“Seguiremos adelantando una diplomacia firme y serena, que exija el respeto de la dignidad humana. Pero diplomacia, recuerden, no es pasividad; el que tiene la razón no necesita gritar para que lo oigan, la razón se explica por sí misma y los hechos lo confirman”. Con esas palabras y comprometiéndose a defender la dignidad de los colombianos y del país, el presidente Juan Manuel Santos cerró ayer una alocución de 15:39 minutos, prácticamente 24 horas después de haber perdido una batalla en la OEA al no lograr los votos necesarios para la realización de una reunión de cancilleres que trataría la situación en la frontera colombo-venezolana.
Durante su discurso, Santos hizo un repaso de los hechos acaecidos desde el 20 de agosto, cuando el presidente venezolano Nicolás Maduro cerró la frontera y declaró el estado de excepción, medidas que desencadenaron en la deportación de al menos mil 97 colombianos en situación migratoria irregular, así como el éxodo voluntario de al menos 7 mil más que temieron ser separados de sus familias, al menos 10 mil según Naciones Unidas.
Maduro viajó a China y Vietnam el pasado domingo y aún está fuera del país. Hoy se cumplen 14 días de la crisis.
Juan Manuel Santos
Presidente de Colombia
El mandatario también hizo alusión al revés diplomático sufrido en la reunión del Consejo Permanente de la OEA el lunes pasado, el cual, dijo es un motivo más para seguir tocando puertas. Además, anunció que hoy liderará un Consejo de ministros en Cúcuta, al que invitará a los miembros del cuerpo diplomático y representantes de los organismos internacionales para que constaten la crisis humanitaria que se vive en la zona limítrofe. Lamentó que en la decisión del Consejo haya pesado más la ideología y los intereses que la crisis humanitaria que viven miles de colombianos.
Ha sido un revés pero no estamos derrotados. Si no nos oyen en un escenario, ¡iremos a cien más! Si se cierra una puerta, ¡llamaremos a mil!
También anunció nuevas acciones internacionales. “Lo hará la canciller ante el presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo hará ante el secretario general de Naciones Unidas, ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos en Ginebra y ante la Organización Internacional de Migraciones, y lo haremos ante la opinión y los medios del mundo, que no pueden desconocer esta tragedia humana”, apuntó.
En cuanto a la Unasur, remarcó Santos, habíamos pedido una reunión de urgencia que nunca se dio y por lo tanto desistimos de esa reunión.
Asimismo, informó que la tarde de ayer el fiscal general le comunicó que en el marco de su autonomía está considerando presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional contra miembros de la cúpula civil y militar del gobierno venezolano por crímenes de lesa humanidad consagrados en el Estatuto de Roma. “Se trata específicamente de la deportación o traslado forzoso de población de colombianos quienes fueron objeto de expulsión y otros actos violatorios del derecho internacional. La fiscalía considera que hay bases para probar que se ha configurado un posible ataque generalizado y sistemático contra la población civil colombiana”, explicó.
‘PUDO MÁS LA IDEOLOGÍA Y LOS INTERESES MONETARIOS’
“Pedimos al Consejo Permanente de la OEA que convocara una reunión de cancilleres, confiados en que nadie iba a eludir un debate sobre una situación actual, urgente, relacionada precisamente con los derechos humanos. Infortunadamente pudieron más la ideología y los intereses monetarios que las razones humanitarias. Es triste constatarlo pero fue así”, expresó Santos, y agregó que los colombianos están justamente indignados y el silencio o la inacción no es una opción.
También aprovechó el momento para agradecer el apoyo de los 16 países del hemisferio -34 están representados en el organismo- que junto con Colombia votaron a favor de debatir el tema en una reunión de cancilleres. “Son países serios, países democráticos, países que creen en las bondades del diálogo y la democracia, países que no le hacen el quite a un debate sobre derechos humanos”, remarcó.
Su declaración golpea indirectamente a Panamá, cuyo voto habría completado los 18 que necesitaba Colombia para que se realizara la reunión. Panamá se abstuvo, una decisión que la canciller María Ángela Holguín aseguró que les cayó de sorpresa, que no se la esperaban. La votación quedó 17 a favor, 5 en contra, 11 abstenciones y una ausencia.
La Cancillería panameña, tras lo dicho por Colombia, emitió un comunicado en el que señaló que "Panamá considera que en este tipo de conflicto la búsqueda del consenso es la vía correcta, no la polarización ni la división. A Panamá le preocupa una OEA dividida y por ello optó por seguir buscando el consenso y continúa abierto a propiciar conversaciones para un acercamiento en el corto plazo. En ese contexto una división de la OEA podría perjudicar la oportunidad real de reducir con mayor brevedad las tensiones".
Consultada hoy por medios locales sobre el tema, la vicepresidenta y canciller panameña Isabel de Saint Malo de Alvarado, expresó que "Panamá ha hecho gestiones para que esta reunión bilateral se dé entre ambos países. Siempre hemos sido un país que ha apostado al diálogo, a la conciliación. Estamos convencidos de que ese es el mecanismo para atender esta crisis".
No obstante, según Santos, para la OEA y para el continente la del lunes era una oportunidad para hacer valer los derechos de los migrantes, al tiempo que remarcó que “dos países hermanos”, como Colombia y Venezuela, no pueden entrar en la dinámica de persecución a los migrantes ni transitar el camino de la xenofobia que se vive en otras regiones.
Aseguró que él mismo constató el maltrato a colombianos humildes y trabajadores que solo buscaban oportunidades para salir adelante, como lo hacen muchos venezolanos que emigraron a Colombia. “En una de mis visitas a los albergues me encontré con una señora de más de 70 años, recién operada de un carcinoma en un ojo, que fue expulsada por la guardia venezolana; una niña de cinco años me dijo que la guardia la había golpeado con un fusil. ¿A quién se le ocurre que esta señora o esta niña sean paramilitares o hagan parte de mafias del contrabando…?
También puso como ejemplo que más dos mil niños que viven en Venezuela no han podido asistir a sus clases en norte de Santander porque no pueden cruzar la frontera, configurándose otra violación, la del derecho a la educación de los niños.
Se ha confiscado la propiedad de los más humildes o se les ha impedido llevarse sus pocas pertenencias, enumeró Santos, se han separado familias, dejando a la mujer de un lado y al esposo del otro, o peor aún, separando a los niños de sus padres, porque unos son venezolanos y otros colombianos. Es un escenario de inhumanidad y crueldad que nunca imaginamos vivir ni conocer en nuestra región.
Por otro lado, se refirió a las acusaciones del gobierno de Maduro en las que se afirma que desde Colombia se articulan grupos paramilitares y que incluso habría un plan para matarlo. ¿Quién puede siquiera considerar que desde Bogotá, con la anuencia y la vista gorda de mi gobierno, se planee atentar contra la vida del presidente Maduro? No, mil veces no. Colombia es una nación decente, civilizada, democrática, respetuosa de los derechos humanos y de las instancias internacionales y cree en el diálogo y la diplomacia, y lo seguirá siendo. Si otros caen en la paranoia, nosotros persistiremos en la serenidad de nuestras acciones, pero no vamos a claudicar en la denuncia de lo que está pasando", puntualizó.
Las acusaciones que recibimos son absurdas, están fuera de la realidad. ¡Los problemas de Venezuela son hechos en Venezuela, no en Colombia!
Tras el fracaso en la OEA, los detractores de Santos señalaron que su fracaso en la convocatoria a la reunión se debía a la posición que ha mantenido durante años ante la crisis de derechos humanos que viven miles de venezolanos. Una de esas opiniones llegó de la senadora del Partido Verde, Claudia López, quien a través de su cuenta de Twitter señaló que el mandatario ha tolerado la violación de derechos de ciudadanos venezolanos y que ahí pavimentó la violación de derechos de los colombianos.
Santos se defendió anoche señalando que con el gobierno de Venezuela tiene "profundas diferencias en cuanto al concepto de democracia y el modelo económico". Aseguró que han respetado esas diferencias pero "una cosa es eso y otra muy diferente que el país vecino viole los derechos humanos de sus ciudadanos y lo que es más grave para nosotros los derechos de nuestros compatriotas que viven en su suelo".
Argumentó que Venezuela, como cualquier Estado, tiene derecho a cerrar su frontera o a expulsar personas por razones de seguridad pero la jurisprudencia internacional en derechos humanos es clara en afirmar que dicha potestad tiene límites, que no puede violar el derecho internacional.
El férreo contendor de Santos, el expresidente Álvaro Uribe reaccionó en Twitter. Señaló que "OEA ignora que además de genocidio la dictadura viola el artículo 15 de su Carta y el artículo 9 de la Convención Americana de DDHH". "La democracia de plegarse es inútil además cuando predominan sobornos de petróleo, de otros negocios y solidaridades ideológicas, no humanitarias", añadió.