El séptimo festival en honor a la rana dorada cerró este domingo por todo lo alto, después de tres días de actividades. En horas de la mañana se llevó a cabo una caminata interna, en un esfuerzo mancomunado entre la comunidad, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y las escuelas del lugar.
"La caminata buscaba despertar el interés de la población, que debe sensibilizarse ante el problema que afronta el anfibio”, subrayó Heidy Ross, administradora del Centro de Conservación de Anfibios que funciona en El Valle de Antón, donde se ensayan acciones en laboratorio para reproducir a la rana dorada en cautiverio.
En ese sentido, Ross explicó que se trabaja en la reproducción in vitro todo el año, acompañada de múltiples campañas educativo-científicas dirigidas a las escuelas y a la población de El Valle para que reduzca el mal hábito de botar la basura en los ríos y dentro de los bosques. "Con esa actitud se acaba con el hábitat natural del anfibio", agregó.
En la actividad, la investigadora Heidi Ross adelantó que dentro de tres meses se espera un nuevo nacimiento de ranitas en el laboratorio de El Valle.
En tanto, Carlos Celis, miembro del comité organizador, dijo que este año la participación de la población fue totalmente voluntaria, lo que refleja que cada año se nota que el interés por conservar esta joya natural de El Valle recibe respaldo.