Enfrentado a un creciente número de republicanos destacados que se niegan a conformarse con él, Donald Trump se mantuvo firme el sábado al afirmar que el Partido Republicano no tiene por qué estar unido, ya que conseguirá votos demócratas para ganar en las presidenciales estadounidenses del próximo otoño.
"Creo que sería mejor si estuviera unificado, creo que sería... que habría algo bueno en ello", comentó el empresario en una entrevista con This Week, de ABC, para emitir el domingo. "Pero en realidad no creo que tenga que estar unificado en el sentido tradicional".
George H.W. Bush y su hijo, George W. Bush, los únicos expresidentes republicanos aún vivos, dijeron que no respaldarán la candidatura de Trump.
También dos de sus rivales a la nominación, el exgobernador de Florida Jeb Bush y el senador de South Carolina Lindsey Graham, están entre los que dijeron que no tienen previsto apoyar al empresario.
Trump restó importancia a los problemas que está teniendo para unir al partido y reiteró sus críticas a la favorita democráta, Hillary Clinton, a la que apoda "deshonesta Hillary".
El magnate volvió a comentar las infidelidades matrimoniales del expresidente Bill Clinton, en un adelanto de cómo tiene previsto el empresario responder a los ataques de Clinton y sus aliados sobre cómo trata a las mujeres.
"Está casada con un hombre que fue el peor abusador de mujeres en la historia de la política", dijo Trump de Clinton el sábado, en una comparecencia ante sus seguidores en el Centro de Convenciones de Spokane, apenas unos días antes de convertirse en el probable candidato republicano.
Trump parecía responder a las noticias sobre que Priorities USA, el comité independiente que apoya a Clinton, ya ha reservado espacios publicitarios en televisión por valor de 91 millones de dólares, unos avisos que empezarían el mes que viene.
Se espera que buena parte de la publicidad negativa contra Trump se centre en los comentarios despreciativos que ha hecho sobre las mujeres en el pasado.
Sin embargo, Trump advirtió el domingo de que "A ese juego pueden jugar dos". El favorito republicano expresó su desdén por una cultura de corrección política en la que, señaló, los hombres están "aterrados de hablar con mujeres".
Trump también se defendió, dijo ser un gran defensor de las mujeres y restó importancia a comentarios que hiciera en el pasado en ambientes como el programa de radio de Howard Stern, en los días antes de dedicarse a la política.
Algunos de esos comentarios se hicieron por entretenimiento, señaló, mientras que otros, como sus críticas a la actriz y presentadora Rosie O'Donnell, eran merecidos. "¿Y quién no hablaría mal de Rosie O'Donnell? Es terrible", comentó, intercalando una palabrota en la frase.