Cien años de existencia conmemora hoy la Cruz Roja Panameña, fundada en 1917 por Matilde de Obarrio, Lady Mallet. Un siglo más tarde, el buen nombre de la organización se mantiene indisolublemente unido al de su fundadora, a quien se recuerda por haber aportado su energía, idealismo y prestigio a un fin humanitario de suma trascendencia.
Sus circunstancias familiares y sociales le permitieron encauzar estas y otras cualidades personales hacia la promoción del movimiento internacional de la Cruz Roja. En su Bosquejo de la vida colonial en Panamá, inicialmente publicado en inglés (1915), Lady Mallet alude a sus raíces panameñas y a las costumbres de la sociedad istmeña, en la que se desempeñaba con destreza.
Sus relaciones personales abarcaban amplios sectores en Panamá, la Zona del Canal y otros países. Dichas conexiones fueron fundamentales en la creación de la Cruz Roja Panameña, cuya acción benéfica se ha desplegado en todo el país.
Doña Matilde fundó la Cruz Roja con claros propósitos de humanidad y solidaridad en tiempos difíciles para el istmo. La apertura del Canal (1914) dejó cesantes y en la pobreza a numerosos trabajadores, entre ellos, muchos antillanos, quienes recurrían al ministro (embajador) del Reino Unido, sir Claude Coventry Mallet. Consta en su correspondencia que sir Claude compartía con su esposa, doña Matilde, detalles de la grave problemática social que le tocaba atender.
Lady Mallet probablemente obtuvo de su esposo las primeras informaciones acerca de la Cruz Roja. Sir Claude era consciente de que el Reino Unido fue uno de los 16 Estados que en 1863 acordaron en Ginebra, Suiza, el establecimiento de sociedades nacionales de socorro con el emblema de la Cruz Roja.
Siendo cónsul durante la Guerra de los mil días, en julio de 1900 tuvo lugar la batalla del puente de Calidonia. En esa ocasión, Claude Mallet organizó una “ambulancia de la Cruz Roja” para recoger a muertos y heridos. Esta acción humanitaria puede haber sido la primera actividad realizada en Panamá bajo la insignia de la Cruz Roja.
Como lo ilustra este episodio, sir Claude tenía gran talento para interpretar los hechos y actuar atinadamente, según los cánones de la diplomacia. Quien lee sus papeles puede apreciar la calidad de sus reflexiones sobre sus propias actividades en el país y los tiempos que le tocó vivir.
En su informe anual de 1907, por ejemplo, indica que ese fue en Panamá un año de “paz y progreso”, caracterizado por “considerable atención … al tema educativo”. Expresa optimismo sobre el progreso alcanzado tras la fundación de la República, optimismo que también se percibe en su sólido respaldo a la creación de la Cruz Roja Panameña.
Los cambios ocurridos desde entonces han sido enormes. En varias partes del mundo, particularmente en América Latina, las guerras entre Estados están hoy confinadas a los libros de historia. Pero los esfuerzos de la Cruz Roja no son menos necesarios ahora que un siglo atrás, especialmente en apoyo de los objetivos de salud y desarrollo y en beneficio de los sectores desfavorecidos.
Veintiocho embajadores han sucedido a sir Claude al frente de la legación británica en Panamá. En el lapso transcurrido, la misión de la embajada, así como del Gobierno británico, también ha cambiado. La legación se mantiene, sin embargo, pendiente del progreso del país.
En años recientes, la embajada británica ha dedicado tiempo y esfuerzos a contribuir al desarrollo de Panamá. En el ámbito de la cooperación científica, el Reino Unido ha destinado recursos a combatir el dengue.
Atenta a las necesidades educativas del país, como lo estaba sir Claude en 1907, la embajada británica lidera en el otorgamiento de becas, el entrenamiento de maestros y profesores bajo la iniciativa Panamá Bilingüe, y el apoyo a la formación vocacional a través del Instituto Técnico Superior Especializado (ITSE). Además, el Gobierno británico continúa apoyando el fortalecimiento de la institucionalidad, particularmente a través del programa de formación de jueces panameños.
Un siglo atrás, el vínculo entre sir Claude y Lady Mallet y sus deseos para el mejoramiento de Panamá simbolizaban la importante conexión entre nuestros países. En el centenario de la Cruz Roja Panameña, ambos estarían satisfechos de que los nexos que nos vinculan hoy sigan siendo productivos y beneficiosos.