Las primeras horas de la Asamblea opositora



El reloj estaba por marcar las 7:00 de la mañana y las calles que rodean los edificios de la Asamblea Nacional estaban cerradas. El llamado anillo de seguridad se encontraba desplegado a lo largo de varias manzanas y por donde se mirara había miembros de las fuerzas armadas, listos para actuar en caso de algún incidente.

Los periodistas comenzaban a llegar a la esquina de Pajarito, entre la sede administrativa del Parlamento. Esa era el área dispuesta para el ingreso de los periodistas, los diputados y los invitados especiales.

Cerca de las 9:15 a.m., lentamente, empezaron a ingresar los diputados. A pesar de tener sus credenciales, debieron hacer fila y verificarse. Mientras el lugar iba llenándose de gente, una activista de Voluntad Popular gritaba cada cierto tiempo consignas: “Es un día de júbilo”, “Llegó la hora de liberar a los presos políticos”, “Leopoldo López, presidente”. Su tono subió cuando vio acercarse a unos diputados oficialistas: “Aquí no queremos narcotraficantes”, gritó a todo pulmón.

Julio Borges, secretario general de Primero Justicia y líder de la fracción opositora en la Asamblea, se acercó para cruzar y los periodistas le preguntaron por las declaraciones del presidente Nicolás Maduro la noche anterior, de que propondrá una ley para reactivar la economía y que espera que no lo bloqueen. “¿Por qué cuando ya se vencen los poderes habilitantes es que dice que va a hacer cambios? ¿Por qué no los hizo antes?”, apuntó.

Un poco más tarde llegaron Henrique Capriles y Henry Ramos Allup. Una ovación se escuchó al paso, mientras un fuerte bloque de seguridad los resguardaba.

Eran casi las 10:30 a.m., cuando se permitió el acceso a todos los periodistas y camarógrafos. Sería un día histórico también para la prensa y la libertad de expresión, ya que desde hacía cinco años que el acceso a la Asamblea era restringido y solo la televisora oficial podía transmitir las sesiones.

Pasada la valla del primer acceso formamos fila y en pocos minutos ingresamos a la sede del poder legislativo. Carteles con fotografías del fallecido presidente Hugo Chávez cuelgan de un edificio y están estampadas en banners colocados en los pasillos que dan acceso al salón de sesiones. Todo el mundo recorre el lugar, se toma fotografías y las comparte en sus redes sociales.

“Esto representa un hito de la lucha ciudadana... Tenemos que entender que esta Asamblea ejerce ahora una responsabilidad crucial de hacer cumplir ese mandato que es el cambio político y la transición en Venezuela. Esa Venezuela va a necesitar un gran acuerdo nacional para poder reconstruir nuestro país”, afirma la exdiputada e inhabilitada candidata para las pasadas legislativas María Corina Machado, a quien se acercaban periodistas y ciudadanos para pedirle que se tomara una foto con ellos.

La llegada de otro grupo causó revuelo. Son Lilian Tintori, esposa del encarcelado líder de Voluntad Popular Leopoldo López; la madre del opositor, Antonieta Mendoza, y Freddy Guevara, diputado y coordinador encargado de Voluntad Popular. Llegan vestidos con el liqui-liqui (chaqueta, pantalón y alpargatas), en honor a Leopoldo, porque -dice su madre- es una tradición familiar y él siempre lo lleva con mucho orgullo. Más fotos, parece una gala artística.

Cerca de las 11:15 a.m., arriba al área Diosdado Cabello, acompañado de Cilia Flores, esposa del presidente Nicolás Maduro, entre otros chavistas. El grupo no se detiene para entrevistas. Va directo al salón mientras sus seguidores gritan consignas: “Chávez vive, vive, la lucha sigue, sigue”.

A las 11:43 a.m., hacen el llamado para iniciar la sesión de instalación. Luego de surtidos los procedimientos que establece el Reglamento de Debates postulan a Henry Ramos Allup como presidente; a Enrique Márquez, como primer vicepresidente; y a Simón Calzadilla, como segundo vicepresidente.Omar Barbosa, quien hizo la postulación, manifestó que sin justicia no hay democracia y que trabajarán por un modelo económico con inclusión social y porque el poder judicial no sea instrumento de persecución política.

“Redondee, diputado”, le pide el presidente de la Comisión de Instalación, en alusión a que se estaba acabando su tiempo.

Luego, se abrió el “derecho de palabra”, y le correspondió al diputado Héctor Rodríguez, el coordinador del llamado Bloque de la Patria (fracción oficialista). “Son la mentira y la traición... y al pueblo le decimos que hemos recibido la bofetada electoral que nos obliga a rectificar, a hacer mejor las cosas”, manifestó, al tiempo que enumeró una serie de acusaciones contra el entonces virtual presidente de la Asamblea.

Luis Florido respondió. “...Hoy en Venezuela se acaba la Asamblea Nacional militarista y nace la Asamblea Nacional democrática”, aseguró.

Tania Díaz tomó turno para decir que la oposición estaba mostrando su verdadero rostro, la cara de los enemigos del pueblo. Y entre otras cosas la acusó de haber llegado a esas curules a costa de la muerte de 43 personas durante las protestas de 2014. Mientras hablaba, los diputados oficialistas levantaban una hoja en la que se veía el rostro de los fallecidos. “La historia de Venezuela hoy echa para atrás 30 años”, añadió.

Luego vino la votación, era ya pasada la 1:00 p.m. No hubo sorpresas, después de todo, la mayoría estaba en manos de la oposición. Entonces llegó la hora de juramentar a Ramos Allup y de que él hiciera lo propio con sus vicepresidentes. Acto seguido se propusieron dos nombres para ocupar la secretaría y subsecretaría, Roberto Marrero y José Luis Cardaya, respectivamente. El primero, un abogado con trayectoria en derechos humanos y miembro del equipo de defensa de Leopoldo López, y el segundo, uno de los artífices de la Mesa de la Unidad Democrática.

Esta postulación fue rechazada por Francisco Torrealba, diputado chavista, quien aprovechó su disertación para cuestionar la presencia del expresidente colombiano Andrés Pastrana, quien acudió a la sesión invitado por la Unidad. “Esa es la cuarta república”, “que entregó al país” [y señalaba a Pastrana, quien se puso de pie para que lo vieran], expresó, reiterando que su presencia en esa sesión era un acto de injerencia extranjera.

Marrero y Cardaya fueron juramentados y tomaron posesión. Diosdado Cabello se levantó de su curul y el resto le siguió, abandonando el hemiciclo. Al salir, en declaraciones a medios señaló que la bancada salió porque la oposición estaba irrespetando el reglamento de la sesión, al haberle dado la palabra a Julio Borges.

“Esta es la muestra de que la gente depositó su confianza en la Unidad, en nosotros”, expresó Ramos Allup, quien lamentó que los diputados de la bancada oficialista abandonaran el hemiciclo cuando aún no terminaba la sesión. “El cambio no es cuestión de calendario, es un hecho de cambio de sistema, de cambiar los que está muy mal”, aclaró, al tiempo que agregó: “Soy uno de los 112. Vamos a legislar, no a delegar”.

El veterano diputado destacó que “el cambio que proponemos es constitucional, pacífico y electoral. Nuestro compromiso es rescatar la autonomía del Parlamento”, dijo.

Más tarde, en Twitter, Cabello agregó: “Agradecimiento eterno a nuestro pueblo por tanto amor. Amor con amor se paga”. Y añadió: “Contra el odio, amor del bueno, aprendimos a ser revolucionarios y nada ni nadie nos hará cambiar. Mi vida le pertenece totalmente al pueblo”.

El presidente Maduro se dirigió a los venezolanos tras la instalación. “No olvidemos que estamos sometidos a una guerra de carácter no convencional que tiene el objetivo de implosionar las bases de nuestra patria”, declaró, según Venezolana de Televisión.

Para hoy, Ramos Allup convocó a una sesión ordinaria a la Asamblea Nacional para discutir, entre otros temas, las impugnaciones a los diputados opositores.

Ayer, Julio Borges, líder de la bancada opositora de la Asamblea, reiteró cuáles serán las leyes prioritarias para el período 2016.

Se trata de la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional, “para liberar a los presos políticos y que nadie sea perseguido por pensar diferente”; la Ley que otorga derechos de propiedad a la gente de la Misión Vivienda y “a los millones de venezolanos que viven en los barrios”, a los que les darán su título de propiedad; la Ley del cestaticket, para que los 3 millones de jubilados del país puedan vivir con dignidad; y la Ley de Producción Nacional, “porque no es posible que haya cuatro millones de hectáreas sin producir alimentos, y mil 200 fábricas expropiadas [durante los gobiernos chavistas] que no producen alimentos”, enumeró Borges.

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