La exitosa 'Ocho apellidos vascos' llega al IFF Panamá

La exitosa 'Ocho apellidos vascos' llega al IFF Panamá


Cuando el español Álvaro Augustín produce una comedia siempre aplica un principio que considera básico para conquistar al público sin morbo y sin trampas: “Con cuidado de reírse sin ofender”.

Esa regla la aplicó en Ocho apellidos vascos, película que inaugura hoy jueves, a las 8:30 p.m., la cuarta edición del Festival Internacional de Cine de Panamá  (IFF Panamá) en el Teatro Nacional, y vaya que le dio resultado.

Tiene mucha curiosidad por ver cómo reacciona el público istmeño. “Es una gran incógnita, ya que la película es muy nuestra”, dice.

Se siente honrado que sea la producción inaugural de este evento anual. “A las comedias no se las suele considerar muy a menudo en los festivales, y presentar Ocho apellidos vascos en Panamá supone para nosotros un verdadero orgullo”.

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TODOS LOS RÉCORDS

La divertida Ocho apellidos vascos, dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, es sobre los prejuicios, el desamor, la soledad y el amor por el terruño, todo en el marco de los prejuicios que pueden existir entre un sector de los andaluces hacia los vascos y viceversa.

Se trata de la película española más vista en su país de origen con 56 millones de euros (unos 60.3 millones de dólares) de recaudación nacional, y fue vista en 2014 por 9.5 millones de espectadores, de acuerdo a cifras de la Confederación FAPAE.

“Ninguno de los que participamos en esta producción esperábamos un éxito semejante. Sabíamos que la película podía ir bien, pero de ahí a batir todos los récords de taquilla...”, responde.

Como si esas cifras no fueran música para el oído de cualquier inversor, es la segunda producción de todos los tiempos que más dinero ha hecho en España.

¿Cuál título se le ocurrió ganarle? El rey global: el filme estadounidense de ciencia ficción Avatar, de James Cameron.

Algunas señales positivas sí tenían. Recuerda que en las primeras proyecciones para los miembros de la industria española notaron que el asunto iba por el camino correcto.

“La gente salía muerta de risa y pedía volver a verla. A partir de ahí, comenzó su maravillosa andadura: durante las cinco primeras semanas, la película crecía y crecía en recaudación, algo inaudito y sorprendente. Los distribuidores, Universal, no daban crédito”, resalta Álvaro Augustín, quien ha producido títulos clásicos españoles Celda 211 (2009) y Lo imposible (2012).

Esta comedia es la prueba fehaciente de que el amor es capaz de romper en mil pedazos el más cimentado de los prejuicios.





MANERAS DE SER

¿Cómo se hacen chistes sobre vascos y andaluces sin que molesten ni ofendan a los espectadores de ambas comunidades?

Augustín comparte el secreto de manera exclusiva con La Prensa: “Cada uno tiene su manera de ser, con sus virtudes y sus defectos, pero no hay nada más sano que reírse de uno mismo para que las cosas que nos diferencian nos acaben acercando”.

Cuando disfrute de Ocho apellidos vascos hoy en el Teatro Nacional, o bien el sábado 11 de abril, a las 9:45 p.m., en el Mirador del Pacífico de la cinta costera II, no vaya a creer que los prejuicios que existen entre vascos y andaluces son tan severos y tan agudos.

“Al tratarse de una comedia, teníamos licencia para exagerar. Espero que no existan muchas personas tan exageradas como nuestros personajes”, comenta.

El guión lo redactaron Borja Cobeaga y Diego San José, dos escritores vascos muy experimentados en el arte de hacer reír a la platea.

La premisa que les dieron fue la siguiente: “¿qué pasa cuando un andaluz muy andaluz, se enamora de una vasca muy vasca? A partir de ahí, solo había que ponerse a recopilar tópicos y ponerlos al servicio de la historia”.

España es un país muy diverso con muchas culturas muy diferentes. Y a veces llevamos la diferencia hasta el extremo... hasta que el amor se cruce en nuestro camino”, añade el que también ha producido largometrajes como El laberinto del fauno (2006) y Alatriste (2006).

Más allá de los prejuicios, Ocho apellidos vascos es sobre las relaciones entre padres e hijos, así como el cariño y el respeto que se tiene por los orígenes.

Además, es una comedia de enredos a favor del amor, que es un sentimiento más fuerte que los prejuicios y capaz de romper cualquier distancia. “La historia que contamos ha servido para demostrarnos a nosotros mismos que hay muchas más cosas que nos unen que las que nos separan”, anota.

En 2016 llegará a las salas de España lo que es de rigor cuando un triunfo cinematográfico toca a la puerta de un productor: se estrenará Ocho apellidos vascos 2. “Estamos ultimando el guión, con el mismo equipo creativo y el mismo reparto”, adelanta Álvaro Augustín. “En esta ocasión, nuestros personajes acabarán, por azares del destino, en Cataluña”.

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