'Siempre Alice': cuando el olvido aniquila a la vida

'Siempre Alice': cuando el olvido aniquila a la vida


Los recuerdos son uno de nuestros lazos más cercanos con un pasado que nunca se detiene y siempre se aleja. Además, son los recuerdos la manera de no perder la conexión con lo vivido y una forma de acumular experiencias.

¿Qué pasa cuando la memoria disminuye su marcha? ¿Qué ocurre cuando el olvido gana terreno y se alimenta de esos recuerdos?

Esa es la realidad de los enfermos de Alzheimer, la que evidencia con eficacia el drama Siempre Alice (Still Alice), que le valió un premio Oscar a Julianne Moore.

La docente e investigadora Alice Howland  (Julianne Moore) celebra feliz su cumpleaños con los suyos: su esposo, un profesor universitario, y sus tres hijos (actriz, médico y abogada), sin sospechar ella, ni nadie, que su vida pasará pronto de la seguridad de estar sana a la fragilidad cuando un enemigo ataque su organismo.

En Still Alice, Julianne Moore (Carolina del Norte, 1960) encarna a una mujer en la cúspide de su profesión, que goza de un reconocimiento mundial, pero que un día su médico le da una noticia lamentable: tiene un inicio precoz de Alzheimer.

Primero olvida algunas palabras durante una disertación. Después se desorienta y le cuesta llegar a su casa. Más tarde, tendrá problemas para expresarse hasta perder conciencia de quién es.

Entre el 1% y el 5% de quienes padecen Alzheimer se les presenta antes de los 60 años, de acuerdo con datos del Instituto de Neurología de Londres. Además, siempre se da por una causa genética y, por lo general, son casos heredados de algún familiar. Alice pertenece a ese minúsculo grupo.

Esta madre y esposa tiene 50 años. Es joven, se podría pensar, aunque hay pacientes que como ella tienen la inusual mutación genética PSEN-1 y se les diagnostica este tipo de demencia, incluso, a los 30 años.

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UNA BATALLA POCO CONOCIDA

Siempre Alice (Still Alice) evidencia el deterioro físico y mental de Alice Howland (Julianne Moore), una experta en lingüística que reside en Nueva York junto con su esposo (Alec Baldwin).

La precisa cámara de los directores Richard Glatzer y Wash Westmoreland no solo registra cómo va perdiendo sus facultades más básicas, sino que además evidencia cómo el Alzheimer mina a toda su familia.

El destino de Alice Howland, cuya historia está basada en el libro homónimo de Lisa Genova, es manejado por ambos cineastas como si estuviera el espectador viendo un filme de terror psicológico, en que no hay monstruos de siete cabezas ni asesinos en serie tras su presa, sino una enfermedad que devora la memoria de una mujer excepcional, así como pone en peligro la estabilidad y unidad de su clan.

Alice sufre de adentro hacia afuera, una habilidad que solo una actriz del calibre de Julianne Moore puede conseguir en la pantalla grande sin exagerar, cuando comparte a la audiencia la confusión, la tristeza y el enojo que siente Howland al ver que libra una batalla que no tiene forma de vencer.

En su discurso de aceptación del premio Oscar que recibió en febrero pasado por esta producción, Julianne Moore abogó por los enfermos de Alzheimer y manifestó que “ojalá esto ayude a que tengan más visibilidad y en el futuro encuentren una cura”.

Luego le dedicó su estatuilla dorada al realizador Richard Glatzer, que no pudo asistir a la entrega del Oscar y que padece de esclerosis lateral amiotrófica.

Este año también veremos a Moore en el segundo capítulo de la saga de Los Juegos del Hambre, más una participación en el drama Freeheld con Steve Carell y en la comedia Maggie’s Plan, en la que compartirá cartel con Ethan Hawke.

No llegan a 50 los largometrajes de ficción que tienen como tema principal de su argumento el Alzheimer.





ESCASEZ

Son pocos los largometrajes que han planteado como su motor argumental principal el Alzheimer.

No llegan a 50 títulos, esto demuestra que no es una enfermedad atractiva para los productores como sí es el cáncer, por ejemplo.

Siempre Alice se une a un reducido, aunque selecto, colectivo de producciones que han mostrado el Alzheimer. Entre ellas, mis favoritas son: El hijo de la novia (Argentina, 2011), de Juan José Campanella; y Lejos de ella (Canadá, 2006), de Sarah Polley, entre otras.

¿Cuál es su película favorita de Julianne Moore? ¿Que opinión les mereció Siempre Alice? ¿Qué película retrata con fidelidad el Alzheimer?

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