Para Proyecto Folclore conversamos largo con Reinaldo Quiroz, artesano que tiene más de 35 años de producir sombreros en La Pintada. Según Reinaldo, para hacer sombreros panameños se necesitan cuatro materiales diferentes, tres técnicas de tejido y tinte natural. Todos los sombreros panameños se tejen a mano; no se usa máquina de coser. Puede leer más sobre el proceso de confección en la imagen adjunta este blog.
La planta de bellota (Carludovica palmata) es una de las más usadas en nuestro país. También le llaman jipi-japa, toquilla y jícara. Para hacer el sombrero, se usan las hojas nuevas cerradas a las que se les llama cogollo. La hoja abierta no sirve porque ya está madura, y no permite que se obtenga la blancura necesaria. Los sombreros más finos usan la bellota más nueva: es más corta, pero blanquea más.
La palma de chonta o chunga (Astrocaryum standleyanum) es otra de las plantas que producen las fibras que se usan para sombreros panameños. La palma que lo produce usualmente solo crece en áreas montañosas, y tiene un tronco lleno de espinas; su cogollo u hoja nueva es lo que se usa para tejer. Se diferencia de la bellota por su color, textura y porque tiene cierto brillo natural. Esta fibra se entinta con chisná (Arrabidaea chica), que produce el color rojo que después se transforma en negro al sumergir la fibra teñida en cierto lodo de quebradas, y de allí sale el negro de las pintas de sombreros.
El junco (Cyperus sp.) es otro material que se usa para tejer sombreros: crece en un ambiente natural muy húmedo, al borde de las quebradas.
Según Reinaldo, se ha ido perdiendo la calidad de la materia prima porque mucha gente que se dedica a procesarla no sabe cortar ni tratar la fibra, que hace que los sombreros se "aguen" al mojarse; también el sudor los va dañando.
De acuerdo a Reinaldo, hay muchos estilos de sombreros. Por ejemplo,
Hay sombreros que Reinaldo llama "de fusión", que no son tradicionales. Por ejemplo, si ve un sombrero banco con unas marcas a los lados, fue puesto de moda en Panamá para el tiempo de los militares. Ellos hacían unas ferias en Río Hato; iban de camisilla, y se mandaban a hacer sombreros con marcas de talcos a los lados para representar su rango. También entran en esta categoría los sombreros de "colores" que hoy día se ven.