El séptimo arte en ocasiones tiene la capacidad de conmover, de hacer pensar, de que la audiencia reaccione y que se emocione a los niveles más sublimes.
Cuando usted vea el hermoso documental panameño Es hora de enamorarse, una historia entre bambalinas, va sentir una serie de reacciones hermosas que harán que ese halo que nos hace humanos obtenga nuevas fuerzas en su corazón.
En más de una escena usted, le aseguro, va a estar tentado a llorar, reír y soñar. Sentirá una enorme cercanía con esos muchachos que ensayan una obra de teatro, la primera inclusiva en Centroamérica: La Cucarachita Mandinga, de Rogelio Sinán y música de Gonzalo Brenes.
Se trata de una histórica puesta en escena integrada por un elenco de 25 jóvenes, 13 de ellos con síndrome de Down.
Va a descubrir además que esos chicos y chicas, así como sus madres y padres, son verdaderos héroes porque son gente que sale adelante, que no se detiene ante nada, que miran de frente a la vida y a sus retos cotidianos.
Es hora de enamorarse, una historia entre bambalinas se proyecta en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá) hoy domingo 10 de abril, a la 1:00 p.m., en el Teatro Balboa.
Después, esta película nacional producida por Down Panamá estará el martes 12 de abril, a las 3:30 p.m., en la Sala 5 de Cinépolis Multiplaza.
CONTENIDO
Esta producción es sencilla en su forma y en su fondo. En lo que se concentra y apuesta su director, Guido Bilbao, es en que sus personajes cuenten sus historias desde una mirada honesta y sincera, que se muestren al natural, sin complejos, sin medias tintas.
Y eso es suficiente para que este título brille con una luz propia, pues lo que se cuenta es tan noble, tan humano, que uno olvida que su costura se ve humilde.
Eso sí, me causa molestia que otros filmes tengan presupuestos mucho más holgados y que no usen adecuadamente el dinero que han logrado reunir.
Es que Es hora de enamorarse, una historia entre bambalinas, con un presupuesto reducido, hizo tanto y tan bien.
NOBLEZA
El documental tiene la misión de enfrentarnos a la realidad más dura y compleja de lo que ocurre a nuestro alrededor, y que no siempre uno percibe por andar en su propio mundo. Es un género que tiene la obligación de denunciar, que advierte, que señala, que nos invita a cambiar de rumbo.
Es hora de enamorarse, una historia entre bambalinas, cumple con ese principio del documental de una manera sobresaliente.
Su trama despertará sentimientos nobles en la platea, y espero que los invite a colaborar para que estos jóvenes tengan su espacio en esta sociedad que los necesita para seguir creciendo como nación, y que nadie ose crearles barreras. Y si lo hacen, cuidado, que estos actores, sus familiares y los demás artistas involucrados en La Cucarachita Mandinga no permitirán que usted les haga mella.
Es hora de enamorarse, una historia entre bambalinas es también una útil y necesaria lección cívica.
Nos recuerda que nadie debe discriminar o marginar al otro. Nos plantea que debemos ser solidarios con los demás, pues todos estamos en este mismo barco que es la vida y que todos nos necesitamos para que el caminar no se detenga.
Espero con ilusión el retorno de estos chicos y chicas al escenario. Del 21 al 30 de abril volverán a estar en proscenio con la pieza Sin tu cariño, con música de Rubén Blades, en el Teatro en Círculo.
Entonces, quien ahora escribe de seguro volverá a reír, a llorar y a soñar gracias a estos seres geniales.
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