Panamá tiene 27 proyectos de construcción amigable con el ambiente, certificados por el U.S. Green Building Council. También hay más de 70 edificaciones que están en proceso de certificación. Algunos son edificios y otros oficinas.
“En los últimos dos años el sector financiero se ha posicionado como uno de los que empieza a liderar este movimiento, con siete proyectos certificados hasta 2015 y dos más en 2016”, informó Roberto Forte, director ejecutivo de la Alianza Centroamericana y del Caribe para el Desarrollo Sostenible.
También se presentó la “primera fase del muestreo del sector residencial” que busca tener data real y confiable sobre los tipos tradicionales de casas, y cuál es su consumo de energía, agua y materiales.
CRECEN LAS CONSTRUCCIONES VERDE
La construcción de edificios y oficinas amigables con el ambiente en Panamá ha ido en aumento durante los últimos ocho años, pero se requiere dirigir ese movimiento hacia el sector residencial, según Panama Green Building Council (PGBC).
Desde 2008, cuando se certificó el edificio de la Embajada de Estados Unidos en Panamá, bajo el estándar de “Líder en Energía y Diseño Ambiental” (LEED, por sus siglas en inglés), como la primera construcción sostenible, se han aprobado otras 26 certificaciones.
Se trata de edificios y oficinas que cumplen con los estándares internacionales establecidos y que los hacen amigables con el medioambiente. Por ejemplo, iluminación y ventilación natural o que son energéticamente sostenibles. Este tipo de construcciones reduce entre 25% y 50% el uso de energía; 40% de las emisiones de CO2; 40% del uso de agua; y 70% de desperdicios sólidos o basura.
A nivel local, la oenegé PGBC, que forma parte de World Green Building Council, también presentó el primer muestreo del sector residencial en el país. En este estudio que analizó las viviendas construidas en los últimos cinco años en barriadas de Arraiján y La Chorrera se encontró que el 92% de las casas tenía algún tipo de ventilador, ya sea de techo o de pedestal y 52% de las casas tenía aires acondicionados.
En ningún caso se evidenció en el diseño la implementación de estrategias pasivas tales como ventilación cruzada, medidas de protección solar y aislantes en techos y paredes, en base a previo análisis bioclimático, indica el documento. “Los pocos aleros que se evidencian responden a un tema de aspecto y no bioclimático”, indica el informe.
“Se trata de un aporte que servirá en un futuro a corto y mediano plazo como sustento para desarrollar normativas de construcción sostenible”, informó Roberto Forte, director ejecutivo de la Alianza Centroamericana y del Caribe para el Desarrollo Sostenible, al referirse a este primer muestreo.
El estudio busca promover prácticas que dirijan al sector de la construcción hacia un nuevo modelo de diseño. “La idea es que toda esta data que se está levantando se le dé tanto a la gente que está generando la normativa de construcción como a los promotores”, explicó Forte.
También se le puede compartir esta información a los bancos que financian proyectos de vivienda para que conozcan cuáles son los métodos de consumo de la población que atienden. Además, será útil para las universidades, los arquitectos y quien quiera conocer qué es lo que se está construyendo en Panamá.
En el país no existe data real y confiable para hacer un modelo de vivienda y que considere los consumos de energía. Para este análisis se incluyeron las casas que se construyeron hace cinco años en adelante.
URBANIZACIÓN
Según el análisis, las áreas de mayor recepción urbana resultan ser San Miguelito, el sector de la carretera Transístmica hacia Las Cumbres, Alcalde Díaz y Tocumen.
Por su parte, los distritos de Arraiján y La Chorrera, que tradicionalmente habían sido paso obligatorio de inmigrantes cuyo destino era la ciudad de Panamá, se han convertido en una importante área de crecimiento para ciudades-dormitorio de la población que labora en la zona central.
Se calcula que la población del área metropolitana de la ciudad de Panamá es de alrededor de 1 millón 663 mil 913 habitantes. Esta área se extiende desde La Chorrera hasta Pacora, una distancia de 60 kilómetros de largo, mientras que su ancho es en promedio de menos de 9 kilómetros; en vez de forma casi circular, como la gran mayoría de las ciudades del mundo, esta capital tiene una forma estirada. Esto ha influido para que el crecimiento de la ciudad sea hacia el Este y Oeste.