La noche del jueves 9 de abril se produjo un histórico encuentro entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
Agencias de noticias internacionales catalogaron la reunión como la más importante entre estos países en más de medio siglo.
La noticia la dio el propio Departamento de Estado de Estados Unidos (EU) al colgar en Twitter una foto de los personajes estrechándose la mano. Se reunieron horas después que el Departamento de Estado recomendara al presidente Barack Obama el retiro de Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo.
Secretary @JohnKerry shakes hands with Cuban Foreign Minister Bruno Rodríguez on sidelines of Summit of the Americas. pic.twitter.com/w1JfEwlXUx
LA LLEGADA DE BARACK OBAMA
Obama llegó al país ayer a las 6:45 p.m. en medio de un férreo dispositivo de seguridad. Su avión, el Air Force One, llegó procedente de Jamaica.
El sol ya se había escondido detrás de Cerro Azul cuando se abrió la puerta del avión. Sobre la alfombra roja dispuesta en la pista de la antigua terminal aérea de Tocumen, ahora de carga, lo recibieron el ministro de la Presidencia, Álvaro Alemán, y el embajador de Estados Unidos, Jonathan Farrar.Después del saludo protocolar, Obama y compañía caminaron entre la comisión de bienvenida. El mandatario saludó al hijo menor del presidente Juan Carlos Varela, y a dos de la vicepresidenta Isabel de Saint Malo de Alvarado, que lo esperaban al final de la alfombra roja: sonrisa, foto grupal y adiós.
En menos de lo que se puede decir “bienvenido” –o welcome– Obama se metió en uno de los cuatro helicópteros que lo esperaban en la pista con los motores encendidos y se perdió en la noche panameña.
Desde muy temprano, el equipo de seguridad tomó el control de la vieja terminal aérea: varias camionetas y carros, camión antibomba, agentes de la Casa Blanca en trajes, agentes de esos tipo SWAT con sus suéteres estirados por los músculos y forrados de dispositivos, agentes de la unidad canina, y gente con micrófonos en sus orejas y muñecas.
“This way, please. Wait here, please. Don't move, please. Back on the line, please. Check. Double check. Triple check. Follow me, please. Stay there, please”.
Salirse un milímetro del manual no es parte del plan. Fotógrafos y camarógrafos de medios locales e internacionales acatan cada orden recibida cordial e irrefutablemente dada. Casi como los momentos previos a subir al autobús para que comience la expedición escolar.
La banda musical de la escuela La Primavera de Santiago de Veraguas tocaba a más no poder, buscando vencer el ruido ensordecedor del Air Force One. La indiferencia de Obama hacia ellos y a las cuatro parejas de baile típico minuciosamente vestidas -y a los medios de comunicación- decreta la victoria del aeroplano.
Optimistas, igual bailan aunque el hombre más poderoso del mundo parece no enterarse que lo hacen para él. Obama está en Panamá. “It's showtime”.
EN PANAMÁ PACÍFICO
Horas antes, la impuntualidad marcó la llegada de los primeros mandatarios que arribaron a la capital para participar en la VII Cumbre de las Américas, que se inaugura hoy. Todos los presidentes que tenían previsto llegar al aeropuerto de Panamá Pacífico lo hicieron con horas de retraso en sus agendas.
La mayoría arribó en horas de la tarde y hubo un momento en que la pista de aterrizaje se quedó pequeña. El primero en llegar fue el mandatario de República Dominicana, Danilo Medina, aunque no hizo uso de la palabra al descender de su avión levantó la mano para saludar.Después llegaron Luis Guillermo Solís, de Costa Rica; y Horacio Cartes, de Paraguay. Solís y Cartes coincidieron en que tienen mucha expectativa en la Cumbre que reunirá a 33 mandatarios del hemisferio.La pista se congestionó, luego de que el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, de quien no se tenía programada su llegada, coincidiera con el vuelo del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que aterrizó a las 6:50 p.m. El vuelo del presidente de México, Enrique Peña Nieto, también estaba entrando a la pista.En tierra, los gobernantes hablaron de las expectativas del evento al que desde ya catalogaron de “histórico” y “trascendental”.Seguido, llegó el avión que trajo a Panamá al cubano Raúl Castro, quien también tuvo que esperar a que hubiese espacio en la pista. Castro, que fue recibido por el vicecanciller Luis Hincapié, saludó y habló rápidamente con la prensa cubana.