Panamá volvió a poner en marcha toda su maquinaria diplomática para defender su buen hacer en materia de políticas fiscales y desmantelar la sospecha instalada en Francia de que de buen grado alberga dinero sucio.
Se trata de la cuarta reunión de esta índole concebida para erradicar la serie de medidas retorsivas, que buscan desincentivar las transacciones comerciales entre ambos países, deducidas de la inclusión de Panamá en la lista de países no colaboradores, decisión que fue publicada en el Diario Oficial de la República Francesa el pasado 10 de abril, pero que entró en vigor el pasado 1 de enero.
En el encuentro, a puerta cerrada y sin periodistas, que tuvo lugar este martes a las 16:30 (hora local) en uno de los salones del imponente Ministerio de la Economía y de las Finanzas, la embajadora de Panamá en Francia, Pilar Arosemena de Alemán, subrayó los avances en transparencia del sistema empresarial y bancario panameño que le han permitido, por ejemplo, salir de la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) contra el blanqueo de capitales.
El interlocutor del lado francés fue Thierry Aulagnon, jefe de Gabinete del ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, principal impulsor de las sanciones contra Panamá.
El titular de la cartera económica del país galo viaja este miércoles a Davos (Suiza) para participar en el Foro Económico Mundial que cada año por estas fechas reúne a la élite política y económica mundial. Allí se encuentra la vicepresidenta y canciller de la República, Isabel de Saint Malo de Alvarado, quien participará este jueves en un panel junto al presidente de la OCDE, Ángel Gurría, sobre fiscalidad internacional y transparencia.
La agenda de trabajo bilateral incluía varios temas punzantes relativos a la administración de la materia fiscal por parte de Panamá.
Según declaró el Ministerio de Finanzas francés tras tomar las represalias contra Panamá son tres las razones para reinscribir al país en la lista de paraísos fiscales.
La primera tiene que ver con los casos concretos en los que Francia solicitó a Panamá una determinada información tributaria.
“De 40 demandas de información fiscal remitidas a Panamá, 25 han sido respondidas de manera incompleta”, señalaron desde el organismo económico.
La segunda refiere a la capacidad de Panamá para intercambiar información financiera con otros Estados.
Por último, Francia reclama una revisión de la Convención bilateral firmada en 2011 entre los dos países que corrija la cláusula sobre el intercambio de información fiscal para que “no comprenda ningún límite”.
Ante estas reivindicaciones, la embajadora Arosemena hizo hincapié en la reciente firma de la Convención sobre Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal (conocida por sus siglas en inglés MAC) promovida por la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (OCDE).
Se trata de un marco legal promovido por el organismo internacional que facilita la implementación de iniciativas jurídicas en materia de transparencia e intercambio de información fiscal mediante la extensión de la red de países con los cuales Panamá se compromete al intercambio de información fiscal, pero bajo previo requerimiento.
Precisamente, tras la firma de este acuerdo en octubre del año pasado, la diplomática panameña incidió en que aquel paso en firme hacia la transparencia exponía al mundo “que Panamá no quiere atraer el negocio de los evasores fiscales”.
“Yo creo que la firma de esta Convención debe abrirle los ojos a Francia y al mundo. Si Francia, que está aquí al lado, no lo ve, entonces yo le diagnosticaría un caso de ceguera. Panamá está en su derecho de solicitar a Francia que revalúe su posición”, agregó después.
Hasta el momento, ni el Ministerio francés de Economía y Finanzas ni la cancillería de Panamá se han pronunciado de manera concreta sobre los resultados efectivos de la reunión.