La fuente de información del documental Territorio liberado fueron los recuerdos de su director, Augusto César Díaz y las remembranzas de su propia madre.
Esta película es la historia no solo de una mujer y su hijo, sino de un país: Guatemala.
“La lucha de mi madre, como la de muchos otros, está olvidada en algunos libros. Las nuevas generaciones están buscando otra cosa, en primer lugar, poder sobrevivir. La violencia que vive hoy Guatemala es el resultado de la injusticia social y de la incapacidad de la clase política de equilibrar esta injusticia. Ese fue el origen de la guerra que duró 36 años y sigue siendo la causa de la violencia que vivimos hoy”, dice Díaz.
Para Díaz, en exclusiva para La Prensa, la gran dificultad de su producción “reside en poder llevar un evento particular hacia algo mucho más universal y que pueda tocar a otras personas”. Otro reto era encontrar “el lugar justo dentro del filme, siendo personaje y director al mismo tiempo. Confrontar los recuerdos a la realidad de hoy y confrontar la verdad y la mentira”.
El rodaje de esta producción fue de 8 semanas y fue un proceso complejo, "desde el momento en el cual decidí que no habría un equipo en la película, y que yo haría la imagen y el sonido. Así la responsabilidad creció".
LIMPIANDO TELARAÑAS
El tema de la guerra en Guatemala se desarrolla en Territorio liberado, un aspecto que “se ha tratado de diversas maneras, muchas de ellas desde el periodismo o desde el militarismo, digo esto sin ningún ánimo de desvalorizar lo que se ha hecho, bien al contrario”.
“Un pueblo que no conoce su historia es un pueblo que está condenado a repetir sus errores o, como diría Patricio Guzmán: ‘un pueblo sin cine es como una familia sin álbum fotográfico”.
Uno de sus desafíos es “contar la guerra sin ver la guerra, sino más bien viendo las cicatrices que nos dejó, sintiendo los escollos que dejó en las relaciones familiares. Hablar de la relación con mi madre era también hablar del conflicto. En el fondo, la película dice que a pesar de nuestro pasado y nuestras heridas, podemos aprender a convivir con ellos”.Nunca ha pensado que su película es una especie de terapia. “Todos convivimos con nuestros demonios, de alguna manera fue una liberación. Los cineastas deben estar conectados con los temas que tratan, como si compartieran los dolores de sus personajes”.
¿Qué opinó su mamá cuando vio terminado Territorio liberado? "Ella vio un corte anterior, siempre es difícil verse en la pantalla, incluso yo cuando editaba tenía que hablar a la tercera persona para poder tener un mínimo de distancia frente al sujeto cinematográfico. Creo que mi madre se liberó cuando yo le conté la verdad, recuerdo que me dijo: 'qué bueno que estamos limpiando telarañas".
Este filme se proyecta en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá) el 11 de abril a las 9:00 p.m., y el 15 de abril a las 5:00 p.m. Ambas tandas en el teatro Anita Villalaz.
