Panamá en guerra



Como en otros conflictos internacionales, antes y ahora, Panamá no tenía arte ni parte en la Primera Guerra Mundial. Por influencia estadounidense entramos en ella en abril de 1917.

En noviembre, cien años atrás, la Asamblea Nacional reconoció la existencia de un estado de beligerancia entre Alemania y Panamá a partir de aquel mes de abril. Así se pretendió ajustar a la Constitución nuestra participación en un evento bélico, por primera vez desde la fundación de la república en 1903.

El conflicto comenzó en Europa en 1914 e, inicialmente, enfrentó a las potencias centrales (Alemania, Austria-Hungría y Turquía) con la llamada “triple entente” (Reino Unido, Francia y Rusia). Estados Unidos permaneció neutral hasta 1917, cuando las actividades bélicas germanas (particularmente, los ataques a buques mercantes) colmaron su paciencia.

El 3 de febrero de 1917, Estados Unidos rompió relaciones con Alemania. Panamá, sujeta al poderío estadounidense, acató desde entonces las directrices del coloso en materia de guerra.

En previsión de un escalamiento de hostilidades, el 24 de febrero nuestra Asamblea Nacional, actuando en sesiones extraordinarias, dejó constancia, en una resolución, de “la profunda simpatía que le inspira el pueblo de Estados Unidos de América en esta hora solemne de expectativa universal”, y expresó“su voluntad de cooperar en la medida de sus fuerzas y de sus recursos a la defensa de los intereses y de los ideales comunes de los dos pueblos”.

El 10 de marzo, ante los “serios temores de que la actual guerra europea extienda su radio de acción hasta el continente americano”, la Ley #46 confirió“ciertas facultades” al Ejecutivo. Poco después, la Asamblea entró en receso hasta el 1 de septiembre de 1918, de acuerdo con la Constitución de 1904, la cual disponía la realización de sesiones ordinarias cada bienio, en años pares, por 90 días consecutivos.

El 6 de abril, el Congreso estadounidense declaró la guerra a Alemania. El día siguiente, una proclama del presidente panameño, Ramón Maximiliano Valdés, fue interpretada como declaración de guerra de Panamá, a pesar de que la Constitución atribuía exclusivamente dicha facultad a la Asamblea Nacional (artículo 65, numeral 7).

Aludiendo a la resolución del 24 de febrero y a la Ley #46, ya citadas, el presidente Valdés indicó que Panamá cooperaría con Estados Unidos “contra los enemigos que ejecuten o pretendan ejecutar actos hostiles contra el territorio panameño o contra el Canal de Panamá o que de algún modo afecten o intenten afectar los intereses comunes” de ambos países.

La suspensión de la actividad diplomática y consular germánica en nuestro territorio fue uno de los efectos de dicho pronunciamiento. El 9 de abril, mediante Decreto #13, el Gobierno Nacional canceló los exequátur de los cónsules y vicecónsules de Alemania.

El arresto de alemanes considerados “peligrosos” por Estados Unidos y su internamiento en Taboga, a cargo de personal militar estadounidense, bajo autorización panameña, fue otra consecuencia. Tuvo implicaciones para los derechos humanos, como en el caso de la señora Bartel y su hijo, menor de edad, privados de libertad a pesar de la ausencia de evidencias de colaboración con el enemigo.

En represalia, Alemania confinó a los estudiantes panameños Alexis Lindo, S. Sabló, Luis Salvat, Gilberto Solís y Francisco Villalaz en el campamento de Holzminden. Los buenos oficios de Matilde de Obarrio de Mallet, quien a inicios del año había fundado la Cruz Roja Panameña, lograron que la Cruz Roja Francesa les suministrara ropa y comida.

Una tercera consecuencia fue la prohibición del paso por el Canal de Panamá a buques de bandera alemana, unilateralmente ordenada por el presidente Woodrow Wilson en su proclama presidencial #1371, el 23 de mayo de 1917.

En noviembre se convocó a la Asamblea Nacional a sesiones extraordinarias, entre otros asuntos, para formalizar el estado de beligerancia con Alemania. Tras declararle la guerra Estados Unidos a Austria-Hungría, el 7 de diciembre de 1917, nuestra asamblea hizo lo mismo el 10 de diciembre.

El conflicto concluyó el 11 de noviembre de 1918 tras el armisticio de Rethondes (Francia). Como país beligerante, Panamá participó en la Conferencia de Paz de París (1919) y fue miembro fundador de la Sociedad de las Naciones (1920), antecesora de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), establecida en 1945.

El autor es catedrático de ciencias políticas en FSU Panamá.

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