Los Vengadores: la era de Ultrón, al igual que el resto de las películas basadas en los siempre interesantes héroes de la compañía Marvel, está elaborada para el disfrute de los admiradores de los cómics y para aquellos que adoran las películas de aventuras.
Gracias a la influencia de sagas como las de Batman (curiosamente de su archienemigo D.C. Comics), tanto las de Tim Burton como las de Christopher Nolan, el llamado subgénero de los superhéroes, además, debe tener un substrato dramático, lo que ha motivado para que sea visto con ojos de respeto por los académicos e historiadores.
Ese lado de dolores, conflictos y debilidades no es complicado para unos hombres y mujeres que poseen poderes fuera de lo común y que para ellos esos dones no siempre son una ventaja sino más bien una carga, algo que los hermana a los personajes del teatro griego y a los pensados por William Shakespeare.
El director Joss Whedon le ha dado a las dos entregas de Los Vengadores coherencia y equilibrio, dos virtudes importantes para películas que supuestamente están hechas para el ocio pleno y llano.
No es fácil elaborar un largometraje de estructura coral (de más de un protagonista) y dejar en una buena posición y contentos, a tanto personaje y a tanto actor que los encarna, y de paso, esa satisfacción también lograr cautivar al espectador. Esto lo ha conseguido Whedon con ambas entregas de Los Vengadores.
En la industria madre de los mayores blockbuster de la historia del cine (término que suena cada vez más a añejo por el cierre de las cadenas de alquiler y venta de dvd) son las películas de Marvel y D.C. Comics las que siempre van más allá a la hora de lo espectacular y esta segunda parte de Los Vengadores supera a su antecesora en ese renglón.
Las escenas de acción de Los Vengadores: la era de Ultrón están bien construidas, y una vez más, están elaboradas con tal intensidad, para que de esa manera todos los héroes brillen por igual, aunque en esta ocasión la trama sí se centra mucho en el desarrollo de algunos de sus personajes en particular.
Se nota que Joss Whedon tiene claro cómo desea mostrar ese universo que va del fantástico y pasa por la ciencia ficción con una soltura increíble.
Claro, se supone que debe ser así, que uno se crea lo que está viendo en la pantalla grande, pero ocurre que no siempre eso se da porque hay ocasiones en que la audiencia siente que le están tomando el pelo, como se dio en producciones sobre superhéroes como las firmadas por artesanos del lente, para no decirles criminales de la cámara, como Joel Schumacher, Jeannot Szwarc, Mark Neveldine, Brian Taylor, Bradford May, Kenneth Johnson y un largo, etc.
Los parlamentos más graciosos, sarcásticos, irónicos y los que tienen más dosis de humor autorreferencial de Los Vengadores: la era de Ultrón van por cuenta de Iron Man y Hulk, los que se roban la alegría de la fiesta, más uno que otro buen diálogo de Thor y compañía limitada.
Mientras que Ojo de Halcón y Viuda Negra también tienen su espacio para ir creciendo e ir coqueteando con la posibilidad que en un futuro ambos sean estrellas de sus propios filmes.
Uno muestra su lado familiar (un tipo tierno, quién lo diría) y a ella la vemos en un conflicto de amor imposible con el hombre que se pone verde y grande cuando se enoja (sí, la niña en el fondo es una romántica).
Como es ya obligación en las sagas de la Marvel, dentro del argumento hay guiños para los más geek, tanto para aquellos que han visto, más de una vez, las producciones anteriores de estos superhéroes (de Iron Man a El soldado de invierno) y para los consumidores de los cómics.
Es divertido ver cómo este sector disfruta los mensajes ocultos que el resto de los mortales de la platea no tiene idea por dónde va tabla. Esa es una de las características de estas películas, su capacidad de tener más de una capa de contenido.
Ahora viene un pero. Los Vengadores: la era de Ultrón cae en cierta irregularidad cuando se quiere tomar demasiado en serio, pensando Joss Whedon que tiene la fortaleza de Christopher Nolan y eso no es posible.
Entiendo que Whedon quiere aprovecharse que en la primera ya explicó lo necesario a los menos versados en la materia, y ahora quiere ahondar en ese mundo que tiene tantas ramificaciones coherentemente elaboradas.
Esa es una decisión audaz, pero no es viable al 100% porque la atención decae un tanto y es cuando uno siente los 141 minutos de esta película.
Igual, siempre es un placer ver en un mismo largometraje al Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Iron Man (Robert Downey Jr.), Hulk (Mark Ruffalo), Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Ojo de Halcón (Jeremy Renner). Y no solo verlos trabajar por separado y en grupo, sino que además las coreografías de batallas que ofrece Joss Whedon son tan emocionantes y delirantes que parecen sacadas del cómic que fue el primer espacio donde estos seres cobraron vida.
¿Cuál de las dos entregas de Los Vengadores les agradó más? ¿Cuál es su personaje de la Marvel favorito?