Fidel, el gran ególatra



¿Qué hace diferente a Fidel de Stalin, Hitler, Pinochet, Trujillo, Somoza, Chávez y Maduro? Todos son dictadores y ególatras, atentaron contra los derechos humanos y desarrollaron la política del odio, como lo hace hoy Donald Trump.

Fidel establece una dictadura hereditaria, un linaje como el de Assad en Siria y los autócratas de Corea del Norte. Hace de Cuba una isla prisión, a pesar de ello muchos balseros arriesgan sus vidas en busca de la libertad y de la justicia social que no tienen en el paraíso de los Castro. Aquí los vemos en Panamá cruzando la selva de Darién y, en los tiempos de la dictadura militar, fue el gran negocio avalado por Fidel.

Desde muy joven milité a favor del movimiento del 26 de julio y me llamó la atención cómo ellos acudían a todos los mítines políticos para reclamar una acción revolucionaria.

Apoyé la lucha de la Sierra Maestra, allí surgieron dos líderes como Camilo Cienfuegos y el Che Guevara. Camilo era más popular que Fidel. A los dos los desaparece el ególatra, igual hace con Arnaldo Ochoa Sánchez, el gran estratega de las intervenciones castristas en África avaladas por la URSS.

Arnaldo fue el héroe de Angola y eso no lo podía soportar Fidel. El autócrata traicionó a sus mejores combatientes, nunca fue leal con nadie, su narcisismo no se lo permitía.

Fidel era el peón de los soviéticos, los cubanos ponían los muertos y los rusos cosechaban el poder. Fidel fue el eje subversivo de las guerrillas que se dan en la América criolla y fomentó las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con Chávez y Correa crea los santuarios de Venezuela y Ecuador.

La guerra de los misiles demuestra su irresponsabilidad, ataca a Kruschev por el acuerdo con Kennedy, prefiere una hecatombe nuclear a la paz. Su egolatría carece de coordenadas.

Todos los seres humanos tenemos luces y sombras, por eso Simón Bolívar manifestó que las revoluciones y sus líderes hay que observarlos de cerca y juzgarlos de lejos, o sea que el tiempo ajeno a las pasiones, dará objetivamente su veredicto.

Bolívar, uno de los hombres más ricos de la América criolla, muere en la mayor pobreza, toda su riqueza la invirtió en la lucha por la independencia y en socorrer a las familias de sus soldados muertos y heridos en combate. Fidel, en tanto, tiene una fortuna multimillonaria, Cuba es su gran negocio.

El problema de los comunistas es que se autoengañan, se creen infalibles, puros. Hoy Francisco declara que él es un ser humano, que comete errores, que se equivoca como le sucede con Santos en Colombia y Maduro en Venezuela.

La dialéctica histórica demuestra que los comunistas también son corruptos, totalitarios, amorales como los líderes de la derecha. Llegará el momento cuando el pueblo cubano se libere de sus ataduras y la pesadilla de hoy solo será un mal recuerdo.

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