La música escrita y cantada por Silvio Rodríguez siempre rebosa de sentimientos y emociones. Este maestro es capaz de sumergir al oyente en historias que encajan a la perfección con sus ideales y anhelos.
Esta característica en las melodías de uno de los padres de la Nueva Trova cubana se mantiene en su labor discográfica más reciente: Amoríos.
Las piezas de Amoríos (su primer álbum con la Sony Music) están habitadas por seres humanos que aman, sueñan y sufren; que tienen la esperanza de encontrar la felicidad y aspiran a que sus soledades encuentren compañía.
Este poeta, guitarrista, dibujante y escritor es el responsable de clásicos como Días y flores (1975), Al final de este viaje (1978), Rabo de nube (1980) y Unicornio (1982).
Amoríos es un interesante cruce de caminos entre un puñado de algunas de sus miles de hermosas piezas. Es algo parecido a una antología, pues se trata de composiciones hechas entre 1967 y 1980 por este renombrado cantautor.
“Eran canciones a las que les debía una presentación en público”, explica a este diario Silvio Rodríguez, creador cubano que tiene cuatro décadas de carrera.
El compositor que ha hecho música para discos, filmes, teleseries y piezas de teatro comenta que escribe “porque me gusta contar cosas”.
“A veces ando con la idea de una canción durante muchos años; otras veces descubro la canción después de terminada”, detalla el autor de composiciones poéticas que han sido traducidas a idiomas como el francés, italiano, alemán, inglés, portugués, guaraní, ruso, chino, japonés, coreano, sueco y catalán.
LA MÚSICA COMO MATERIA ARMABLE
Las canciones de Silvio Rodríguez son sentidas crónicas cotidianas sobre ese conjunto de ternuras, decepciones, descubrimientos, temores y glorias que trae consigo el amor que es correspondido, y también ese otro amor que no termina de despertar en el corazón que se aspira conquistar.
De relaciones que son peligrosas y otras benditas, de esas que solo quedan en intentos o se alcanzan como un regalo que te da la vida, de eso escribe este artista en las 14 canciones que integran el disco Amoríos, lo nuevo suyo desde que en 2009 editó el álbum Segunda cita.
En Amoríos, décimo octavo disco de Rodríguez, podrá escuchar las piezas “Una canción de amor esta noche” (3:57 minutos), “Con melodía de adolescente” (4:37), “Tu soledad me abriga la garganta” (6:20), “Haces bien” (3:31), “Día de agua” (3:23), “Qué distracción” (4:03), “En cuál de esos planetas” (5:37), “Se cuenta de ti” (3:27), “Querer tener riendas” (4:16), “Dibujo de mujer con sombrero” (4:54), “Óleo de mujer con sombrero” (3:36), “Detalle de mujer con sombrero” (6:10), “Mujer sin sombrero” (5:44) y “Qué poco es conocerte” (4:27).
Aunque tienen sus años de haber nacido, ninguna de las piezas, salvo Óleo de mujer con sombrero, habían pasado formalmente por un estudio de grabación.
Para lograr ese sonido tan propio, y a la par ofrecer sonoridades refrescantes, se alió con el cuarteto de jazz compuesto por Jorge Aragón Brito (piano), Jorge Reyes (bajo), Oliver Valdés (batería) y Emilio Vega (vibráfono).
Para darle un toque aún más cabal, también se apoyó de la flauta y el clarinete de Niurka González; el tres de Maykel Elizarde; el violín de Tammy López Moreno, y en los miembros de la Orquesta Sinfónica del Instituto Superior de Arte, dirigida por José Antonio Méndez Padrón.
Como cabe esperar, la dirección musical, la producción y la autoría de todas las composiciones son de Silvio Rodríguez Domínguez, y como era de rigor, se grabó Amoríos en los Estudios Ojalá, ubicados en Miramar, La Habana, Cuba.
PARA RECOMPONER
¿Sigue una estructura para crear sus canciones?
Siempre hay una estructura, siempre hay un orden, aún en los aparentes desórdenes.
¿Qué es lo que más le gusta de ser músico?
La música es una materia que puede armarse, desarmarse, recomponerse de muchas maneras; su plasticidad es infinita, eso es lo interesante.
Después de tantos álbumes y canciones, ¿le inquieta el encuentro con su público?
Me importa lo que piensan los demás, pero después de haberme inquietado ante mí mismo. Cuando decido exponer algo es porque ya he superado muchas contradicciones en mi propia conciencia y en mi trabajo.
¿Por qué cree que sus canciones contactan tanto con audiencias de diversas generaciones?
Debe ser porque evito lo sectario y lo esquemático. Aunque escriba a veces sobre circunstancias específicas, trato de no caer en ciertos lugares comunes.
MÁS EXIGENTE
¿Qué lo llevó a espaciar su anterior disco, ‘Segunda cita’, y ‘Amoríos’ que aparece casi siete años después?
Ahora mismo estoy trabajando en varios discos a la vez, pero con el tiempo solemos volvernos cada vez más exigentes.
¿Qué tal fue la experiencia de trabajar con la Sony Music el disco ‘Amoríos’?
Con Sony tenemos un contrato de distribución física, porque mis discos los produce Ojalá, mi muy modesta casa. Estamos viendo con optimismo este acuerdo.
¿Qué representa ‘Amoríos’ dentro de su hoja de vida musical?
Es un disco en el que predominan las relaciones de pareja. Se trata de canciones muy queridas que nunca había editado. Tiene la virtud de estar realizado con excelentes músicos, grabado en Ojalá, el estudio que dirijo. Es una faena tras medio siglo dedicado a la música.
¿Qué elementos musicales y creativos le fueron útiles para sus composiciones de ‘Amoríos’?
Absolutamente todo lo que existe, y cosas que no existen pero que imaginé. Todo, todo lo posible y parte de lo imposible está en Amoríos.
El amor es un tema constantes en ‘Amoríos’.
El amor es lo más entretenido que hay. Y también lo que da mejores resultados.
El desamor también tiene su espacio en ‘Amoríos’. ¿En qué medida el amor perdido o el que no fue, son sentimientos que ayudan más para escribir?
Tiene razón. A veces el sufrimiento es más inspirador. Malagradecidos que podemos ser.
También aparece la soledad, lo ido, ¿qué representa para usted la soledad?
La soledad es el mejor lugar para hacer canciones, así que no le tengo mucha roña.
SEGUNDA CITA
¿Qué opina de la industria musical moderna en estos tiempos de la era digital?
No sé mucho de la industria musical, ni moderna ni antigua. Yo he hecho mi música en Cuba, país que fue excluido de muchas formas del funcionamiento universal. Eso puede haber sido, según se vea, un inconveniente, aunque también ha sido una ventaja.
¿Cómo se lleva con las redes sociales?
Tengo un blog que se llama Segunda Cita, como un disco mío, y tengo una cuenta en Facebook. Al blog entro a diario porque por ahí me comunico con mucha gente y se producen buenos intercambios de ideas; pero no tengo mucho tiempo para lo demás.
¿Qué opina de formas modernas de tener acceso a la música como iTunes, Spotify, Amazon...
Son instrumentos de comunicación y de comercio. Son útiles, según el empleo que se les da. Cuando ese uso es constructivo lo encuentro bien, pero no siempre se usan positivamente… No me gusta cuando se cuelgan conciertos o fragmentos tomados con celulares. Eso mata por completo la calidad sonora de un trabajo musical, calidad por la que a veces los músicos trabajamos durante meses. Es injusto.
POLÍTICA
¿Qué opina del histórico acercamiento entre Estados Unidos y Cuba?
Que ya era hora.
¿Qué opina que la mayoría republicana del Congreso rehúsa levantar el embargo a Cuba?
El bloqueo es una medida económica que ha hecho mucho daño al pueblo de Cuba. Los que votan a favor están votando por dañar a mi pueblo. Yo lo que no me explico es cómo es que los políticos de un país se reúnan para decidir dañar a otro. Es algo que me resulta inconcebible.
¿En qué áreas piensa usted que Obama debe usar sus facultades ejecutivas en lo que le resta de su mandato?
En todo lo que pueda, y también en lo que no pueda.
¿Para que los procesos acercamientos se mantengan y aumenten, le conviene a Cuba que gane Hillary Clinton o Donald Trump?
He visto que la mayoría de los analistas dice que a Cuba le conviene más la señora. Tiene lógica: incluso Obama la recomienda. Pues ojalá gane la señora y levante el bloqueo.