El prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Ludwig Mller, afirmó en forma tajante que en el Vaticano “no hay oposición en contra del Papa” y que “los cardenales están encargados de dar su vida” por el pontífice. De visita en Chile invitado por la Universidad Católica, atribuyó a los “vaticanistas” dichas versiones y afirmó que “hay muchos tontos. Están más interesados en ganar dinero con sus especulaciones que en el bien de la Iglesia”.
Rechazó también una supuesta lucha entre conservadores y progresistas, y llamó a vaticanistas y otros analistas a “estudiar antes los textos del Concilio Vaticano I y II y después pueden venir a discutir con el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe”. El sacerdote alemán, considerado un intelectual de relevancia en teología con más de 400 publicaciones, sostuvo que lo más importante de las conclusiones del último sínodo es que “la familia, el matrimonio, no son un constructor social que viene de una ideología que pueda variar de un día para otro”. Defendió que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, indisoluble, un sacramento y que “el progreso en el campo del matrimonio será favorecerlos y no relativizarlos”.
Consultado por la posibilidad de la comunión de las personas divorciadas, el cardenal Muller recalcó que “uno solo puede comulgar en el estado de la gracia”. En el tema del aborto, dijo que las leyes que hablan de una despenalización bajo ciertas causales “es la apertura de todos los abortos”.
En cuanto a la Teología de la Liberación -de gran impacto en América Latina a fines de los años 60- afirmó que lo más importante es que “no es un proyecto político social”. “Es como Gustavo Gutiérrez (teólogo peruano con el cual escribió un libro en los años 70) siempre dice, una teología.
Habla de Dios frente a las situaciones en la que la gran mayoría de la gente vive y cuando falta respeto a la dignidad humana y a los derechos humanos.
Añadió que esa corriente “es un necesario aporte a la situación de la Iglesia de hoy”.
En cuanto a los casos de abusos cometidos por sacerdotes y que la prefectura debe investigar, expresó que “un abuso sexual de parte de un sacerdote es, aparte de otros aspectos en el campo de la Iglesia, un abuso también de los sacramentos”.