Se le agua la fiesta a Trump

Se le agua la fiesta a Trump


La lluvia, el tranque vehicular y una baja calificación, fueron parte de la apertura del Trump Ocean Club, el edificio en forma de vela que está en Punta Pacífica.

La presencia de Donald Trump, el magnate estadounidense que hasta hace poco aspiraba a una nominación republicana a la Casa Blanca, se había anunciado como la máxima atracción del evento. Pero Trump y sus dos hijos –Donald Jr. y Eric– apenas estuvieron unas cuantas horas en el país. Aterrizaron en avión privado casi al mediodía, en Tocumen, y cerca de las 5:00 p.m. emprendieron el regreso a casa.

Se fueron sin siquiera pasar la noche en una de las 369 habitaciones y suites del edificio de 70 pisos y 284 metros de altura.

Lo que sí estrenaron los Trump fue el restaurante Tejas, dentro del hotel. Fueron los primeros clientes. Compartieron mesa con el presidente, Ricardo Martinelli.

De ahí, el grupo se dirigió al piso 12, donde están los salones de fiesta, para el corte de cinta.

En el salón había pocas figuras públicas. Ni un ministro acompañó a Martinelli, salvo el administrador de Turismo, Salomón Shamah, quien no fue invitado a cortar la cinta. Por el opositor PRD estaba el representante de Río Abajo, Javier Ortega. Sentados en primera fila, los hijos del mandatario, Ricardo Alberto y Luis Enrique.

Trump repetía que el proyecto “es uno de los edificios más bellos del mundo”.

“Más bello de lo que pensábamos”, recalcó.

El inmueble, que sus promotores mercadean como uno de los más altos de Latinoamérica, requirió una inversión de 430 millones de dólares. Martinelli calculó que en otro país habría costado más de mil millones.

El primer turista, de nacionalidad tica, llegó después de los actos. Trump dijo que las reservaciones estaban “volando”. El hotel estará 100% en operaciones en agosto próximo. Queda por acabar la marina y el casino.

Martinelli dijo que aceptó la propuesta de Trump para acoger el Miss Universo en Panamá, en el año 2013. Trump es dueño de la franquicia del concurso de belleza, que ya se celebró en Panamá en 1986 y 2003.

Mientras se llevaba a cabo toda la ceremonia, en la planta baja el personal utilizaba escobas para “barrer” el agua que entraba al lobby. En la calle, uno de los varados fue el asesor presidencial Aníbal Galindo.

Ayer mismo, pero en Nueva York, Moody’s anunció que bajó la calificación de Newland International Properties Corp. de B2 a B3 y mantiene la perspectiva negativa. Newland es una sociedad panameña que funciona como la desarrolladora inmobiliaria de Trump Ocean Club.

La calificación fue asignada evaluando el riesgo de negocio y posición competitiva del emisor en el sector; su estructura de capital y riesgo financiero; su desempeño proyectado a corto y mediano plazo, y los antecedentes y “tolerancia de riesgo” del equipo directivo.

La entrevista prometida a La Prensa no se celebró, pese a que había sido previamente acordada. La excusa de los organizadores fue que la periodista de este diario no se hallaba en el lugar. Cuando se demostró que había más de tres reporteros de este medio presentes, entonces dijeron que la agenda de Trump estaba “adelantada” y que, de todos modos, este no quería dar más entrevistas.

(Con información de Kerem Pérez, Manuel Vega Loo y Mónica Palm).

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