro viajes “espaciados dentro de año y medio. Aunado a esto se obtuvo material fílmico de las competencias de tres años”.

En una de sus citas con el mar conoció a Babalú, el padre de Oli, y a Cholito, el hermano del primero. Después sería el turno de Oli y Deivis, el resto de los personajes de su documental.

A la directora le pareció interesante que Santa Catalina forje tantos buenos surfistas. “Cuenta con una ola privilegiada. Tiene la cualidad de que la ola va hacia la derecha y hacia la izquierda. Además se cierra lentamente poco a poco. Finalmente, por su fondo volcánico tiene gran tamaño y su recorrido es muy largo”.

Todos estos elementos hacen que Santa Catalina ofrezca “una ola casi perfecta. Es considerada la ola de Centroamérica. En ella ya se han celebrado dos mundiales de surf en cuatro años”.

Esto significa que “los niños están expuestos a una ola de gran calidad. Como la cantidad de horas de estudio en Santa Catalina es mucho menor a la de la mayoría de las escuelas privadas del país (3-4 horas contra 6 -7 horas), los niños tienen más horas para surfear. Aunado, internet recién ha llegado al pueblo, por lo que los niños recurren a las actividades al aire libre para llenar las horas fuera de la escuela”.

En Santa Catalina no han visto su documental. “Seguramente se pasará después de pasar por el circuito cinematográfico”, indica.

Annie Canavaggio piensa que el público istmeño “está ansioso por ver historias íntimas de superación. El público panameño quiere sentirse identificado con sus héroes. Quiere luchar con ellos y vivir sus historias. Este público agradece que se le llame panameño”.

TRAS EL DOCUMENTAL

Annie Canavaggio retrata en la película Rompiendo la ola los sacrificios y anhelos de tres surfistas panameños: Oli ( Jean Carlos Camarena), Cholito (José Alejandro Camarena) y Deivis Godoy.

Esta directora admira de los surfistas “su amor a la naturaleza, su capacidad para fluir con las olas y el clima. Su capacidad para ver la vida aquí y ahora. Su capacidad para ser totales en cada una de sus acciones”.

¿Cuál es la situación actual de este trío de surfistas?

Oli es el actual campeón nacional de surf, y en este momento se encuentra representando a Panamá en Perú. Tiene varios patrocinadores, estudia en San Carlos y está aprendiendo inglés. Cholito trabaja en el campo y en la construcción. Acaba de terminar de hacer su casa. Mientras que Deivis abrió un restaurante junto con su pareja Nataly. Este verano esperan su primer hijo.

¿Han tenido el destaque merecido?

Es una cuestión de escuchar las voces que nunca escuchamos. Ellos representan las personas que no se les da la importancia que ameritan.

Tres muchachos de un pueblo de pescadores del Pacífico panameño.¿Por ejemplo?

Durante años, Cholito representó internacionalmente a Panamá y muy poco se escuchó de él. No tenía ni las conexiones ni las características físicas que las marcas requerían. Aun así, es un surfista de primer nivel.

¿Cómo el Estado podría ayudar a todos los deportistas?

Es una cuestión de oportunidades y de movilidad social. Una sociedad para considerarse desarrollada tiene que tener una alta movilidad social. Sus ciudadanos, no importa de dónde provengan, deben tener el acceso a la salud y educación parecido en todos sus niveles sociales. Para que nuestros atletas se desarrollen deben tener acceso a los mejores sistemas de salud, que no solo curen, sino que prevengan enfermedades. Un sistema educativo similar o hasta superior al brindado en el sector público en cuanto a calidad y cantidad de horas. Y alimentación completa que permita aprovechar la educación brindada.

Este mes Rompiendo la ola participó en el Festival de Cine de Varsovia. ¿Qué tal fue la experiencia?

Fue maravillosa. El nivel de los participantes era muy alto. Es un público muy sensible y sofisticado que exige historias fuera de los moldes establecidos. Es un público que construye su agenda alejándose del cine taquillero tradicional.

¿Cuál fue la reacción del público en Varsovia?

Es interesante cómo nuestra historia local cuenta con valores internacionales y esto la hace atravesar fronteras. Por eso, un polaco se emociona con la historia de tres muchachos de un pueblo pobre de pescadores del Pacífico panameño. Además, le gustó mucho la música de Tano Mojica. Para el polaco ver esta película fue como viajar al trópico.

¿Ya vieron Rompiendo la ola?

LAS MÁS LEÍDAS