Entre 1982 y 2014, medio centenar de películas ha recibido en Estados Unidos (EU) la categoría de controversiales, porque sus argumentos dejan en pésima posición a un pueblo, a una religión, a un gobierno o por sus escenas de sexo explícito o secuencias de violencia extrema.
El caso más reciente es The Interview (2014), sobre un plan de la CIA para supuestamente eliminar a Kim Jong-un, aprovechando que dos periodistas (interpretados por James Franco y Seth Rogen) lograron un permiso para entrevistar a este líder norcoreano.
Precisamente el jueves 18 de diciembre de 2014, una fuente del gobierno de Barack Obama aseguró que Corea del Norte fue el responsable del ataque cibernético que sufrió el pasado 24 de noviembre la empresa Sony y que además está vinculado a la represión que ha sufrido The Interview.
A la hora de molestar a un gobernante, una creencia o a un país, el género experto en el séptimo arte es el drama, seguido por el thriller y el terror. Ahora, curioso, ha sido una comedia de enredos que se ha quedado con todo el protagonismo.
Un grupo de hackers, los Guardianes de la Paz, amenazó el martes 16 de diciembre a Sony y a los dueños de salas de la Unión Americana con tomar represalias si este filme de los cineastas Evan Goldberg y Seth Rogen llegaba a la pantalla grande.
Han ganado la partida los piratas informáticos, The Interview no se estrenará en Navidad en Estados Unidos como estaba previsto, ya que los grandes complejos de salas de cine tienen miedo que las amenazas se cumplan.
La historia de largometrajes que han despertado escándalos, amenazas, demandas, censuras y diatribas en Estados Unidos se remontan a El nacimiento de una nación (1915) y Ciudadano Kane (1941).
Una lista en que también hay que mencionar a Lolita (1962), La naranja mecánica (1971), La matanza en Texas (1974), Calígula (1979), La última tentación de Cristo (1988), Asesinos natos (1994), Crash (1996), La pasión de Cristo (2004) y Noé (2014), entre otras.
No hay ninguna comedia. Se puede citar a Zoolander (2001), de Ben Stiller, y Borat (2006), de Larry Charles, pero más allá de alguna declaración a la defensiva de espectadores ofendidos y alguna protesta. Ambas se proyectaron en Estados Unidos.
Es probablemente la primera vez que una cinta polémica de EU no es estrenada en alguna sala de este país. En casos anteriores se prohíbe en algunos complejos, se le censura o se le edita, pero termina tarde o temprano en las salas estadounidenses.
PROCESOS
Primero fueron los dueños de salas de Nueva York quienes se negaron a proyectar The Interview, a raíz de las amenazas enviadas por los piratas informáticos.
A las horas, empresas de otras 15 ciudades también decidieron sacar esta comedia de su cartelera navideña, que junto a la del verano es la más lucrativa para el negocio del entretenimiento en Estados Unidos (EU), informó The Hollywood Reporter.
Como el 11 de diciembre pasado se llevó a cabo un preestreno del filme en Los Ángeles sin incidentes, Sony Pictures Entertainment, al principio, dejó en manos de los responsables de las salas la decisión de presentarla, luego hizo oficial que The Interview saldría de circulación en los complejos cinematográficos.
El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca señaló en un comunicado que no había influido para que Sony optara por esa salida, porque “no han detectado hasta el momento indicios de que exista una amenaza terrorista creíble contra los cines de EU”.
Aunque el estudio de Hollywood, de acuerdo con TMZ, analiza la posibilidad de distribuirla vía streaming, plataformas de visionado por pago en internet para tratar de recuperar algo de los 44 millones de dólares de su presupuesto.
Lo irónico es que los expertos en finanzas relacionadas con el espectáculo pensaban que The Interview, incluso antes de las advertencias de peligro, no iba a ser un hit en la boletería.
Jeff Bock, jefe de la firma que monitoriza la taquilla Exhibitor Relations, señaló a las agencias internacionales de noticias que “era improbable que The Interview se proyectara en más de 2 mil 500 salas de cine en EU”.
Para que se tenga una idea sobre cantidad de espacios dedicados al séptimo arte comercial dentro de EU, hoy la película The Hunger Games: Mockingjay – Part 1 (Lionsgate) está en 3 mil 731 salas y le sigue Penguins of Madagascar (Fox) en 3 mil 667 salas.
En ocasiones, despertar condenas es una receta mágica para la taquilla, como le ocurrió a La pasión de Cristo (2004), de Mel Gibson, y El Código Da Vinci (2006), de Ron Howard, las producciones controversiales más rentables de Hollywood con 611.8 millones de dólares y 758.2 millones de dólares, respectivamente, de acuerdo con el sitio boxofficemojo.com.
A otras no les ayudó, al contrario, las hundió como a La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, que solo hizo 8.3 millones.
Damian Thong
Analista
GOLPES
El Gobierno de Corea del Norte niega cualquier vinculación con el ciberataque a Sony y las amenazas a los dueños de salas de cine.
“Corea del Norte no necesita reivindicarse tras cometer un acto así, por lo que nunca admitirá su autoría”, explicó a EFE el investigador Chang Yong-seok, del Instituto de Estudios para la Paz y la Unificación de la Universidad Nacional de Seúl.
El experto comentó que admitir su autoría supondría “una carga” para Corea del Norte, cuyo Gobierno “puede defender fácilmente su inocencia en este caso debido a las complejas características de un ciberataque, que hacen difícil averiguar su origen exacto”.
La cancelación de The Interview es parte de la estela dejada por un importante ciberataque al sistema de Sony el 24 de noviembre pasado.
La filtración dejó al descubierto información sensitiva como correos electrónicos internos, guiones aún en producción y otras comunicaciones internas que incluyen salarios, registros de salud e información fiscal de sus 3 mil empleados.
Además, se hicieron públicos datos privados de actores como Sylvester Stallone, James Franco, Seth Rogen, Jude Apatow y Rebel Wilson.
Encima, cinco de los nuevos filmes de Sony aparecieron en internet antes de tiempo: Fury, Annie, Mr. Turner, Still Alice y To Write Love On Her Arms.
Mientras, abogados que representan a exempleados de Sony han depositado dos demandas judiciales colectivas contra Sony Pictures.
Damian Thong, analista de Macquarie Capital Securities, citado por AP, calcula que las pérdidas oscilarán entre los 170 millones de dólares y los 210 millones de dólares para Sony, una empresa conocida por las consolas de video PlayStation 4, las películas de Spider-Man y los teléfonos Xperia.
Cifra que ayer Thong considera de bajo impacto para una empresa que “generó 65 mil 800 millones en ventas en el año fiscal que terminó en marzo de 2014”.
¿Opinan que Sony debió cancelar The Interview?