¿Dónde debería enfocar su atención la comunidad mundial en los próximos 15 años? Salud, nutrición y educación pueden parecer prioridades fundamentales obvias pero, sorprendentemente, también hay una buena razón para considerar el acceso a la banda ancha. Triplicar el acceso móvil a internet en los próximos 15 años podría hacer que el mundo en desarrollo sea $22 billones más rico.
En Panamá, donde el 25% de la población se sumó a la banda ancha móvil en 2013, podría significar un beneficio adicional de $12 mil millones.
Esta discusión es importante, porque 193 Gobiernos se reunirán en la ONU, en septiembre de 2015, para ultimar una lista de objetivos que el mundo debe cumplir hacia 2030. Mi grupo de reflexión, el Copenhagen Consensus, le ha pedido a 60 equipos de economistas, entre ellos varios premios Nobel, que investiguen cuáles son los objetivos que aportarían el mayor beneficio por cada dólar gastado, para ayudar a esta reunión a tomar las mejores decisiones.
El profesor Emmanuelle Auriol y Alexia Lee González Fanfalone de la Escuela de Economía de Toulouse sugieren en un nuevo análisis, que la banda ancha podría ser una de las mejores inversiones para el futuro.
Con claridad, la rápida expansión del servicio de banda ancha ha transformado la vida de las personas en el mundo industrializado, y hay muchas razones para esperar que los países en desarrollo se puedan beneficiar al menos en la misma medida. El acceso a la información del mercado puede garantizar que los agricultores conozcan el precio para sus cultivos excedentes y no ser engañados por comerciantes sin escrúpulos, y que los pescadores al desembarcar la pesca en el puerto ofrezcan el mejor precio. Los modelos económicos proyectan que triplicar la cobertura de banda ancha móvil en el mundo en desarrollo, podría sumar hasta $400 mil millones al PBI mundial y crear más de 10 millones de empleos directos.
Un estudio del Banco Mundial mostró que un 10% de aumento en la penetración de la banda ancha, ayudó al crecimiento del PBI en un 1.4% en países de ingresos bajos y medianos. Esto es importante porque todavía persiste la brecha digital entre las regiones desarrolladas y en desarrollo, y cerrar esa brecha podría dar un gran impulso. Por ejemplo, mientras que la banda ancha móvil es utilizada por más del 83% de las personas en el mundo industrializado, la penetración es solo del 21% en los países en desarrollo.
Mientras que los gobiernos en Europa y en otros lugares siguen invirtiendo en una banda ancha más rápida y mejor, los mayores beneficios se obtendrán de ofrecer conexión de internet a la gente que aún no la tiene, la mayoría vive en países en desarrollo y emergentes.
El uso del teléfono móvil ya se extiende rápidamente en los países en desarrollo, lo que evita la necesidad de una infraestructura fija de estilo antiguo, y los servicios de datos pueden utilizar el mismo sistema. En China, tres cuartas partes de los usuarios de internet ya acceden a ella a través de los teléfonos móviles, y en Etiopía y Uganda cuatro de cada cinco utilizan internet móvil.
El estudio muestra que aumentar la banda ancha móvil alrededor de tres veces en regiones en desarrollo –de 21% a 60%– tendrá un costo significativo (alrededor de $1.3 billón). Esto es simplemente el costo de la infraestructura adicional necesaria para enganchar unos 3 mil millones más de conexiones a internet. Sin embargo, también se incrementará el crecimiento del PBI. En 2020, los beneficios serían casi medio billón anual, y estos aumentarían aún más hacia 2030. En las próximas décadas el beneficio total alcanzaría unos $22 billones. Por cada dólar gastado en la banda ancha móvil, los académicos estiman un beneficio de $17.
Si se alcanzara la meta del 60% de banda ancha en 2030, eso haría a cada persona en el mundo casi $11 mil más rica en promedio. Esta es una tecnología favorecedora tan importante que es difícil estimar el impacto total sobre la economía, que varía según las circunstancias locales. Lo que el estudio muestra, sin embargo, es que extender el acceso a internet es dinero bien gastado. Se crean trabajos directos en la organización que proporciona la red, e indirectos en la cadena de suministro. Una vez en su lugar, la banda ancha ayuda a crear más puestos en la economía en general. Las empresas se vuelven más eficientes e innovadoras. Todos estos factores aumentan la tasa de crecimiento económico y, por lo tanto, presentan un argumento fuerte para que los gobiernos incluyan el acceso a la banda ancha en la siguiente serie de objetivos mundiales.