Entrevista con Guillaume Blanchard, un ingeniero óptico aficionado a la astronomía

Entrevista con Guillaume Blanchard, un ingeniero óptico aficionado a la astronomía


El ingeniero óptico Guillaume Blanchard, de origen francés, ha hecho de la astronomía su trabajo y su pasión. Este aficionado de la ciencia que estudia los astros —quien a lo largo de su vida ha trabajado en empresas dedicadas al desarrollo de telescopios hasta llegar a dar mantenimiento a lentes de grandes observatorios astronómicos importantes en el mundo— estuvo en Panamá recientemente compartiendo su experiencia con los miembros de la Asociación Panameña de Aficionados a la Astronomía (APAA).En los últimos ocho años Blanchard vivió en Chile, específicamente en el desierto de Atacama, sitio desde donde se observa uno de los mejores cielos para la investigación astronómica. Desde ahí formó parte del equipo de óptica del observatorio más grande y poderoso del mundo: el Observatorio Paranal, que se compone por el complejo astronómico Very Large Telescope de la European Southern Observatory, la organización astronómica más grande de Europa. En dicho observatorio le dio mantenimiento a grandes espejos primarios de 8.2 metros y secundarios de casi un metro de los cuatro enormes telescopios, además de otros telescopios de menor tamaño. Los telescopios del Very Large Telescope son utilizados por astrónomos que hacen minuciosas observaciones de carácter científico y estudios astronómicos. Al girar su mundo alrededor de la astronomía, Blanchard se sintió tentado por incursionar en la astrofotografía, un pasatiempo que ha cultivado, sin darse cuenta, con formalidad. Tanto así, que dos de sus astrofotografías han sido publicadas en la web de la NASA Astronomy Picture of the Day."He hecho algo de astrofotografía. La NASA nombra todos los días 'la foto astronómica del día', y he logrado ese premio dos veces. La gente puede mandar su foto, como aficionado o como profesional de la astronomía, y un comité va eligiendo la que colocará en la web de un día para otro", explica.Sobre sus fotos, el ingeniero señala que tuvo la "suerte" de que dos fuesen del agrado de los jurados, siendo elegidas y publicadas el 30 de julio de 2010 y el 28 de diciembre de 2011. "La primera la tomé en 2010 durante un eclipse de Sol en la Isla de Pascua. Fui a sacar fotos de este eclipse sin la idea de ganar este premio. La foto es una mezcla de varias fotos, que muestra todo el trayecto del Sol durante el tiempo del eclipse, por lo que se ven todas las fases. Es un conjunto de 50 fotos. La segunda es una fotografía que saqué en el Very Large Telescope, en la que se aprecia el cometa Lovejoy, los telescopios y la vía láctea". Ahora Blanchard se dispone a mirar el cielo desde otro punto del mundo y a trabajar a favor de la observación astronómica en Suecia, donde labora en una empresa que produce ópticas para telescopios.

UN 'HOBBY' HECHO PROFESIÓN

Desde niño el francés Guillaume Blanchard ha fijado sus ojos al firmamento, literalmente.

Su interés por mirar de una forma más profunda las maravillas astronómicas brotó en el aula. Recuerda que un compañero había llevado a la escuela un libro de astronomía que, al llegar a las manos de Blanchard, a los nueve años, le trazó el comienzo de un camino que hoy sigue construyendo: vivir de la astronomía.

Una vez sorprendido por las maravillas astronómicas que ofrece el universo, comenzó a interesarse por los astros y a estudiarlos. Su sueño de tener un telescopio se le cumplió a los 11 años. "Tuve mi primer telescopio refractor a los 11 años, era chiquitito, con él empecé a mirar la Luna y cosas así, ya los 13 años quise tener un telescopio más grande", por lo que se animó a construirlo. "Empecé a estudiar un poquito [sobre cómo se hace un telescopio] porque mi plan era tener un buen telescopio para ver el cometa Halley. Cuando el cometa Halley llegó en el año 1986 pude verlo a través de mi telescopio de unas 15 pulgadas de ancho que hice con la ayuda de amigos".

Al llegar a la universidad en Francia pensó en optar por astronomía, pero al final se decidió por estudiar algo en paralelo: óptica. De esta manera, continúa, "mi pasión evolucionó de construir un telescopio a obtener lo mejor de un telescopio. Para ello me alejé un poquito del cielo y me enfoqué más en mi trabajo de ingeniero óptico, y empecé a construir telescopios para observatorios. Hay uno en el Spaceobs [un sitio en medio del desierto de Atacama, en Chile, dedicado a manejar pequeños observatorios astronómicos privados] que hice, que mide unos 60 centímetros de ancho".

Considera como una gran aventura haber trabajado durante ocho años en el departamento de óptica del observatorio más grande del mundo, el de Paranal, compuesto por el complejo astronómico Very Large Telescope de la European Southern Observatory.

Estando en Chile descubrió su interés en la astrofotografía, así como también en la fotografía de medio ambiente. En entrevista con La Prensa cuenta detalles sobre su trabajo en el Very Large Telescope, su pasión por la fotografía y otros pasatiempos.

¿Qué se puede hacer en el Very Large Telescope?

En términos de estudios astronómicos, funciona de esta forma: un astrónomo que quiere hacer una observación va a pedirle tiempo al observatorio. El observatorio recibirá un montón de astrónomos con propuestas, y con un comité elegirá la observación que le parezca más importante, y va a darle tiempo para observación a esos astrónomos.

Hay dos opciones: el astrónomo viene al observatorio y hace la observación con un astrónomo de allí o solamente manda la información para que este pueda hacer la medición. Como tienen instrumentos muy distintos, se puede hacer de todo: se observan galaxias, planetas, lo que sea, y podemos hacer la observación con espectro de luz ultravioleta, infrarrojo, visible, etc.

¿Cómo se involucró en la astrofotografía y en la fotografía de la naturaleza?

La fotografía es un pasatiempo. Además de hacer astrofotografía, tomo fotografía de la naturaleza.

Pasé cuatro días en la selva en Panamá, en el Parque Nacional de Darién, tomando fotos y disfruté realmente de su naturaleza. Yo empecé a tomar fotos de naturaleza llegando a Chile, o sea hace ocho años. El hecho de que en Chile es mucho más fácil que en Europa estar cerca de animales me motivó a hacerlo. En Chile hay muchos lugares que son preciosos, y como ingeniero óptico que soy la fotografía ocupa lentes y todo eso está alrededor de mi trabajo.

¿Qué fotos pudo tomar en Darién?

Ir al Parque Nacional de Darién fue una aventura muy interesante. He captado una foto del águila harpía, había un nido de esta y fuimos al nido esperando ver al águila para tomarle la foto, fue muy emocionante porque es un ave muy importante para el país. En la selva nos pusimos a caminar de noche con la luz apagada, y escuchar todos los ruidos de la fauna nocturna fue una experiencia muy novedosa.

¿Cultiva otro pasatiempo?

Sí, ¡creo hay que ser multifacéticos en la vida! Tengo un hobby, que es estudiar historia de la ciencia óptica. Estoy haciendo un trabajo investigativo que trata sobre un óptico del siglo XVII, francés, que participó en la historia de los binoculares prismáticos.

Ese personaje era el monje Chérubin d’Orléans, quien en el siglo XVII trabajó para el rey Luis XIV de Francia, haciéndole un binocular que era enorme en esa época.

Yo estoy recopilando la historia de ese monje, del que se sabe muy poco, por lo que he trabajado con museos para ello. Reescribir la historia es una cosa que me interesa.

¿Qué le llama la atención de la astronomía?

De la astronomía, a mí siempre me han gustado las galaxias, la forma más amplia del universo. Me gusta ver planetas y observar cosas distintas, pero quizás más me llama la atención el hecho de que el universo es infinito, que no se puede medir. ¿Cómo todo eso existe, a dónde vamos y de dónde venimos? Yo creo que hay cosas que son lindas por ser lindas nada más. Hay cosas del universo que son como cuadros: uno mira algo y son como cuadros abstractos, por lo que pienso que también hay arte en la ciencia.

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