No soy una mujer débil, dice Rousseff, que critica 'métodos fascistas' en su contra

No soy una mujer débil, dice Rousseff, que critica 'métodos fascistas' en su contra


La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, acusó el jueves a sus oponentes de recurrir a "métodos fascistas" para sacarla del poder y reiteró que no va a renunciar porque no es una mujer débil, en entrevista a varios diarios internacionales.

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La presidenta, de 68 años, dijo que quienes han salido a las calles a manifestarse contra su gobierno no representan más que el 2% de la población y criticó sus "métodos fascistas". "Nunca habíamos visto tanta intolerancia en  Brasil ", dijo Rousseff a The Guardian.

Pero "no somos un pueblo intolerante", reparó.

Rousseff, que en 2014 fue reelegida para un segundo mandato, enfrenta una severa crisis política. Protestas en las últimas semanas exigen su renuncia, mientras su agrupación el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), otras organizaciones políticas y empresarios están envueltos en un megaescándalo de corrupción en torno a la petrolera estatal Petrobras.

El caso ha golpeado aún más a un país hundido en una recesión económica, mientras una comisión de la Cámara de Diputados evalúa un pedido para destituir a Rousseff por supuestamente haber maquillado las cuentas públicas. El abogado general del gobierno, José Eduardo Cardozo, asegura que ello es un mero pretexto para quitarle el mandato.

La presidenta advirtió que cualquier tentativa de desalojarla del poder al margen de las urnas sería "un golpe de Estado". "No estoy comparando el golpe con los golpes militares del pasado, pero sería una ruptura del orden democrático en Brasil ", agregó.

"¿Por qué quieren que renuncie? ¿Porque soy una mujer débil? No lo soy", aseguró.

El jueves, ONU Mujeres condenó la "violencia sexista" que sufre la presidenta, y pidió que las discrepancias políticas no abran espacio para la violencia de género.

La gobernante aseguró que si finalmente el Congreso da luz verde a su destitución, recurrirán a la justicia. "Apelaremos con cualquier fórmula legal posible", dijo al diario The New York Times.

Rousseff criticó a uno de los impulsores de su impeachment, el presidente de la cámara de Diputados, Eduardo Cunha, miembro del PMDB, partido que evalúa su salida del bloque oficialista.

Para Rousseff, Cunha activó el impeachment en la Cámara Baja para desviar la atención, debido a que es investigado judicialmente por lavado de dinero, en el marco del escándalo de corrupción que estremece el país.

La presidenta también defendió la nominación de su antecesor y mentor Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) como jefe de su gabinete y cuya toma de mando fue bloqueada por orden de un juez supremo, al considerarse que podría tratarse de una estrategia para blindarlo con fuero de ministro, cuando es investigado por ocultación de bienes, también por el mismo caso."Un jefe de gabinete no es inmune a una investigación, puede ser investigado por el Supremo Tribunal Federal", dijo a The Guardian.

Miles marchan en apoyo a Rousseff

Miles de brasileños salieron el jueves a las calles en Sao Paulo para mostrar su apoyo a la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta un procedimiento de juicio político en el Congreso por presunta mala administración fiscal.

Los organizadores dijeron que unas 30 mil personas participaron en la marcha, aunque la policía señaló que fueron 17 mil. Muchos de los inconformes se dirigían a la sede del canal TV Globo. Los simpatizantes de Rousseff acusan a la popular estación televisiva de obrar sin imparcialidad y de hacer campaña a favor de la destitución de la mandataria.

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