Cada vez que alguien llegaba de sorpresa a casa, Digna Fernández sabía qué hacer: una pechuga de pollo deshuesada iba a una olla con agua caliente hasta quedar cocida. Luego, una cebolla y un apio debían pasar por la tabla de picar, y finalmente todos los ingredientes se mezclaban con mayonesa tras desmenuzarse en un “picatodo” eléctrico.
Un poco de sal, pimienta y unas galletas, palitos de pan o nachos para acompañar, y estaba listo. Un delicioso bocadillo para ofrecer a amigos o familiares preparado en menos de 30 minutos, relata Digna, ama de casa orgullosa de los dips que prepara usando como base viejas recetas, reconoce, pero agregando siempre a cada una un toque particular “para hacer único al dip, o al menos intentarlo”.
ALTERNATIVAS PRÁCTICAS
Un dip es una salsa a veces pastosa y otras más líquida, que se usa para sazonar o acompañar alimentos sólidos o crujientes.
Partiendo de esta difinición que ofrece el mundo de la gastronomía, hacer dips, salsas o cremas es uno de los trabajos más sencillos dentro de una cocina, siempre que se cuente con buenos ingredientes, sostiene el chef Alonso Williams, director de Mise En Place, Instituto de Artes Culinarias, donde se forman profesionales de la gastronomía.
“Entre los diferentes dips que existen podemos mencionar los más populares, entre ellos el clásico de atún, que pienso yo no puede faltar en esas típicas reuniones de jóvenes que buscan algo práctico y que no se les vaya a romper la cabeza haciéndolo. Está también el clásico de pollo, que funciona muy bien para reuniones ya más de gente adulta, que se acompaña con canastitas, galletitas o tostaditas melba”, comparte Williams, también propietario del servicio de catering Alo Chef.
En toda fiesta tampoco puede hacer falta el típico dip de queso crema, que basta con tener hierbas frescas o secas en la despensa para convertirlo en un platillo gustado por todos, anota Williams.
Entre otras opciones que se ven muy frecuentes en las fiestas o reuniones están el dip de frijoles, el mexicano, guacamole y totopos, los clásicos ceviches de todo tipo y sabores, enumera.
Hay decenas de alternativas de dips ya preparados que se pueden comprar en los supermercados, hechos a base de cebolla o queso, pero se pueden mezclar con otros dips o ingredientes para hacerlos más interesantes, comenta el chef Reynaldo Carrasco, quien han pasado por la cocina de numerosos restaurantes en varias décadas dedicadas al arte culinario.
A uno de queso amarillo, por ejemplo, se le puede agregar una ramita de apio y de perejil bien picados para darle un toque distinto, anota el chef.
OPCIONES MÁS ELABORADAS
A la hora de hacer un dip, el asunto se puede tornar bastante sofisticado si la persona tiene el tiempo y la disposición, indica Williams.
“Hay uno que hago que es de alcachofas con hongos portobello y bacon tostadito. Para mí no es nada complicado prepararlo, pero creo que si se lo cuento a alguien para que lo haga, va a tener que leer ese recetario más de tres veces para poder entenderlo”, asegura el chef.
Lo más importante de esta receta, resalta, es saber cómo preparar las alcachofas debidamente. Williams comparte el procedimiento: “primero debes pelar las alcachofas para poder utilizar el corazón. Luego, se cocina en agua acidulada con sal para que no pierda su color debido al proceso de oxidación. Una vez las alcachofas están cocidas, se mezclan con hongos portobello previamente salteados y sazonados. Aparte debes preparar una salsa bechamel con textura pesada para que pueda ser la base del dip. Una vez que se encuentre lista, se une con la mezcla de alcachofas y portobello. A esta mezcla le puedes agregar el tocino y también una buena cantidad de queso, entre ellos el parmesano, pecorino romano, manchego o algún queso ahumado. Este dip lo puedes servir caliente y les aseguro que será del agrado de tus invitados”.
Galletas, zanahorias y apio cortados en trozos largos, palitroques, pan tostado y hasta trozos de queso son algunas de las mejores alternativas para comer las salsas, señala Carrasco.
También están los chips de plátano verde, chips de otoe, de yuca, triangulitos de pita sazonados, crostinis de ajo y especias, que son opciones no tan comunes, pero que pueden producir que el dip se realce más en sabor, asegura Williams.
Al final de cuentas, si se quiere hacer un dip sencillo o uno más elaborado, hay que disfrutar lo que vayamos a hacer, recomiendan los expertos.
La cocina no es difícil ni debe ser una experiencia agotadora o que genere rechazo o flojera. Solo es cuestión, aseguran, de utilizar la creatividad e ideas, y ponerlas en práctica.