Aunque el consumo de agua embotellada en Panamá no es tan alto como en otros países de la región, la demanda del líquido envasado se ha incrementado en los últimos años, de acuerdo con los representantes de la industria.
El consumo de agua embotellada aumenta en esta época del año, marcada por las altas temperaturas y las temporadas de fiestas de carnavales, vacaciones escolares y días festivos de Semana Santa.
Se calcula que de enero a abril la demanda del líquido se incrementa entre un 10% y un 20%, un impulso para una industria que anualmente mueve alrededor de $30 millones.
Representantes de embotelladoras señalan que por el momento la sequía no ha afectado su capacidad de producción.
Fluyen
El consumo mundial de agua embotellada se ha incrementado en los últimos años. Compite con las sodas, los jugos, las bebidas energéticas, el té y el café y hasta con la cerveza y otras bebidas. Se calcula que esta industria de agua envasada crece en el mundo cada año a una tasa de 10%, y la empresa de estudios de mercado BCC Reserarch estima que este sector moverá más de 195 mil millones de dólares en 2018.En América Latina, el consumo de agua envasada, incluyendo las categorías con gas, sin gas, saborizada y funcional, consumida a través del canal 'retail', fue de más de 43 mil millones de litros para un mercado que facturó en 2015 más de 14 mil 815 millones de dólares, según el estudio de Euromonitor Internacional, que incluye 11 países de la región.
En este informe, México lidera el consumo per cápita de agua envasada con 174.3 litros al año, seguido de República Dominicana con 129.4 litros por persona, y Guatemala con 119.6 litros por persona al año. Aunque este reporte no incluye en la lista a Panamá, representantes de la industria embotelladora local indican que la demanda del líquido envasado se ha incrementado en los últimos años y se estima que cada panameño ingiere entre 20 y 25 litros al año.
La diferencia en el consumo entre Panamá y otros países de la región se puede explicar por la calidad del agua potable local, lo que hace que comprar agua embotellada sea una opción del consumidor, no una necesidad como sucede en otros territorios. La industria mueve al año más de 30 millones de dólares, según cálculos de los embotelladores panameños.
La empresa de análisis de mercado Kantar Worldpanel destaca que el 72% de los hogares de Centroamérica compró agua envasada; 9 de cada 10 hogares lo hizo en Guatemala y Honduras; un 76% de hogares de El Salvador; 56% en Nicaragua, 22% en Costa Rica; y 7 de cada 10 hogares de Panamá compraron la categoría.
En el caso del istmo, la mayoría de los consumidores prefiere la presentación en botella. 42% de los hogares compra esta bebida en las abarroterías, y el 34% en los supermercados.
En el mercado hay 40 plantas embotelladoras y procesadoras de agua registradas en el Ministerio de Salud, adicional a las marcas importadas que se consiguen en los comercios. Danone, Coca–Cola, PepsiCo y Nestlé dominan el mercado internacional de agua envasada en América Latina, la mayoría tiene presencia en Panamá. Actualmente, en un supermercado local se pueden encontrar más de 20 marcas de agua embotellada.
La Contraloría General de la República señala que entre enero y septiembre de 2015 ingresaron al país más de 5.82 millones de litros de agua mineral sin gasear artificialmente, por un monto de 3.23 millones de dólares. Mientras que en todo 2014 esta partida arancelaria correspondiente solo a agua mineral totalizó más de 8.98 millones de litros que costaron más de 4.99 millones de dólares. El principal país de origen es Estados Unidos.
La mejor temporada
El negocio del agua embotellada tiene en la época de verano seco su principal temporada en Panamá. De enero a abril la demanda del preciado líquido se incrementa entre 10% y hasta 20% por la fuerte oleada de calor, además de las temporadas de fiestas de carnavales, vacaciones escolares y días festivos de Semana Santa.
Este año la crisis causada por la sequía podría elevar aún más la demanda de agua embotellada. Los cientos de “temporadistas” que celebran las fiestas de Carnaval demandarán no solo bebidas alcohólicas y refrescantes, sino también agua embotellada natural y saborizada e incluso muchos se llevan desde la capital su propio inventario. Las empresas se prepararon para surtir los comercios y enviar gran parte de su producción a las zonas con mayor afluencia.
El gerente general de Aguas Cristalinas, Raúl Montenegro, sostiene que el aumento en las ventas no ha sido provocado por la sequía, pero sí por la época de vacaciones y carnavales. “Tenemos varias fuentes de agua y la sequía no ha sido un problema, gracias a Dios. Lo que estamos estimando es que el incremento de la demanda se prolongue por más meses debido a la sequía y esperamos que la demanda crezca 20%”, sostiene.
Montenegro indica que el sector continuará creciendo, pero considera que se debe ser más riguroso en exigir a todas las empresas el cumplimiento de las normas. “Hay que darle mucha seriedad a este negocio. Hay muchos embotelladores que no cumplen con los requisitos y deben medirnos a todos con la misma vara”, puntualiza.
Vladimiro Lopera, gerente de Agua Frizz, precisa que a la industria no le ha afectado tampoco la sequía desde el punto de vista de producción, pero sí es una oportunidad para vender más. Lopera cuestiona el aumento incontrolado, a su juicio, de las importaciones de agua embotellada, porque representan una competencia desleal con las plantas locales. “Estos productos entran al país a unos precios irrisorios que perjudican a la industria local que paga impuestos, genera empleos y cuenta con una maquinaria y equipos de alta tecnología y cumple con todas las normas sanitarias. Pero esas aguas no sabemos cómo fueron tratadas, ni de qué fuentes vienen”, alerta.
Agua Frizz tiene 14 años en el mercado, comenzó con 4 operarios y hoy contabiliza 22. Lopera admite que en la actualidad los precios del agua están bajos por la entrada de las importaciones, que a su juicio ya dominan 50% del mercado.
Anarella Jaén de Merón, jefa nacional del Departamento de Protección de Alimentos del Ministerio de Salud, asegura que se cumple con las normas tanto para inspeccionar las plantas locales como el agua importada. “Se toman muestras de aguas nacionales e importadas en el programa de vigilancia en expendio. La Autoridad de Seguridad de Alimentos es quien registra el producto importado”, dice.
El abastecimiento de agua embotellada no parece ser un problema para Panamá. El negocio seguirá creciendo y aunque el consumo per cápita no es tan alto en comparación con otros países, es un mercado que gana cada vez más presencia.