La filóloga, cantante y docente panameña-italiana Valentina Sousa se ha estrenado en otra faceta: la de poeta.
La joven nacida en Italia, quien vive en Barcelona (España), publicó este mes su poemario Entre océanos, que nace de un viaje que hizo en 2014 a Panamá —donde vivió desde los ocho meses hasta los 13 años, mudándose a Italia— y a la costa caribe colombiana.
Ese periplo le sirvió de inspiración para narrar su sentir por el istmo. “Este viaje representó para mí, sobre todo, una búsqueda en aquel territorio del imaginario, en una tierra de recuerdos, infancia y genealogías. Esa profunda e intimista búsqueda de las raíces expandió la mirada hacia la experiencia real y tangible de un país de seglar mestizaje, caos y contradicciones”.
Sousa, quien viene a Panamá casi cada año, dice que ha visto “desde una mirada involucrada y ajena, y con la lucidez de la distancia, todos aquellos cambios de vértigo que está viviendo el país. Así, mientras de cara al mundo los periódicos [locales] celebran [que Panamá tiene] el producto interno bruto más alto de Latinoamérica, el grado de inversión de empresas extranjeras y el creciente flujo de turistas, en Entre océanos yo le canto a la belleza frágil, a la codicia insaciable y atropelladora, a las realidades sociales tan extremas y paradójicas”.
Esta actual voz solista del Cirque du Soleil en Barcelona conversa sobre su inclinación poética.
Valentina Sousa
¿A qué se debe el título de su obra?
El título hace referencia, por un lado, a ese estrecho istmo al cual dedico mis palabras. Panamá yace y vive aguantado por dos mares y toda su historia depende, en parte, de su misma conformación geográfica. Esta particularidad geofísica fue y sigue siendo la riqueza y la condena de este país. Por otro lado, le hago un guiño a mi identidad, que fue binaria desde el nacimiento y que se formó entre dos horizontes: las mareas del Pacífico y la calma del Mediterráneo, aquel rincón donde se refugia el Atlántico.
¿En qué se le parece la poesía al canto?
Poesía y canto comparten muchas características. Ambas trabajan con el ritmo, el tono, los sonidos y el silencio. Frente a la lectura de una poesía puedo escuchar una partitura de signos y significados. Para mí, que vengo de una larga trayectoria en la música, la sonoridad y el ritmo son muy importantes. Por eso, amo las poesías musicales, así como amo las canciones poéticas.
¿Qué representa para usted el canto y la música?
El canto y la música representan mi primer gran amor hacia el arte y la belleza (...) “El cantar tiene sentido, entendimiento y razón”, dice una canción venezolana llamada Polo Margariteño, y efectivamente el cantar le da mucho sentido a mi vida. Sin el canto me siento incompleta. Hace unos tres años tuve problemas con las cuerdas vocales, tuve que dejar de cantar por un tiempo, me enfermé y me deprimí. Allí fue cuando llegó la poesía, hermana del canto.
La poesía me salvó, me curó. Ahora ya volví a cantar, y además la poesía me acompaña a diario. Me siento doblemente plena, afortunada y agradecida.