El presidente de Haití, Jovenel Moïse, aseguró que trabaja con la Seguridad Interior de Estados Unidos, cuyo ministro llegó el miércoles en una visita oficial, para resolver "el problema de la migración" con respecto al probable fin, para enero, de la visa especial que beneficia a cerca de 60 mil haitianos en ese país.
"No estamos en un combate de boxeo", declaró Moïse tras la reunión de una hora con John Kelly. "El gobierno entiende muy bien que Estados Unidos y Haití deben unirse para resolver el problema migratorio que tenemos", dijo en conferencia de prensa.
Estados Unidos concedió el Estatus de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés) a los haitianos después del trágico terremoto del 12 de enero de 2010, que mató a más de 200 mil personas, destruyó gran parte de la capital Puerto Príncipe y desplazó a un millón y medio haitianos de sus hogares.
Este estatus ha permitido a los haitianos presentes en Estados Unidos permanecer en suelo estadounidense después de la expiración de sus visados y trabajar legalmente.
Mientras que ONGs internacionales abogan por una renovación de 18 meses, el departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos concedió una prórroga de seis meses, llamando a los inmigrantes haitianos a "poner sus asuntos en orden".
"La palabra importante en la ley es la palabra temporal. No es la intención de la ley tener una duración permanente, sino temporal", dijo John Kelly el miércoles junto al jefe de Estado haitiano.
"Pasaron siete años del terremoto que fue el motivo de la concesión del TPS, pero me he comprometido con el presidente y el gobierno a trabajar juntos en cualquier nueva extensión", añadió.
Legisladores estadounidenses y organizaciones de la sociedad civil denunciaron esta decisión, argumentando que, ocho meses después del huracán Matthew que asoló la mitad sur de Haití, el país caribeño no es capaz de recibir a los 58 mil 700 ciudadanos que se benefician de la TPS en la actualidad.