La autopsia del cerebro de 111 exjugadores profesionales de football americano demostró que 110 sufrían una enfermedad neurodegenerativa por los reiterados golpes recibidos en la cabeza, según un estudio publicado este martes en Estados Unidos.
La Encefalopatía Traumática Crónica (ETC) provoca pérdida de memoria, vértigo, depresión y demencia. Estos problemas pueden aparecer muchos años después de haber dejado la práctica del deporte.
La National Football League (NFL) ha tenido que enfrentarse en los últimos días al escrutinio público y judicial por los efectos de las conmociones cerebrales y traumatismos.
En 2015 llegó a un acuerdo de mil millones de dólares para poner fin a decenas de denuncias de exjugadores que padecen problemas neurológicos.
Además de los miembros de la NFL, los científicos de la Universidad de Boston -que publicaron su estudio en el Journal of the American Medical Association (JAMA)- también analizaron tejidos de personas que jugaron en el instituto, la universidad, la liga canadiense o fueron semiprofesionales.
Del total de 202 exjugadores examinados, 177 (87%) padecían ETC. Todos tenían 66 años y habían jugado una media de 15 años.
"Estos resultados sugieren que el ETC podría estar relacionado con la práctica de football en el pasado y que haber jugado a un nivel muy alto podría estar relacionado con la gravedad de la enfermedad", señala la investigación, la más extensa hecha hasta ahora sobre este tema.
Los jugadores profesionales al más alto nivel son los que muestran los signos más evidentes de esta enfermedad neurodegenerativa, que solo puede diagnosticarse en la autopsia, con 86% de los casos.
Como el ETC es una neurodegeneración progresiva vinculada a golpes recibidos en el cráneo, los jugadores de football americano "podrían sufrir un gran riesgo a largo plazo de padecer esta patología", resumen los investigadores.
Los científicos subrayan además que entre los factores que podrían determinar el riesgo y la severidad de esta patología están la edad a la que comenzaron a jugar a este deporte, el número de años que dedicaron, su posición en el campo y el número de golpes en la cabeza.
COMPROMISO
Las lesiones cerebrales en el deporte estadounidense se han convertido en una de las mayores preocupaciones de los profesionales.
La autopsia de Junior Seau, considerado uno de los mejores apoyadores de todos los tiempos, que se suicidó en 2012 a los 43 años, concluyó que tenía ETC.
Dave Duerson, que también se mató en 2011, padecía lo mismo, lo que puede explicar sus bruscos cambios de estado de ánimo.
La NFL ha donado en los últimos años cientos de millones de dólares para investigación. El año pasado reconoció oficialmente que existía un vínculo entre el football americano y las ETC.
En un comunicado ampliamente difundido en la prensa estadounidense, la liga celebra "el valor que agrega a las actuales investigaciones para entender mejor las ETC".
"La NFL seguirá trabajando con una amplia gama de expertos para mejor la salud de los atletas y exatletas de la NFL (...) Sigue habiendo muchas preguntas sin resolver sobre este tema", destacó.
"La NFL está comprometida en apoyar las investigaciones científicas sobre ETC y avanzar en la prevención y tratamientos de lesiones cerebrales", aseguró.