'Zachrisson': desde la casa del maestro panameño



Un día, el director Abner Benaim recibió una llamada de la productora Lili Maduro, quien le proponía hacer un documental sobre el maestro nacional de la plástica Julio Zachrisson.

“Después de darle vueltas a muchas posibilidades, le propuse a Lili: ‘¿Qué tal si voy a Madrid sin un plan, solo a encontrarme con él, y ver a dónde nos lleva ese encuentro. Lili, inteligente y entendedora, aceptó”, recuerda Abner Benaim.

Ir al hogar de Julio Zachrisson en Madrid (España) fue considerado por Abner Benaim “una especie de investigación previa, con la gran posibilidad de seguir adelante a partir de ahí. Lo que era difícil de imaginar es que ese viaje, ese encuentro, iba a ser la pieza”.

Hacía años que escuchaba hablar del afamado grabador y “había visto una obra por aquí y otra por allá. Lo conocí aquí en Panamá, en la casa de Lili Maduro, y me encantó. Fue una relación de esas donde uno reconoce al otro como un amigo, como si ya estuviese escrito que así sería. Y así, entre chistes y curiosidad del uno por el otro, y unas cuantas conversaciones, quedamos conectados”, rememora Abner Benaim.

En aquel entonces Julio Zachrisson  estaba en el istmo para una individual de sus creaciones en la galería Allegro. “Esa fue la última vez que vino a Panamá, y aún podía ver”, dice Abner Benaim, autor de Zachrisson, que se proyectará este viernes 8 de abril, a las 6:00 p.m., y luego el lunes 11 de abril, a las 6:20 p.m., ambas en la sala 5 de Cinépolis Multiplaza.

“Qué lástima que no pueda verla, Daniel, ya que me he quedado ciego, pero seguro que quedó bien. La filmación fue en mi casa. Abner está muy entusiasmado con la película”, comenta Julio Zachrisson, vía telefónica, desde Madrid, ciudad donde reside desde 1961.

Conoce la obra fílmica de Abner Benaim, pues vio sus largometrajes ChanceInvasión.

Abner siempre estaba encima de todos nosotros: ‘vamos a hacer esto y lo otro’, ‘ponte acá”, comenta Zachrisson entre risas.

“Es normal repetir en las filmaciones las escenas. Entonces le decía a Abner: ‘para qué vamos a repetir tanto esa vaina”, indica a la par que vuelve a soltar una carcajada. “La casa la recorrió toda. Estuvieron bastante tiempo, como un mes. No venían todos los días, nos dejaban descansar. Me la pasaba vacilando con los tres miembros del equipo de filmación. Había pasado tiempo y le decía a Abner: ‘Oye, cuándo es que se va a ver eso’. Sé que es un trabajo lento”, indica con hilaridad el artista, quien visitó el istmo en 2012. “Yo tenía pensado hacer un viaje a Panamá, pero se me hace muy difícil”, anota serio.

La producción Zachrisson forma parte de la programación del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá), cuya quinta versión se inicia hoy jueves 7 de abril con la producción Viva, del director irlandés Paddy Breathnach.

El IFF Panamá está conformado por 75 películas y sus organizadores esperan una convocatoria de 30 mil espectadores para este año.

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‘Zachrisson’ se presentará el viernes 8 de abril a las 6:00 p.m., y luego el lunes 11 de abril, a las 6:20 p.m., en la sala 5 de Cinépolis Multiplaza.



 

DENTRO DEL APARTAMENTO

Abner Benaim se declara fan de las creaciones de Julio Zachrisson.

“Su obra guarda un equilibrio fascinante entre la ligereza de la felicidad, del espíritu rumbero, caribeño, y por otro lado, la densidad de nuestra existencia, las interrogantes sobre la vida y la muerte, el sexo, el amor y la patria”, anota Benaim.

“Me encantan sus grabados, y estando en su estudio me enamoré de muchísimas de sus obras. Es impresionante la cantidad de obra buena que realizó en su carrera”, señala Benaim.

“He dedicado mi obra a las leyendas nuestras y a nuestra realidad. Mi temática es una crónica de lo que sucede en Panamá. Aunque fíjate tú que mi obra sigue siendo un poco difícil para la gente. La aceptan y todo, pero hay cosas que no acaban de digerirlas. Vete tú a saber si el día de mañana la valorizarán mucho más”, resalta Julio Zachrisson.

Como ser humano, define a Zachrisson como “amable, genuino, inteligente, loquito, en el mejor sentido de la palabra. Me encanta la gente que es muy inteligente y muy peculiar a la vez. Es una combinación fascinante. Es muy lindo cómo te hace sentir siempre a gusto cuando estás con él. No solo a mí, los dos compañeros del crew (el cámara y el sonidista) quedaron enamorados de Julio y su esposa Marise. Son gente especial”.

“Si pierdes las raíces te vuelves un paria”, opina Julio Zachrisson, cuya obra ha girado casi fundamentalmente sobre el devenir de su patria, Panamá.





RODAJE

Filmar a don Julio y a su esposa María José Torrente (Marise) fue sencillo para Abner Benaim. “Les preguntamos, y ambos dijeron que sí, que me fuera a Madrid, que me estaban esperando”.

Convivir con don Julio para el documental fue una experiencia “intensa y preciosa. Yo los conocía, pero siempre en un ámbito social, neutral digamos. No había estado en una situación tan íntima de estar en su casa”.

Eran un equipo de tres: el cinematógrafo Juan Barrero, el sonidista Álvaro Silva Wuth y Abner Benaim como director y guionista. “Y cuando llegas con cámaras a la casa de alguien todo cambia. Hay un efecto muy fuerte que trae la cámara consigo. Este efecto yo quería incluirlo en la película, y por eso no hicimos un periodo de transición, de adaptación”.

De allí que ingresaron al hogar de los Zachrisson y empezaron a filmar 10 minutos después de llegar. “El crew estaba de acuerdo en que fue como si entrásemos al mar sin saber que estaba revuelto, y nos revolcaron varias olas hasta que nos dejaron tirados en la orilla otra vez, mareados, afectados”.

Esa noche Benaim se fue de vuelta a su hotel y pensó “toda la noche en la misma pregunta, y no era la usual que venía pensando hasta entonces: ‘¿qué voy a filmar? Sino una más interesante: ‘¿cómo voy a filmar?”.

La respuesta que vino a su mente, “casi como un mantra que repetí en silencio por los próximos días, fue con calma y paciencia. Lo más importante en este encuentro entre una pareja en la intimidad de su casa, de su historia de vida, y un crew documental, era justamente el encuentro, y la manera en la que este se diera”.

Una vez que eso quedó claro, “se calmaron las aguas. Me calmé yo, imagino, y todo empezó a fluir con la misma intensidad que en el día anterior, pero con serenidad”.

Zachrisson se filmó en 2015, en la residencia del artista nacional, ubicada justo frente a la Plaza de Toros de Las Ventas, Madrid. “Es un área muy linda, y aun así fue muy fácil tomar la decisión de no filmarla, pues la película que vine a hacer sucedía solo dentro del apartamento, y que todo lo demás sería una distracción”.

FINANCIAMIENTO

En el caso de Julio Zachrisson, el financiamiento fue por entero privado. “Es un caso muy raro, donde el productor está dispuesto a tomar toda la responsabilidad y el riesgo. Esto habla muy bien de la valentía y el amor por las artes de la productora Lili Maduro, de Mi Casita Films, pues su deseo genuino de plasmar en cine la historia de Julio Zachrisson, su obra, su persona, sus anécdotas, fueron la motivación para poner a andar este proyecto”.

Para Julio Zachrisson, Lili Maduro “es una persona muy importante en este proyecto. Su ayuda se la agradezco mucho. Mi amistad con Lili es muy auténtica”.

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