En marzo de 2012, los productores argentinos Ileana Novas y Pablo Schverdfinger conversaron con la directora panameña Pituka Ortega Heilbron para que se hiciera cargo de uno de los cortos que componen Historias del Canal, que se estrenó el jueves 9 de octubre en todos los complejos del país.
Esta producción, que enaltece al Canal de Panamá, al istmo y a su gente, cuenta cinco historias de momentos históricos (1913, 1950, 1964, 1977 y 2013) y son firmadas por los directores panameños Carolina Borrero, Pinky Mon, Luis Franco Brantley, Abner Benaim y Ortega Heilbron.
“A medida que hablábamos, me pareció que podía ser valioso para ellos tener una contraparte nacional y les consulté si querían que además fuera productora. Sin conocerme mucho, les pareció buena la idea”, recuerda Ortega Heilbron.
Todo comenzó con una fotografía que compraron Novas y Schverdfinger en 1999, cuando ambos fueron contratados para trabajar por un año en este país.
La imagen de 1913 captaba las primeras bodas de afrodescendientes en el corte Culebra. Se preguntaron “por qué estaban tristes las dos novias si se estaban casando. Comenzamos a hilar por allí”, dice Schverdfinger.
Historias del Canal es el resultado de dos meses y medio de preproducción, más dos meses de rodaje y cuatro meses de posproducción.
“Entre 8 y 10 días de rodaje por cada corto, dependiendo de su complejidad. Nunca en mi vida había trabajado en algo tan rápido”, señala Ortega Heilbron sobre el proceso.
SOBRE PATRIA E IDENTIDAD
Cuando Carolina Borrero recibe visitas del extranjero, les confecciona una agenda en la que siempre incluye dos recorridos obligados: el Canal de Panamá y el Museo del Canal Interoceánico.
Por eso, a esta cineasta argentina-panameña le encantó dirigir en Historias del Canal el corto 1913, sobre la desigualdad social, racial y de género que enfrentaron los afrodescendientes durante la construcción del Canal.
“Representar a una etnia a la que no pertenezco, me hizo tener mucho cuidado con cada detalle. Leí muchos libros y visité el Museo Afroantillano”, explica.
Borrero echó mano a que tiene más de un punto en común con las hermanas Clarice y Rose (protagonistas de 1913): las tres son mujeres, inmigrantes y que decidieron quedarse en este país.
A todo actor y extra que participó en 1913, cuyos ascendientes vinieron de otras tierras para hacer posible el Canal, les pidió que le contaran la vida de sus familias. Descubrió que si bien 1913 es un acto de ficción, lo que se cuenta es el reflejo de miles de historias reales.
Otro aspecto de 1913, indica, es que le recuerda a la audiencia las miles de vidas que se perdieron durante la construcción del Canal.
Por su lado, Mayra Hurley, que encarna a Rose en 1913, lamenta que la historia oficial haya minimizado de alguna manera a los negros.
Se siente feliz de colaborar a mostrar “ese lado de la historia y presentar el punto de vista de los negros. 1913 es una historia cercana. Mis abuelos de padre vinieron de Barbados y de Jamaica para el Canal”.
1950
La década de 1950 está de moda, opina Pinky Mon, hecho que ayudó a darle forma al corto de este publicista y cineasta.
1950 se cuenta desde los ojos de un niño zonian (Jake), quien se debate entre dejar su terruño (la Zona del Canal), su atracción por lo que hay detrás de los alambrados que le rodean (la ciudad de Panamá) y la promesa de su madre que será feliz en Estados Unidos, país que no siente como propio.
Este segundo corto de Historias del Canal está repleto de niños que comparten juegos, riesgos y prejuicios.
Para que el ambiente fuera relajado, Mon convirtió la filmación en algo lúdico: divirtiéndose con los chicos antes y durante el tiempo que la cámara se encendía.
1950 es sobre el sentido de identidad del zonian, que era estadounidense e istmeño, piensa. “Al final, muchos zonians se fueron, pero regresaron a Panamá porque esta era su casa, no era tanto el tema político sino más bien lo social. La historia de Jake es la realidad de los estadounidenses que echaron raíces en la Zona”, plantea.
Le agrada que le tocara la visión del zonian. “Esta realidad siempre me llamó la atención. Los panameños estamos tan inmersos en la recuperación del Canal, que no se nos ocurre preguntarnos qué pensaban los gringos que estaban en el país”.
De muchacho, le “era común ver a estadounidenses que vivían con un pie en Panamá y otro en la Zona. Unos lo aceptaban y otros no”.
1964
Luis Franco Brantley tenía 12 años cuando se dieron los sucesos sangrientos del 9 de enero de 1964.
“El 9 de enero marcó el inicio definitivo para la recuperación del Canal. No fue la intención primera de la marcha de los estudiantes del Instituto Nacional que fueron a la escuela en Balboa, sino cómo evolucionó la situación”, indica el que estudió cine en Cuba y España y lidera el corto 1964.
“Izar la bandera en Balboa era un acuerdo que habíamos firmado con un presidente, John F. Kennedy, que había sido asesinado unos meses antes. Había un ambiente complejo entre Panamá y Estados Unidos”, resalta Franco Brantley.
Le pareció emocionante filmar en escenarios reales. “Estuvimos en un estado especial, incluso los técnicos de afuera que participaron en 1964. Gradualmente nos metimos en la historia”.
Historias del Canal está compuesta por 5 cortos dirigidos por 5 cineastas distintos.
Ser panameño y egresado del Instituto Nacional era para él una “responsabilidad muy grande. No es hasta ahora que hemos visto desde el cine, sin ánimos de ofender a nadie, nuestra historia con tanto rigor como en Historias del Canal”.
A Hanna Schobitz, quien es Lucy en 1964, una zonian que se enamora de un istmeño durante lo ocurrido en 1964, nunca le enseñaron aquellos hechos.
“Fue interesante porque Luis Franco sabe tanto de historia. Cuando lo conocí me lo contó todo. Qué fuerte que haya pasado algo así”.
1977
El corto 1977, sobre un conductor que supuestamente estuvo cerca de los negociadores estadounidenses durante el preámbulo de los tratados Torrijos-Carter, respira sentido del humor por todos sus costados. Lo dirigió Abner Benaim.
“Teníamos la ventaja que como no era un hecho histórico, sino producto de la imaginación, aunque basado en hechos reales”, por eso Benaim echó mano de las bondades de la comedia.
También utilizó el ritmo y el estilo de las típicas películas de intriga sobre espías durante una Guerra Fría que en Panamá “es un elemento primordial en la firma de los tratados. Las negociaciones canaleras no estaban desligadas de lo que pasaba en otras partes del mundo. Estados Unidos se desprendía de las colonias, una tendencia de las grandes potencias de la época”.
En 1977 aparece la figura de Omar Torrijos Herrera, quien “logró la recuperación del Canal, por llevar a fiestas a los estadounidenses. Aunque no lo logró solo”.
“Los tratados cambiaron el destino de Panamá. Nos permitieron tener el Canal, nuestro activo más importante. El corto, y esta película en general, trata sobre este tema”, indica Benaim.
2013
Pituka Ortega Heilbron comenta que 2013 fue la primera en ser rodada y la última cuyo guión fue acabado. Este corto, explica, se relaciona con el principio, 1913, y habla de recordar, así como de la ampliación del Canal de Panamá.
"2013 fue la más difícil en Historias del Canal porque no tiene asidero histórico. Es una historia contemplativa y espiritual, en la que no hay conflictos marcados”, indica.
2013, resalta, de alguna forma está formada de las otras cuatro historias restantes. “Es el resultado de todas. Es la de mayor añoranza y la más emotiva. Funciona por haber visto las otras cuatro”.
Opina que 2013 en particular e Historias del Canal en general “habla de la dignidad y el orgullo por el pasado, el presente y el futuro de Panamá, y no lo hacemos desde la condescendencia sino desde lo heroico de la construcción del Canal, por la conquista de nuestra soberanía plena, por los tratados Torrijos-Carter, por la ampliación del Canal”.
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