Monólogos contra el olvido nacional

Monólogos contra el olvido nacional


La madre del escritor Javier Stanziola leyó la novela de Carlos Fong Aviones dentro de la casa, y le dijo a su hijo que tenían estilos similares, porque ambos contaban el devenir histórico de Panamá desde la perspectiva del impacto que los hechos ejercen sobre las familias.

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Un dolor que no se desvanece: 26 años de la invasión militar de Estados Unidos a Panamá

Stanziola le propone a Fong dramatizar parte de su texto de ficción, que gira en torno a uno de los momentos más tristes del devenir istmeño: la invasión militar estadounidense a Panamá el 20 de diciembre de 1989.

Fong acepta. Entonces Stanziola no solo edita una trama que se teje durante todo el libro en una escena corta, sino que además hace lo mismo con un segmento de Hombres enlodados, novela suya ganadora del premio nacional Ricardo Miró en 2012.

A Fong, promotor de la lectura, aquella propuesta le “pareció algo distinto y atractivo para hacer memoria. Luego maduramos la idea con Manuel Quintero (poeta y artista visual) y Danitza Barrera, quien es la actriz que hará los monólogos. Pienso que el proyecto ‘Monólogos de la invasión’ rescata la memoria de una forma efectiva”.

Durante la función “Monólogos de la invasión” se compartirán tres grupos de monólogos.



Estos dos autores hacen una convocatoria pública y reciben nueve monólogos. Tres serán leídos durante “Monólogos de la invasión”, que se llevará a cabo en el teatro La Estación (vía España) el 19 de diciembre, desde las 6:30 p.m.

“Los demás monólogos los daremos a conocer y los archivaremos de manera digital. Esto ayudará a que las personas conozcan más de la historia”, promete Fong, quien seleccionó los textos junto con Stanziola y Manuel Quintero.

“Se midieron varias cosas para decidirnos. Primero, que fuera un monólogo propiamente, su extensión y que tuviera una tensión dramática y un valor literario. Es decir, que fuera una pieza literaria con contenido y cierta forma”, advierte Carlos Fong.

“De los nueve recibidos, escogimos los más emotivos, los que tienen mayor tensión dramática. Es un reto para cualquier persona concentrar tantas memorias y emociones en una sola página”, plantea Javier Stanziola.

Durante la función “Monólogos de la invasión” se compartirán tres grupos de monólogos.

El primer grupo estará basado en obras de Fong y Stanziola, así como de Amelia Denis de Icaza y Carlos Changmarín. Danitza Barrera los interpretará.

Luego vendrá el trío de monólogos escogidos por el jurado: Estamos bien, de Isabel Burgos; Pasaporte a la libertad, de Leila Nilipour, y Qué harías si nos invaden los gringos, de Mirka Rodríguez. “Ellas mismas leerán sus textos. Así lo decidieron ellas”, indica Stanziola.

El tercer grupo será los monólogos escritos por el público que asista a esta actividad de entrada libre.

AQUELLA NOCHE

Cuando el Ejército de Estados Unidos llevó a cabo, en diciembre de 1989, el operativo “Just Cause” (Causa Justa), Carlos Fong residía en casa de su padre, ubicada en La Chorrera, en el corregimiento de El Coco, al lado de la Escuela Victoria D’ Spinay, justo en la avenida Interamericana.

Su residencia estaba cerca del cuartel de la Décima Zona de las Fuerzas de Defensas.

“Vimos pasar en la madrugada las tanquetas que venían como quien viene del interior del país. Luego fue un altavoz que pedía rendirse, pero en el cuartel no había nadie. Lo bombardearon y un avión fue el primero que disparó. Las casas que estaban detrás del cuartel se quemaron, pero allí tampoco había nadie”, recuerda Fong.

Mientras que a Javier Stanziola el dolor le tocó experimentarlo desde lejos.

Por aquellos días recién se había ido a estudiar teatro y actuación a la Florida Repertory Theater (Miami, Estados Unidos). No regresó al istmo, de forma permanente, hasta hace tres años.

“Los medios de comunicación de los Estados Unidos cubrieron muy poco de lo que pasó ese día en Panamá, y mucho menos de los meses de tanques y militares por todo el país. Regresé y me di cuenta de lo poco que conocía de esa historia y de lo difícil que es hablar de eso para muchos panameños”, expresa Javier Stanziola.

COMPRENSIÓN

Stanziola opina que la clase política del país y los que han ostentado el poder después de 1990 han comprendido a plenitud el alcance y las consecuencias de la intervención militar extranjera.

“Utilizan esas memorias para crear narrativas y políticas que apelan al deseo por la soberanía y al nacionalismo. El nacionalismo se ve en todo el mundo, pero lo de Panamá para los panameños que se ve hoy es algo teñido por esos últimos años del general Manual Antonio Noriega”, plantea Stanziola.

Otro escenario distinto, opina Stanziola, es para los muchos que no están en el poder “y tomamos esos eventos muy pasivamente. Nos conformamos con saber lo que ocurrió y decir que nunca lo olvidaremos. Nos hace falta reflexionar sobre los paralelos de las causas de la invasión, si han realmente cambiado las cosas, y qué haríamos hoy si nos enfrentáramos a algo similar”.

Para Carlos Fong, el problema con la invasión de Estados Unidos es que de pronto pasó a ser un tema tabú entre nosotros.

“La gente no quiere hablar de eso y otros prefieren olvidar. No hemos comprendido lo importante que es la historia como parte de nuestra identidad. No tenemos una cultura de la memoria. Hay formas de poder comprender lo que pasó: con educación, cultura y haciendo proyectos de rescate de la memoria”, anota Fong.

EDUCACIÓN

Ambos escritores lamentan que se registre un vacío en los libros de historia que llegan a las manos de los estudiantes sobre este triste suceso histórico.

“Porque los que negocian con el Ministerio de Educación lo que va en los textos oficiales, y a las editoriales que venden los libros, a ellos no les importa nuestra historia, ni nuestra cultura. Es más fácil sintetizar una historia que no es de ellos”, anota Fong.

Advierte Fong que son los docentes los llamados a dar “ayuda a los chicos, a conocer su historia de manera creativa y entusiasta con películas, videos, obras de teatro, investigaciones grupales. Mucho depende del docente y de su manera de enseñar”.

En opinión de Javier Stanziola, “sería incorrecto decir que esto no se enseña en las clases. A mi hijo, desde el tercer grado, le enseñan sobre el Canal, la lucha por la soberanía, las relaciones con los Estados Unidos. Lo que hace falta es que los estudiantes pasen de leer o recibir información y comiencen a procesarla, a crear conocimiento de esto”.

Pone un ejemplo. Los muchachos deberían comparar “cómo la narrativa de soberanía o muerte de aquel entonces se utiliza hoy para enfrentar problemas como los Panamá Papers, Waked y educación sexual. Enseñamos historia para el pareo, y no para generar conocimiento”.

LITERATURA

Sí existe dentro de las letras nacionales muestras que ayudan a analizar ese hecho de luto y dolor.

“La bibliografía nacional sobre el tema es muy extensa. Existe un discurso que permite hablar de una literatura de la invasión. La profesora Ileana Gólcher tiene un trabajo muy bueno sobre esa literatura. Y yo tengo un breve ensayo sobre la literatura de la invasión. Darla a conocer es el problema”, indica Carlos Fong.

Este cuentista plantea el siguiente canon. De no ficción: El libro de la invasión, de Pedro Rivera y Fernando Martínez; La verdad de la invasión, de Olmedo Beluche; La Operación Just Cause, de Mario Augusto Rodríguez y La invasión de Panamá, de José de Jesús Chuchú Martínez.

Entre las novelas, Fong destaca Operación Causa Justa, de Enrique Chuez y Negra pesadilla roja, de Mario Augusto Rodríguez. En cuento: Del otro lado del sueño, de Pedro Rivera y Un milagro bastante raro, de Víctor Rodríguez y Las Huellas de mis pasos, de Pedro Rivera.

En poesía, Fong resalta los versos sobre la invasión a cargo de los bardos Moravia Ochoa, Dimas Lidio Pittí, Héctor Collado, Bertalicia Peralta, Moisés Pascual, Martín Testa Garibaldo, Porfirio Salazar, Pedro Rivera, Manuel Orestes Nieto, José Franco y Carlos Francisco Changmarín.

Hay obras teatrales que Fong considera “relevantes” como La farsa de un centavo, de Álex Mariscal, y Clamor de madrugada, de Jaime Newball.

En tanto, Javier Stanziola recomienda la lectura del poema Sangre vidriada, de Manuel Orestes Nieto, “que es espectacular”, así como La casa rota, de Lucy Cristina Chau, “otro poderoso poemario sobre el tema” y los ensayos de Olmedo Beluche.

Otra opción para Stanziola es trasladarse a Un milagro bastante raro, de Víctor Rodríguez, obra que recibió el Premio Nacional Ricardo Miró en la sección Novela en 2008.

“También hay más de 1000 artículos académicos escritos sobre la invasión. Hay mucha información. Hay poco conocimiento generado desde esta”.

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