En un depósito de contenedores junto al extenso puerto de Róterdam, en Países Bajos, una grúa mueve una batería blanca de 30 toneladas para colocarla en un buque de transporte de mercancías, al que proporcionará ocho horas de flete sin emisiones.
El buque, el MS Den Bosch Max Groen, navegará entre los puertos de Róterdam y Den Bosch (Bolduque) utilizando un sistema pionero de baterías intercambiables, el primer despliegue comercial de esta tecnología en el mundo.
Según sus responsables, el proyecto podría suponer un cambio radical para el sector del transporte fluvial, aunque aún queda un largo camino por recorrer para que sea competitivo en términos de costes.
El sistema es sencillo y rápido: mientras el barco descarga su mercancía en uno de los tres emplazamientos habilitados cerca de Róterdam, una grúa extrae la batería descargada del barco y la sustituye por otra cargada.
“El propietario del barco, o el expedidor, no pierde tiempo en la recarga”, explica a AFP Michael Beemer, director general de Zero Emission Services (ZES), que fabrica las baterías.
La batería, llamada Zespack, se recarga en tres horas, y con ayuda de la grúa puede colocarse en el buque en apenas 15 minutos, según Beemer.
Con este sistema no se generan emisiones de CO2, ni de nitrógeno ni partículas.
Según Eduard Backer, director general de la empresa de logística Inland Terminals Group (ITG), que procesa un millón de contenedores al año, este barco permite ahorrar por sí solo unas 800 toneladas de CO2 al año.
“Creo firmemente en el transporte fluvial. Deberíamos esforzarnos por transferir muchas más mercancías de la carretera al agua”, apunta Backer.
Esta solución reviste especial importancia en Países Bajos, que tiene una de las mayores densidades de población del mundo y cuyas carreteras están muy congestionadas, especialmente en los alrededores de Róterdam.


