‘La educación privada, tierra de nadie’



La educación panameña marcha sin rumbo, carece de una orientación puntual en sus propósitos. Los directivos son mediocres carecen de los ideales pedagógicos y de una actualización de los procedimientos innovadores para evaluar y supervisar la praxis educativa.

Uno de los aspectos más lamentables es el dejar hacer a la educación privada, ese sector es la tierra de nadie, allí cada colegio es un feudo. Hoy la educación privada es un negocio lucrativo.

La educación particular carece de supervisión y evaluación, a pesar de que atiende a una población considerable de la niñez y juventud del país.

La mayor parte de sus directivos, coordinadores y algunos de sus docentes son extranjeros, carecen del conocimiento del devenir panameño. Panamá tiene muchos educadores de alto nivel profesional para dirigir las escuelas de ese importante sector.

Aclaramos que en otras épocas llegaron a Panamá docentes de calidad; era un personal calificado, con formación humanística y pensamiento crítico. Así ocurrió con mi alma mater, el Instituto Nacional. Ellos fortalecieron las raíces compartidas y el alma nacional con sus reconocidas experiencias académicas.

Los educadores panameños que laboran en esos centros particulares se sienten humillados cuando son extranjeros recién llegados al país los que los coordinan y dirigen. Un personal sin la idoneidad profesional requerida, sin la competencia profesional para ocupar esos puestos y sin el ideario pedagógico de la educación contemporánea.

¿Y el Meduca qué hace? Nada.

La educación es más que el dominio de la tecnología y conocer otro idioma. La educación es formadora de la nacionalidad y del ser panameño.

La educación contribuye a fortalecer las raíces compartidas, el sentido de pertenencia, la identidad nacional y la memoria histórica.

Panamá es una nación aluvional, somos muchos rostros en uno, somos la suma de muchas etnias y culturas de todas las latitudes, por tanto la educación panameña tiene el deber de consolidar los valores éticos, cívicos y patrióticos de la comunidad nacional.

La realidad es trágica, ¿qué clase de panameños allí se forman?, ¿esos estudiantes conocen la historia de nuestro país, están identificados con nuestros ideales como nación, se sienten orgullosos de ser panameños?

El Meduca es ineficaz, mediocre e irresponsable en su misión de dirigir la educación nacional. Lamentablemente, el Gobierno nacional carece de una política educativa, aquí todo se improvisa, el derecho al futuro para las próximas generaciones no existe. Somos un barco en permanente naufragios. Me duele Panamá.

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