El 23 de octubre de 2006, a las 2:42 p.m., se registró un incendio de un autobús de la ruta Mano de Piedra-Corredor Norte en la avenida Martín Sosa, en la ciudad de Panamá.
En cuestión de segundos, en el interior del autobús 8B-06 reinaron el fuego, el humo, los vidrios rotos, los gritos, el caos, la desesperación y la muerte.
El saldo de aquella tragedia en el sector de La Cresta fue de 18 personas que fallecieron calcinadas a causa de las llamas a bordo de un vehículo que carecía de una puerta trasera de escape. Un grupo de 25 heridos sobrevivió tras lo ocurrido.
Aquel suceso retomó la antigua discusión sobre cuáles son las debilidades del transporte público en la capital del país.
Pituka Ortega-Heilbron, como tantos otros istmeños, vio las noticias sobre el colectivo siniestrado y sintió una combinación de emociones que iban del horror a la indignación.
Por eso, esta directora y guionista decidió que con su cámara iba a colaborar a encontrar explicaciones sobre el calvario del sistema urbano de transporte.
Así comenzó el proceso que da como resultado el documental La Ruta, que tendrá su estreno mundial este sábado 9 de abril, a las 2:00 p.m., en sala 6 de Cinépolis de Multiplaza, en el marco del quinto Festival Internacional de Cine de Panamá.
La Ruta muestra “un pedacito de la realidad del panameño de la urbe, para que todos pensemos y evaluemos qué tipo de país somos. Ver cómo la gente se transporta mientras los rascacielos espectaculares adornan nuestra ciudad”, plantea Ortega-Heilbron sobre su película, que luego se proyectará el 13 de abril, a las 3:30 p.m., en el Anfiteatro de la Presidencia.
LA RUTA DEL TRANSPORTE
Pituka Ortega-Heilbron, cineasta panameña, opina que la solución a la problemática del transporte público en Panamá guarda estrecha relación con “los buses, las calles, los conductores, los pasajeros, los transportistas, la mentalidad y la voluntad de todos”.
Sin embargo, considera que “de todos los problemas bases que tiene Panamá: educación, salud, seguridad y transporte, este último es el menos difícil de resolver y ya han comenzado. Un buen transporte abrirá el camino a mejoras en otras áreas. El panameño está listo”.
Ve como una acción positiva la primera línea del Metro y las otras dos líneas que vendrán y “eventualmente serán algo de mucho orgullo, siempre y cuando el gobierno sea disciplinado y constante en su mantenimiento y servicio, y el panameño cuide su transporte”.
LO COTIDIANO
La Ruta sigue el día a día de tres panameños vinculados con el devenir del transporte público.
El trío protagónico de esta producción reside en el corregimiento de Tocumen.
Dos son usuarios, Severino González (obrero de la construcción) y Lucía Zavala (cocinera en una fonda), y el otro es el chofer de autobús Alcides Pineda.
Para que ellos lleguen a tiempo a sus trabajos deben salir de sus casas de madrugada: entre las 2:45 a.m., y las 3:30 a.m. “Hemos vivido lo que enfrentan estas mujeres, jóvenes y hombres. Nosotros los seguimos varias veces, y al mediodía estábamos destruidos por el cansancio, y pensar que ellos todos los días pasan por esto y cumplen con una faena laboral. Te da mucho que pensar”, resalta.
El chofer del transporte público recuerda en La Ruta que los diablos rojos eran vehículos de Estados Unidos hechos para trasladar niños a sus escuelas primarias. “Es la mentalidad del Tercer Mundo, ¿no? Resolver y darle a un pueblo necesitado lo que sea porque lo necesita desesperadamente, es lo que hemos hecho siempre”.
DINÁMICA
Al principio, el filme se iba a centrar en Severino González, pero en pleno rodaje, en una piquera apareció Alcides Pineda manejando un diablo rojo y agregarlo fue una decisión inmediata.
“Entonces nos hizo falta una mujer, y fue Lucy, quien cocina para los obreros, la que nos cautivó. A Severino lo conseguí a través de una compañía de construcción. Quería a alguien comprometido, puro, trabajador, y cuando conocí a Severino supe que él era”, recuerda.
“El cine tiene vida propia, es impresionante, al ver el material te dice exactamente por qué camino tienes que tomar”, explica la autora del documental Los puños de una nación (2005).
POR ETAPAS
El proceso para que aceptaran ser filmados fue sencillo con González y Pineda. “Es más, Alcides nos dijo que quería hablarle a la cámara, pero Lucy tomó más tiempo para que nos tuviera confianza. El panameño no confía en la cámara”, comenta.
En términos de producción siguieron a sus personajes por épocas y de acuerdo a la disponibilidad de los miembros del equipo de La Ruta, más los vaivenes de la política de transporte.
También les dieron cámaras a los tres. “En el documental hay momentos filmados por ellos mismos”.
Fue un rodaje construido por etapas. La Ruta, que se hizo gracias a un aporte de $180 mil, es el resultado de seis años y medio de labores, sin contar el tiempo de su posproducción.
“Empezamos en mayo de 2008. Cuando cambió el gobierno en 2009 y se iniciaban los cambios en el transporte tuvimos que tomar una pausa, pues teníamos que ver qué iba a pasar”, señala Ortega-Heilbron.
DESTINO
Al final de La Ruta, la realidad de los tres personajes no cambió con la llegada del Metro y los Metro bus.
“Por eso es que las líneas adicionales del Metro son esenciales para que haya un mayor impacto. En cuanto a los buses, esperemos que las acciones que se proponen den resultados”, anota.
Tiene esperanza de que si el panameño “siente la voluntad de un cambio va a responder, pues quiere sentir que vive en un país civilizado, donde él y ella, los que viajan en estos buses, importan”, anota.
Eso fue lo que percibió “cuando salieron los primeros metrobuses. Había un orden y una disposición a apegarse a los métodos planteados de las tarjetas, las estaciones, en fin, todo, pero en el momento en que entró la desilusión, eso fue ‘todo pal campeón”.