Acuerdo histórico para reducir el calentamiento global

Acuerdo histórico para reducir el calentamiento global


La delegación de Panamá, liderada por la ministra de Ambiente, Mirei Endara, puso en marcha toda su maquinaria diplomática para que los negociadores de la Cumbre de París consideren la conservación y restauración de los bosques como un instrumento fundamental para combatir el cambio climático y lo consiguió.



Las tensas rondas de negociaciones se transformaron finalmente en un acuerdo jurídicamente vinculante que impone la obligación de reducir las emisiones de gas invernadero para evitar así que la temperatura del planeta supere los 2 grados centígrados.



Se trata de un acuerdo histórico jurídicamente vinculante tras 20 años de reuniones sobre clima que deberá ser ratificado por todos los países la próxima primavera y no entrará en vigor hasta el 2020.



En la práctica los gobiernos se comprometen a alcanzar el techo de emisiones gases invernadero “lo antes posible” y a poner en marcha un mecanismo de financiación de 100 mil millones de dólares para que los países en vías de desarrollo y más afectados por el cambio climático puedan mitigar sus consecuencias.



El texto final –que ha sido aprobado este sábado 12 de diciembre de 2015– por los 195 países que participan desde hace dos semanas en la conferencia sobre el clima, reconoce que la mitigación de los efectos del cambio climático pasa por el reconocimiento de bosques tropicales como sumideros.



En la práctica establece que los países puedan seguir emitiendo gases invernadero, siempre y cuando estos puedan ser absorbidos y capturados geológicamente a través de los sumideros que poseen los sistemas naturales.



Esto es un triunfo de la coalición de 52 países que lideraba Panamá, llamada “Alianza de Países con Bosques Tropicales”, que presupone la obligatoriedad de preservar los bosques con la ayuda internacional que ello requiera.



“El acuerdo ni es perfecto, ni es tan fuerte como algunos países hubiéramos querido, pero es un gran avance y nos da los instrumentos necesarios para avanzar en el tema de bosques que es prioritario para nosotros y para el 39% de los países del mundo que tienen bosques tropicales”, señaló a La Prensa la ministra panameña Endara.



Según datos de Greenpeace, los bosques almacenan, solo en su cobertura vegetal, 300 mil millones de toneladas de bióxido de carbono, lo que equivale a casi 40 veces las emisiones anuales de este gas producidas por la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo.



“Cuando un bosque es destruido, el carbono almacenado se libera a la atmósfera mediante la descomposición o la combustión de los residuos vegetales.



La deforestación también contribuye a incrementar el cambio climático. Es un círculo vicioso que revierte negativamente de nuevo en los bosques por el aumento de la temperatura y el cambio en los patrones e intensidad de las lluvias”, explicó a La Prensa un experto en cambio climático.



Panamá será la sede de un Centro Internacional para la Implementación de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques.



“Panamá espera que con el Centro Internacional de Bosques le demostremos al mundo cómo puede el sistema de reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques puede contribuir a la mitigación”, señaló la ministra. Su misión será la reducción de emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal, así como la conservación, el manejo sostenible y el mejoramiento del stock de carbono de los bosques en los países en desarrollo.



El jueves pasado se llevó a cabo en París la firma del acuerdo constitutivo del centro, en el que participaron –además de Panamá– Guinea Bissau, Honduras, Nicaragua, República Dominicana.



La ministra Endara declaró a La Prensa que “a través de mercados de carbón van a poder recibirse apoyos no solo para la reforestación sino también para garantizar un desarrollo más sostenible y más equitativo para las comunidades rurales de Panamá”.



Endara también subrayó la necesidad de colaboración entre actores públicos y privados para promover una cultura de manejo forestal sostenible y el comercio internacional de reducción de emisiones de carbono.



“Sabemos que los fondos públicos no van a poder cubrir la totalidad de las necesidades que tenemos en el mundo para combatir el cambio climático y en particular en este tema de la conservación de nuestros bosques y por tanto consideramos importante la participación del sector privado”, señaló.

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