Durante los últimos tres años se crearon en el país 181 mil empleos y apenas 9 mil 948, o 5.3%, lo ocuparon jóvenes entre 15 y 29 años de edad, según la Contraloría General de la República.
Esta situación se da, pese a que en la última década se duplicó el tamaño de la economía y se triplicó el ingreso per cápita. Sin embargo, los delitos también se multiplicaron por tres.
Para el consultor en inserción laboral René Quevedo, la delincuencia está arraigada al poco protagonismo de los jóvenes en el mercado laboral.
Detalla que dos de cada tres panameños que buscan trabajo tienen menos de 30 años, pero solo logran 1 de cada 19 nuevos empleos.
“La prevención sostenible de la delincuencia poco tiene que ver con presencia policial, sino con que baje la necesidad de delinquir. Mientras nuestros jóvenes no encuentren la manera de ganarse la vida dignamente, la delincuencia siempre será una opción”, advirtió Quevedo en el foro empresarial del Consejo del Sector Privado para la Asistencia Educacional (Cospae).
Mientras en 2004 se crearon 40 mil 400 empleos y hubo 21 mil delitos, en 2014 se perdieron más de 10 mil trabajos para jóvenes y los delitos crecieron a 65 mil.
La mayor oportunidad de empleo para los jóvenes se da en puestos técnicos que se generan en actividades económicas, como los servicios logísticos.
DELINCUENCIA, LA OTRA CARA DEL DESEMPLEO
El mercado laboral para los jóvenes es tan limitado, que año a año cientos de miles de panameños menores de 30 años quedan fuera del
sistema.
Anualmente, 88 mil jóvenes culminan algún tipo de programa formativo y buscan trabajo, pero entre 2012 y 2015, la economía solo ha generado 3 mil 231 empleos estables por año para jóvenes, de acuerdo con la Contraloría General de la República.
Mucha de la oferta laboral está enfocada en áreas en las que no se capacitan los jóvenes, y por otro lado, algunas empresas evitan contratarlos porque temen sufrir de una alta rotación de personal.
Una de las consecuencias de la falta de oportunidades es la delincuencia, que sigue en aumento.
La relación directa entre la delincuencia y el desempleo de estos jóvenes se analizó en el reciente foro empresarial del Consejo del Sector Privado para la Asistencia Educacional (Cospae).
René Quevedo, consultor en inserción laboral, hace hincapié en que la formación técnica es uno de los componentes esenciales para visualizar una resolución en el corto plazo.
“La escalada delictiva es, y sin que me quede la menor duda, la caída del protagonismo juvenil en el empleo. La pregunta no es por qué aumentó el delito; la pregunta es por qué nuestros jóvenes humildes no encuentran empleo”, cuestiona.
Quevedo cuenta que cifras de la Contraloría detallan que 2 de cada 3 panameños que busca empleo tiene menos de 30 años, pero obtiene 1 de cada 19 nuevos empleos. En contraste, en 2004 la relación era de 1 para cada 3.
En contexto, detalla que hace 10 años se crearon 40 mil 400 empleos y se cometieron 21 mil delitos, de acuerdo con el Ministerio de Seguridad (Minseg). El año pasado, cuando se perdieron 10 mil 400 empleos juveniles, se cometieron 65 mil delitos.
“La prevención sostenible de la delincuencia poco tiene que ver con presencia policial, sino con que baje la necesidad de delinquir. Mientras nuestros jóvenes no encuentren la manera de ganarse la vida dignamente, la delincuencia siempre será una opción”, resume el analista.
En los últimos tres años la economía creció a un ritmo anual de 8.4%, lapso en el que se crearon 181 mil 585 nuevos empleos, pero solo 9 mil 948 fueron para jóvenes.
Cifras presentadas por el consultor indican que mientras entre marzo de 2012 y marzo de 2015 se añadieron dos Ninis por cada nuevo empleo, mientras que el número de delitos aumentó en un 60%. De acuerdo con la Contraloría y el Minseg, hoy en día hay en Panamá unos 7 mil 500 pandilleros y 16 mil 200 privados de libertad.
Para buscar medidas al respecto que reviertan la situación, una alianza público-privada fluida es un instrumento primordial.
Al respecto, Alfredo Castillero, asesor del Minseg, subrayó en el foro que “la inseguridad no se debe tratar solo desde el Minseg. Debe ser tratada de manera multilateral”.
En julio de 2014, se puso en marcha el programa piloto “Barrios Seguros”, con la intención de resocializar a miembros y líderes de pandillas, mediante la capacitación, educación y el desarrollo espiritual.
A la fecha, Castillero detalla que el programa ha impactado a 4 mil jóvenes entre 15 y 30 años, de los cuales mil ya terminaron las tres fases de resocialización y 500 se encuentran trabajando.
Zulphy Santamaría, viceministra del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) llamó a reforzar la calidad de la oferta formativa y desarrollar y mejorar los programas de intermediación laboral para los jóvenes. Así se podrá ayudar a orientarlos, tanto por sus capacidades, demanda laboral y aspiraciones, y acercarlos con los empleadores que participen de los cursos que ofrece el sector público.
René Quevedo
Consultor en inserción laboral
La fusión entre la falta de empleos para los jóvenes y la poca preparación académica que se ofrece para satisfacer las demandas del mercado laboral obligará a las empresas nacionales, de acuerdo con la firma Nathan Associates, a importar una gran cantidad de mano de obra extranjera, lo que agravaría aún más el ya delicado panorama.
Desde el Mitradel se invitó a los empresarios del foro a que se involucren en los programas Pro Joven y Pove (Programa de Orientación Vocacional y Empleo) para aceitar la inclusión de los jóvenes en el sistema.
Por su parte, el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh), destaca que ha extendido sus cursos de formación a 34 áreas distintas, en 24 centros en todo el país.
Una vez concretados los cursos y las alianzas que generen empleos, el otro desafío es trabajar las habilidades blandas de estos jóvenes para que dicho trabajo sea sostenible.
En Panamá, el Centro de Cumplimiento de Menores en Pacora y la Fundación Jesús Luz de Oportunidades realizan este tipo de trabajos, enfocados en la enseñanza de diversos talleres para una rápida inserción laboral.
Miguel Rodríguez, director de proyectos del programa estadounidense “Youthbuild”, apoya a jóvenes de bajos recursos o en riesgo social a rehacer sus vidas a través de la educación conductual: valores, confianza, responsabilidad, entre otros, y el acercamiento con los empleadores.
“Es fundamental convencer al joven que está en un espacio seguro y sin prejuicios”, destaca Rodríguez, y agrega: “Es la fase primordial que tarda unas dos semanas o un mes para convencerlo de que está en un espacio en donde no hay prejuicios, donde lo que hizo en el pasado no importa, que es una persona y que estamos trabajando en conjunto para un proceso de transformación”.
Quevedo advierte que de no generar empleos reales para los jóvenes que sean sostenibles en la economía, las soluciones que surgirán para el problema de la delincuencia “serán de corte asistencialista, porque todo lo que les podemos ofrecer es camarones y caridad”.
Jóvenes panameños, en el limbo
Encontrar una compañía que acepte contratar a un profesional recién graduado es uno de los tantos obstáculos que tienen que superar cerca de 12 mil jóvenes panameños. Solo un 27% de las compañías en Panamá desarrolla programas de contratación para jóvenes de entre 15 y 29 años, de acuerdo a una encuesta hecha en Centroamérica, México y República Dominicana por la firma Manpower.
En una lista de ocho países, Panamá se encuentra de último lugar, siendo República Dominicana el país con mayor incentivo en materia de contratación para este segmento de la población con 58%, seguido de México 53%, El Salvador 51%, Guatemala 49%, Honduras 45%, Nicaragua 42% y Costa Rica 47%.
Esto coincide con un estudio hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo en el año 2014, en el cual revela que solo un 9% de los establecimientos en Panamá capacita a su personal, el menor porcentaje entre los países de la región, según el informe.