El director Aarón Zebede plantea que el mayor reto del musical Jesucristo SuperStar fue encontrar el elenco.
"No cualquier actor tiene el talento y la fuerza para llevar, digamos, a un Jesús y a un Judas al nivel que necesitamos para que funcione. Tuve la suerte de encontrarlos", dice Zebede sobre el equipo de artistas que lo acompaña en este montaje, que se presenta hasta el 7 de junio en el Teatro Nacional.
JESÚS
En opinión de Leonte Bordanea, Jesús, su responsabilidad dentro de este musical, es "un revolucionario de la paz y al amor; un apasionado por el ser humano, en búsqueda de su salvación y un noble; un firme creyente y defensor de la palabra de Dios".
"Aunque espiritualmente Jesús esté preparado según las escrituras, como actor sobre el escenario reflejar esas emociones resulta muy complejo y su búsqueda mas aún", indica Bordanea.
Se trata de aceptar el "dolor físico hasta morir, es un reto que me gusta y disfruto como actor, pero me consume emocional y físicamente al terminar la obra. Mi compromiso como actor es con el arte, pero esta vez también con los creyentes del Jesucristo divino".
MARÍA MAGDALENA
Hoy repite en el mismo papel de la mano de Aarón Zebede.
"Es una bonita experiencia volver a visitar el personaje, pudiendo ahora aplicar lo que he aprendido en 10 años de actuación y, bueno, de vida", plantea Davidson, quien además es una de las productoras de este musical.
Define a María Magdalena como una mujer que, "más allá de las experiencias difíciles que le ha tocado vivir, reconoce desde el principio que Jesús tiene una misión que cumplir y que tiene la fuerza interna para hacerlo, por lo que ella decide ser una parte instrumental de ese viaje".
JUDAS
Sobre Judas, el personaje que encarna en Jesucristo SuperStar, Manuel Corredera dice que "todo depende del ángulo con que lo mires: un héroe y un villano, una víctima de las consecuencias".
"Es un hombre de ideales inquebrantables por nada ni por nadie, para el que no existen puntos grises; negro o blanco. Un preocupado por los pobres y las consecuencias de la fama de Jesús", manifiesta quien en la versión de 2005 tuvo el rol de Simón Zelotes.
¿Cómo transmitir humanidad a este personaje? "Este ha sido mi mayor reto. Al principio tuve un poco de temor del personaje, pero a medida de que los ensayos transcurrían, lo comprendía. Judas hizo lo que creía correcto, fue solo una pieza fundamental en el plan maestro para la humanidad".
HERODES
Para Miguel Cuadra, Herodes es una estrella del rock, "el vive en su mundo, no le importa más nadie que él. Es egocéntrico, narcisista y degenerado. Vive por las emociones presentes. Le gusta que lo reconozcan y las emociones nuevas que lo saquen de su cotidianidad".
En opinión de Cuadra, que en la puesta en escena de 2005 fue Pilatos, su humanidad nace "justo en todas sus imperfecciones, como todos. La única diferencia con los demás, es que Herodes no tiene límites ni nada que lo frene. Él no siente, ni piensa que lo que hace sea malo. No lo hace con el fin de dañar, lo hace para satisfacer sus necesidades. Si alguien sale lastimado o se ve afectado, eso no es importante para él".
PONCIO PILATOS
El actor Randy Domínguez considera que Poncio Pilatos es un político que se aferra al poder.
"Es sarcástico y escéptico, pero en el fondo, justo. Tiene un amplio conocimiento de sus funciones y de las leyes. Para unos es un santo, para otros, la encarnación de la debilidad humana, el político arquetípico que está dispuesto a sacrificar a un hombre en aras de la estabilidad. Se labró una reputación por la forma en que trató a Jesucristo", resalta.
"Hay quienes lo han tildado de cobarde por su reprensible decisión de permitir que torturaran y mataran a Jesús para protegerse a sí mismo. Pero tal vez su deber no era tanto el de sostener la justicia, sino el de promover la paz y los intereses romanos", señala Domínguez, quien participó en el Jesuscristo SuperStar que llevó a cabo Bruce Quinn en 1996 y 2005.
"Pilatos, como prefecto romano, es el reflejo de lo que vivimos hoy día en nuestra política criolla con algunos administradores de justicia. Él intentó liberar a Jesús, y quiso evitar a toda costa su ejecución, ya que consideraba que no representaba ninguna amenaza para Roma. También sabía que si lo liberaba, se acarrearía graves problemas, y quería evitar eso, pero fue consciente de que ceder a las exigencias de los judíos sería una señal de debilidad", anota.
CAIFÁS
Del elenco de este musical, quien tiene una relación más antigua con Jesucristo SuperStar es Luis Arteaga, quien durante cuatro décadas ha estado vinculado con esta obra.
A los 12 años, en 1976, fue un niño del pueblo en la primera versión de las tres que dirigió el maestro Bruce Quinn.
"Allí conocí a esas figuras emblemáticas del teatro panameño del fin del siglo pasado: Federico Cabrera DeLima, Juan Carlos Cervantes, Roberto McKay, José Carranza y Maritza Vargas. Además, al maestro Tille Valderrama, cuando aún no realizaba sus estudios en Berklee College of Music", rememora Arteaga.
20 años después, ya cuando era un cantante profesional, representó a Pilatos, "siendo mi primera participación en la que ha sido una pequeña, pero satisfactoria carrera en el teatro musical".
Para 2005 logró "el soñado antagónico: Judas, compartiendo con Juan Carlos Adames y Janelle Davidson".
En esta ocasión, Luis Arteaga es Caifás, quien representa "un eslabón en la cadena de poderes intermedios que llega hasta el emperador. Roma ocupa Israel, pero mantiene su súper estructura intacta: reyes, sacerdotes. Ellos le hacen el trabajo sucio de sometimiento al pueblo mientras su gobernador se ocupa de los asuntos militares estratégicos y de enviar el impuesto a la metrópoli".
De acuerdo con su parecer, Caifás ve en Jesús "a un agitador, un potencial peligro. No puede matarlo, pero puede manipular a Pilatos para que lo haga 'legalmente'. Es cínico, pues utiliza la religión para argumentar ante los suyos, pero le habla al romano en su lenguaje, lo arrincona con el argumento de que el Nazareno dice ser rey, lo cual atenta contra la majestad del César".
Luis Arteaga reconoce que entre los personajes de Jesucristo SuperStar es Caifás "el que menos empatía puede generar en el público, a menos que lo mire una persona con las mismas características de personalidad, dispuesta a hacer lo mismo en su lugar".
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