Una furgoneta se estrelló este jueves contra una multitud en la ciudad de Niza, en el sur de Francia, dejando al menos 84 muertos en un ataque que el presidente François Hollande calificó como "terrorista".
Un total de 18 personas continuaban en "estado crítico" el viernes por la mañana y también se registraron "unos cincuenta heridos leves", precisó a la AFP el portavoz del ministerio, Pierre-Henry Brandet. Entre los fallecidos hay "varios niños", informó Hollande, en una declaración televisada.
El camión circuló durante dos kilómetros en medio de la multitud, arrollando a los paseantes congregados en esta jornada de fiesta nacional para ver los fuegos artificiales con los que se celebran los aniversarios de la Revolucion Francesa.
El presidente de la región, Christian Estrosi, dijo que el camión iba repleto de armas y granadas, y que la policía abatió al conductor del vehículo.
La sección antiterrorista de la fiscalía de París anunció que se hizo cargo de la investigación.
Por su parte, una fuente judicial informó que los documentos de identidad a nombre de un franco-tunecino fueron hallados en el interior del camión que embistió a la multitud.
"La identificación del conductor del camión está todavía en curso", precisó esta fuente. Según los documentos hallados, el hombre tiene 31 años de edad y domicilio en Niza, añadió.
"El carácter terrorista" del ataque es "innegable", dijo la madrugada del viernes en una intervención televisiva el presidente François Hollande, quien informó sobre varios niños muertos.
El jefe de Estado, quien regresó en la noche desde Aviñón a París para ponerse al frente de una célula de crisis, advirtió asimismo que, pese a los ataques, Francia "reforzará su acción en Siria e Irak", países donde combate a los yihadistas del Estado Islámico (EI).
"Nada nos hará ceder en nuestra intención de combatir el terrorismo. Vamos a reforzar nuestra acción en Siria e Irak. Vamos a seguir golpeando en sus reductos a quienes nos ataquen en nuestro propio suelo", dijo Hollande.
Asimismo, prolongó por tres meses el estado de urgencia vigente desde noviembre de 2015.
"He decidido que el estado de urgencia, que debía finalizar el 26 de julio, sea prolongado tres meses", dijo Hollande en un mensaje televisado desde el palacio del Elíseo.
Este ataque se produce en un contexto de alto riesgo de atentados según las autoridades francesas, país que interviene militarmente en Siria contra el grupo radical Estado Islámico
De confirmarse las cifras de víctimas, sería el tercer atentado más sangriento cometido en Europa en los últimos años, superado por los ataques múltiples en París de noviembre 2015 (con saldo de 130 muertos) y en Bruselas en marzo de 2016, con 32 víctimas fatales.
TESTIMONIOS
"El camión estaba a un centenar de metros de mí, sólo tuve unos pocos segundos para ponerme a salvo", recuerda un periodista de la AFP, presente en el Paseo de los Ingleses en el momento del ataque y todavía muy conmocionado por el incidente. "Los restos volaban por todos lados e incluso tuve que protegerme la cara", relata Robert Holloway, quien asegura haber visto a varias personas arrolladas por el camión en un ambiente de "caos".
Hacia las 23H00 (21H00 GMT), pocos minutos después del final de los fuegos artificiales lanzados con motivo de la fiesta nacional francesa, el camión se abrió paso entre la multitud de turistas y locales, que se disponían a regresar a su casa. "Reinaba una gran confusión. No recuerdo haber visto el camión avanzar", indicó Emily Watkins, a la Australian Broadcasting Corporation.
Esta australiana, presente a unas decenas de metros del camión en el momento del ataque, describe "gritos procedentes del lugar dónde estaba el camión" y "gente corriendo (...) sin saber qué pasaba". "Nos dimos la vuelta y nos pusimos también a correr", añade. "Corriendo, escuchamos algo que parecían fuegos artificiales o petardos". "La gente tropezaba, intentado entrar en hoteles, restaurantes, aparcamientos, en cualquier lugar dónde podían evitar estar en la calle".
Los movimientos de pánico se repetían, mientras se hablaba de tomas de rehenes, en este o aquel restaurante. La plaza Masséna, en pleno centro de Niza, y el Paseo de los Ingleses, una rambla mecida por la brisa del Mediterráneo que atrae a turistas de todo el mundo, se acordonan, sobrevolado además por un helicóptero de protección civil.
El Ministerio del Interior asegura finalmente que no hubo ninguna toma de rehenes, pero las circunstancias y los detalles del ataque siguen siendo poco claros.
En un edificio cercano al frente marítimo, una portera acoge a decenas de personas. Y el propietario de un restaurante situado a cierta distancia del lugar del ataque explica a la AFP haber visto llegar a personas "traumatizadas". "Todo el mundo pasó mucho miedo", confiesa.
Horas después del ataque, el semirremolque blanco, cuyo conductor fue abatido por la policía, permanecía inmóvil frente al lujoso complejo hotelero del Palacio del Mediterráneo, con los neumáticos pinchados y la puerta del acompañante acribillada, constató un corresponsal de la AFP. Y, en el Paseo de los Ingleses, decenas de cuerpos se alineaban en el suelo, cubiertos con sábanas blancas.