La ventaja de ciertas secuelas cinematográficas es que no deben perder tantos minutos en dar explicaciones a los espectadores. Ese ir al grano las salva de un posible naufragio argumental.
Eso le ocurre a El sorprendente Hombre Araña 2: el poder de Electro, que se estrena hoy en Panamá.
Una de las debilidades de su antecesora, estrenada en 2012 y dirigida por Marc Webb, es que la mitad de la trama la invirtió en explicar quién era el joven arácnido, cómo se infectó en un laboratorio, por qué se volvió un hombre de bien que lucha contra los malvados y un extenso etcétera.
No sé hasta qué punto era tan necesario darle tamaño espacio a esos detalles hartos sabidos por la mayoría de los espectadores del planeta, pues estamos ante un personaje que es un antiguo compañero de los cómics, las series de televisión y de la pantalla grande.
El anterior filme, que como ahora fue protagonizado por Andrew Garfield y Emma Stone, tardó demasiado en desarrollar lo que es importante en una producción sobre superhéroes: quién es el villano, cuáles son sus poderes y cómo se le vencerá.
El regreso a las salas de cine de una de las figuras más populares de la Marvel Comics, aunque tiene sus puntos débiles en un guión demasiado ambicioso, posee una notable vitalidad y frescura, una de las características de la personalidad de Peter Parker y su otro yo enmascarado.
UN TRÍO DIFERENTE
Tres recientes continuaciones fílmicas hechas por el lado más comercial de Hollywood, todas centradas en las andanzas de superhéroes salidos del cómic, han evidenciado que son mejores que sus originales, dejando en duda la sentencia que indica que en la llamada Meca del cine las segundas partes no son tan atractivas.
Hay que comenzar con Thor: El mundo oscuro (2013), del cineasta Alan Taylor.
Aunque este largometraje no es una joya indispensable en el devenir del séptimo arte global, sí recobró mi esperanza en este personaje hijo de Odín y creado por los estadounidenses Stan Lee y Jack Kirby (con la ayuda de la mitología nórdica), más si se le compara con la irregular Thor (2011), de un Kenneth Branagh excelente cuando se embarca en piezas de William Shakespeare, pero que todavía no sabe cómo hacer un proyecto industrial valioso.
Chris Hemsworth como Thor me sigue pareciendo insípido, pero hubo un giro de 180 grados con el personaje de su hermano, el tramposo Loki, quien en la número uno fue desperdiciado por completo y que el año pasado tuvo un cambio positivo cuando le dieron más libertad interpretativa al talentoso Tom Hiddleston.
Thor se quedó con 449.3 millones de billetes verdes de la boletería mundial y su continuación hizo 644.7 millones de dólares.
Como ya es rutinario, hay un tercer capítulo sobre el heredero del dios del trueno, que debe estar preparado entre 2016 y 2017.
EL CHICO DEL ESCUDO
La segunda prueba ocurrió con la sobresaliente Capitán América: El soldado de invierno (2014), de los directores Anthony y Joe Russo, que supera los resultados artísticos obtenidos por una correcta Capitán América: El primer vengador (2011), del realizador Joe Johnston.
Este personaje, creado en 1941 por los historietistas Joe Simon y Jack Kirby, retornó a las salas con un villano modelo, preciso y práctico (esencial para que este tipo de franquicia audiovisual funcione), una acción extraordinaria que no le robaba tanta atención a la historia en sí, un uso racional de los efectos especiales (que no estorbaban como pasa en ocasiones con productos similares) y un deseo de entretener de forma sana para deleite de los espectadores de todas las edades.
De paso, el asunto ha funcionado de maravilla, tanto en la taquilla mundial (llevaba 677 millones de dólares recaudados hasta ayer) como en el aprecio de los críticos estadounidenses (un 89% de un total de 100) .
En cuanto a la plata, su aumento fue mayúsculo si recordamos que la primera entrega hizo un total de 370.5 millones de dólares.
Tantas buenas noticias han hecho que los Russo vayan a rodar la tercera parte de este personaje encarnado por Chris Evans, y cuyo estreno está programado en Estados Unidos para el 6 de mayo de 2016.
TRAS LA TELARAÑA
La otra prueba que toda regla tiene su excepción, por lo menos en materia fílmica, es El Sorprendente Hombre Araña 2: El poder de Electro (2014), de Marc Webb, quien curiosamente se supera a sí mismo, ya que recordemos que se trata del mismo señor que estuvo detrás de las cámaras de la primera entrega proyectada hace dos años.
Este largometraje, que se proyecta hoy en Panamá y mañana viernes en Estados Unidos, tiene como talón de Aquiles un argumento que quiere abarcar muchos conflictos dramáticos, y ese intento le quita cierto esplendor a su conjunto: la presentación y evolución de tres villanos, una historia de amor entre Peter Parker y el final trágico de uno de los personajes de la saga.
Como señala Leslie Felperin, crítica de cine de The Hollywood Reporter, este retorno del Hombre Araña “tiene más peso emocional y resulta más satisfactorio que la cinta anterior”.
Que estas tres películas tengan un nivel óptimo se traduce en que debe estar igual o mejor Los vengadores 2: La era de Ultron, que podrá ser vista a partir del 1 de mayo de 2015.