‘La teoría del todo’: las dolencias de una biografía

‘La teoría del todo’: las dolencias de una biografía


La presentable La teoría del todo es ese tipo de película de buen corazón que está sustentada por la excelente labor de sus actores centrales, su hermosa música y sus mensajes a favor de la superación personal, y no tanto por la calidad estética de su conjunto ni por la profundidad de su trama.

Aplaudo cuatro de las cinco nominaciones al premio Óscar que ostenta este largometraje del director James Marsh: actor principal (Eddie Redmayne), actriz principal (Felicity Jones), guion adaptado (Anthony McCarlen) y banda sonora (Johann Johansson).

Aunque me parece demasiado que tenga su espacio dentro del aparte de mejor película del año, si se le compara con otras candidatas que son superiores a La teoría del todo como Birdman, Boyhood, El gran hotel Budapest, Whiplash, The Imitation Game y Selma.

En vez de La teoría del todo, los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood debieron incluir en este apartado a otras producciones que fueron obviadas por manejar temas incómodos y que no son políticamente correctos como El amor es extraño (una conmovedora relación homosexual en crisis), de Ira Sachs; Perdida (la sobrevaloración de la institución del matrimonio), de David Fincher, y Nightcrawler (el lado más sensacionalista de la televisión), de Dan Gilroy.

La Academia de Hollywood es admiradora acérrima de los filmes basados en hechos reales, en particular cuando tratan de seres que se esfuerzan por destruir cualquier barrera interna o externa que se les enfrente.

Por eso, Hollywood prefirió ponderar a la inspiradora La teoría del todo (Reino Unido), que es un noble retrato del impresionante astrofísico Stephen Hawking, pero un drama biográfico que tiene varios cabos sueltos. ¿Cuáles son? A seguir leyendo.


¿UN NOBLE STEPHEN HAWKING?

La teoría del todo ofrece un argumento que llama la atención a cualquiera que admire la vida de los hombres y mujeres que derrotan los mayores obstáculos.

The Theory of Everything es sobre uno de los más extraordinarios y mediáticos genios de las ciencias del siglo XX: el astrofísico Stephen Hawking, a quien encarna con soltura el actor Eddie Redmayne.

Pocos científicos son tan populares como Hawking, quien igual colabora en programas de televisión formales en términos científicos como Big Bang (2012-2014) que en series animadas como Los Simpson.

VISOS DE BIOGRAFÍA

La teoría del todo cae en el pecado de más de un drama biográfico: se concentra en lo que no debe.

Vamos a desglosar esto. ¿Le explica a la audiencia cómo Stephen Hawking tuvo que luchar contra una enfermedad de la motoneurona relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica que le diagnosticaron cuando era muchacho? Claro que sí.

¿Que él es un ejemplo de vida, tomando en cuenta que le dieron dos años de vida tras su diagnóstico y hoy es un hombre de 73 años? Seguro.

¿Se desarrolló que su discapacidad no fue impedimento para que siguiera llevando a cabo investigaciones, escribiera libros y dictara conferencias? Otro sí para La teoría del todo, aunque su argumento está un poco fuera de foco.


LA CIENCIA PASA

Al director James Marsh y al guionista Anthony McCarten, les pareció más atractivo resaltar cuán sexualmente activo era Stephen Hawking, que tuvo tres hijos con su primera esposa Jane (una loable Felicity Jones), a pesar de tener una cruel enfermedad degenerativa.

En aras de alimentar el morbo de la audiencia, pasaron por largo a la hora de explicar más sobre sus revolucionarias teorías y cómo estas influyeron en el campo científico mundial.

Ese aspecto de formación de la audiencia dentro del guion es llano, lo que me parece triste si dejamos claro que el director James Marsh tiene una sólida carrera como documentalista.

El aspecto científico pasa tan por encima en La teoría del todo, que hay especiales del canal National Geographic Channel y más de un episodio de la comedia televisiva The Big Bang Theory que brindan más información científica que esta simpática producción.

¿Es imposible unificar ciencia con entretenimiento audiovisual? Se puede, y Hollywood lo ha conseguido.

Cuando puedan vean El indomable Will Hunting (1997), de Gus Van Sant; Rain Man (1998), de Barry Levinson; Pi (1998), de Darren Aronofsky; y Little Man Tate (1991), de Jodie Foster, y después me comentan.

Lo que sí es loable es que además de La teoría del todo haya otra producción nominada al premio Óscar en la categoría de mejor película del año que también tiene al frente a un científico: The Imitation Game, sobre el matemático británico Alan Turing, una figura clave durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que luego de darle tanto a la humanidad gracias a sus conocimientos es atacado por su condición homosexual.

Como un detalle para no olvidar, el largometraje sobre un científico que más Óscar ha logrado en el devenir de la codiciada estatuilla dorada es Una mente maravillosa, acerca del matemático John Forbes Nash, que se quedó con los apartes de mejor película (Brian Grazer y Ron Howard), director (Ron Howard), guion adaptado (Akiva Goldsman) y actriz de reparto (Jennifer Connelly).

DISCAPACIDAD

¿ La teoría del todo es una de las más sobresalientes producciones en torno a la discapacidad? No.

Los invito a ver excelentes títulos estadounidenses que manejaron este tema como Yo soy Sam (2001), de Jessie Nelson; Forrest Gump (1994), de Robert Zemeckis; Despertares (1990), de Penny Marshall; El hombre elefante (1980), de David Lynch; y Alguien voló sobre el nido del cuco (1973), de Milos Forman, entre otras.

Hay industrias fuera del radar de la Meca del cine que también han obtenido brillantes resultados cuando analizan la discapacidad, como las francesas Intocable (2011), de Olivier Nakache y Eric Toledano; y La escafandra y la mariposa (2007), de Julian Schnabel; así como la austríaca Amor (2012), de Michael Haneke; la irlandesa Mi pie izquierdo (1989), de Jim Sheridan; las argentinas Hombre mirando al sudeste (1986), de Eliseo Subiela; y El hijo de la novia (2001), de Juan José Campanella; la danesa Bailar en la oscuridad (2000), de Lars von Trier; y la iraní Las tortugas también vuelan (2004), de Bahman Ghobadi.


VIDA PRIVADA

Luego de que gracias al morbo de Marsh sabemos que el aparato reproductivo de Hawking sí le funciona, La teoría del todo pasa a estudiar la relación entre el científico y su primera esposa Jane.

Es positivo que el cine muestre el lado íntimo de los científicos, para que el espectador entienda que no están locos como han planteado las estupendas El gabinete del Dr. Caligari (Alemania, 1920), de Robert Wiene; y El extraño caso del Dr. Jekyll (Estados Unidos, 1941), de Víctor Fleming.

Es agradable que La teoría del todo nos recuerde que los científicos no es que estaban todo el día metidos en sus laboratorios, sino que buscaban la manera de sacar tiempo para ser esposos, padres y ciudadanos.

Pero no todo fue idílico. Cuando llegan los créditos de La teoría del todo se resalta que Hawking y Jane siguieron siendo amigos, después de que terminaron una relación marital de dos décadas.

¿Eso fue así al 100%? Jane escribió un libro Hacia el infinito, en el que narra su vida con el científico, y que fue la base para el guion de La teoría del todo. Lo publicó en 2007 (se tradujo al español en 2014 por la editorial Lumen), se lo envió a su expareja y Hawking nunca le interesó leerlo.

La docente inglesa ha compartido en entrevistas para potenciar este filme al Óscar que luego del estreno de La teoría del todo, Stephen Hawking “es más amable conmigo y nuestros hijos (Robert, Lucy y Timothy)”, así como con el segundo marido de ella, Jonathan Heyller Jones.

Sí estuvo planteado de forma válida en la película cómo Jane se las veía difícil para poder cuidar a sus tres hijos y a la par a Hawking.

Lo que no planteó La teoría del todo es que no fue una enfermera, sino un ejército de ellas, más un séquito de estudiantes, los que terminaron cuidando al científico cuando llegó el período de las vacas gordas.

“El problema es que tuvimos que tener enfermeras las 24 horas y un ejército de aduladoras que le trataban como a un dios, y Stephen se lo creyó”, relata Jane.

A partir de allí, sus hijos y su esposa, cuenta Jane, no eran dignos “de respirar el mismo aire que aquella persona tan sabia e importante”, y quedaron en “un rincón, tan agotados emocionalmente”, que no fueron capaces de “luchar” por el amor y la atención del astrofísico.

Jane y Hawking se divorciaron en 1991 para que el genio se casara con una de sus enfermeras, Elaine Mason. Lo que tampoco comparte La teoría del todo es que estos dos se separaron tras una acusación de él por malos tratos en 2006.

Tampoco La teoría del todo amplió esa etapa de 1985, plantea Jane, cuando Hawking “estaba en el CERN -el laboratorio de física de partículas con sede en Ginebra-, y cayó tan enfermo que los médicos querían desconectar su respirador. Yo dije que no podía tomar esa decisión, y con muchos esfuerzos volvimos a Inglaterra. Fueron unos meses espantosos -indica- siempre entre la vida y la muerte, pero los milagros ocurren”.

¿Qué película sobre el tema de la discapacidad recomiendan? ¿Qué les gustó de La teoría del todo?


Pueden encontrarme en Twitter: DanielDomnguez1


y en Instagram: daniel.dominguez2006

LAS MÁS LEÍDAS