Muere Tama, la gata que salvó una estación de tren de la ruina

Muere Tama, la gata que salvó una estación de tren de la ruina


Tama, la famosa gata que fue nombrada jefa de estación y se convirtió en un importante reclamo turístico para la región del oeste de Japón donde vivía, murió al parecer por un fallo cardíaco, informó este miércoles la empresa ferroviaria Wakayama Electric Railway.

El animal, de 16 años, había sufrido recientemente una rinitis y falleció el pasado lunes, explicó la compañía.

La empresa, que opera la línea local Kishigawa en la prefectura de Wakayama, decidió nombrar a la gata calicó jefa de la estación de Kishi en enero de 2007.

Desde ese momento, se atavió al animal con el uniforme que utilizan los empleados de la ferroviaria, una extravagancia que no tardó en surtir efecto.

En menos de una década, esta línea férrea situada en una zona rural del país cada vez menos poblada logró aumentar en un 20 por ciento su volumen de pasajeros.

El número de turistas de dentro y fuera de Japón que comenzó a desplazarse hasta la localidad de Kinokawa, donde se sitúa la estación, llegó a provocar un problema de aparcamiento en el municipio.

El inusitado éxito de Tama hizo que la compañía le pusiera su nombre a uno de sus tres convoyes y que incluso la nombrara su presidenta honoraria en 2013, y es que la ternura de la gata fue explotada de todas las formas posibles: desde sillas a pasteles hasta la estación misma en forma de gato.

El propio gobernador de la prefectura de Wakayama, Yoshinobu Nisaka, emitió  un comunicado en el que destacó el papel del felino como una "superestrella de turismo que era popular dentro y fuera de Japón y que contribuyó en gran medida a la promoción turística de nuestra prefectura".

Wakayama Electric Railway convocó para el 28 de junio a un funeral en la estación de Kishi en honor de la gata. 

También hay una aprendiz de jefe de la estación, Nitama, quien reemplazaba a Tama en sus labores: dormir y hacer nada. Ella laboraba de martes a jueves y  Nitama la reemplazaba los fines de semana.

Ahora habrá que esperar si el aprendiz se convierte en todo un fenómeno como la fallecida gata.

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