Juan Dual está rodando en bicicleta y sin aparato digestivo

Juan Dual está rodando en bicicleta y sin aparato digestivo


El enfermero español Juan Dual tiene 30 años, vive sin su aparato digestivo, y corre, literalmente, por su vida propia y por la de los pacientes con cáncer.

Hoy jueves se encuentra en ciudad de Panamá, luego de comenzar una travesía en bicicleta que tuvo a Nicaragua como punto de partida.

Su destino final será Ushuaia, ciudad argentina conocida como “el fin del mundo”, adonde desea llegar como meta simbólica para compartir su testimonio sobre cómo el cáncer ha trastocado su salud y la de su familia, y que a pesar de los obstáculos se debe continuar pedaleando en la carrera por la vida. En total serán unos 7 mil kilómetros su recorrido.

Este joven ciclista y corredor de fondo cuenta que necesita un patrocinio para volar a Medellín (Colombia), su siguiente parada, para lograr su misión: inspirar, motivar y ser un catalizador para que la gente haga lo que nunca ha hecho, y recaudar fondos destinados a la investigación contra el cáncer.



En su recorrido lo acompañan sus amigos Chema Solís y Daniel Meyer. Este movimiento de positivismo y empoderamiento lo ha denominado Running for life. Su travesía la difunde a través de su blog http://www.runnife.com, así como en sus cuentas de YouTube y en las redes sociales.

Dual heredó de su familia paterna una mutación en el gen Adenomatous Polyposis Coli (APC), que eleva el riesgo de padecer cáncer colorrectal y aumenta las posibilidades de desarrollar poliposis adenomatosa familiar, una enfermedad hereditaria que se caracteriza por ocasionar la aparición de más de 100 pólipos en el colon y recto.

Su padre sobrevivió al cáncer de colon, enfermedad que terminó con la vida de su abuela y de sus tíos (excepto uno), comenta Dual en entrevista a La Prensa

A partir de los 13 años, se le hicieron pruebas médicas que confirmaron que tenía esta mutación en el gen APC, por lo que “me dijeron que era mejor prevenir [el cáncer], y se decidió hacer la extracción del colon, recto, el estómago y “luego por una complicación (...) me tuvieron que quitar la vesícula biliar. En total fueron cuatro operaciones”, explica este maratonista que se alimenta de comidas sin grasa ni fritos.

¿Con qué objetivo planea recorrer 7 mil kilómetros por América Latina desde Nicaragua hasta Ushuaia, Argentina?

Este movimiento fue creado con la idea de animar y motivar a aquellas personas que atraviesan el cáncer o cualquier evento traumático. Es complicado [lidiar con enfermedades], pero solo tienes una oportunidad para vivir, luego no puedes mirar atrás y volver a intentarlo. Entonces, a pesar de la enfermedad que tengas o el problema que tengas, debes seguir haciendo cosas que realmente te llenen y te hagan feliz.

 



La finalidad de este viaje puede sonar algo loco, son 7 mil kilómetros en bicicleta con una persona que no tiene colon, no tiene estómago, no tiene recto y no tiene vesícula biliar, como es mi caso. A pesar de todo eso, planeo hacer 7 mil kilómetros en bicicleta acampando por toda Suramérica. ¡Es una locura!, pero lo que quiero hacer es llamar la atención, y decir: ‘¡Hey!, estoy aquí, y vamos a seguir haciendo más cosas’. Argentina, Ushuaia, es el destino final de esta etapa primera, pero vamos a seguir haciendo más cosas, así que Ushuaia será el principio de todo.

¿Cuál será la segunda etapa?

La segunda etapa es volver a España. (...) Queremos asentar el proyecto de manera definitiva y oficial para luego poder decir que vamos a seguir haciendo más.

Tengo una lista bastante grande de cosas porque no me quiero detener, quiero enviar un mensaje de que todo se puede hacer a pesar de las enfermedades; esto no es para España, no es para Panamá, no es para Nicaragua, es para todo el mundo, porque el cáncer le afecta a todo el mundo. Todos conocemos a alguien que tenga cáncer, todos, de alguna manera u otra siempre tenemos contacto con alguien con cáncer, con el vecino, tu compañero del instituto, tu madre, cualquier persona, hoy por hoy por desgracia estamos en contacto con esa enfermedad.

Lo que quiero hacer es continuar haciendo este tipo de desafíos físicos. (...) La gente me envía mensajes, cada día me llegan mensajes de gente que se siente motivada e inspirada por lo que está viendo en sus tierras, porque a pesar de todo lo que he pasado, y como he sufrido lo que he sufrido, sigo con ganas de hacer cosas hacia adelante, disfrutar cada día y seguir sonriéndole a la vida.

¿Con qué frecuencia come?

Como por hora. Simplemente tengo un reloj, y cada hora sé que tengo que comer. (...) Mi alimentación va primero antes que todo. No tengo la capacidad de mantener la energía, por eso debo comer constantemente.

¿Cuál es su fuente de fortaleza?

No quiero estar muerto. Quiero estar viviendo la vida. Me motivan mucho los mensajes que me envía la gente. Hace unos meses una familia de Santiago de Chile, me envió que le gustaría que yo conociese a su hija de cuatro años, que tiene una leucemia. Ese tipo de cosas me llegan mucho.

¿Qué mensaje brindarías a aquellas personas que atraviesan una condición de salud delicada?Que vivan. Si hay algo en la vida que crees que realmente te hará fácil, hazlo sin dudarlo, que nadie te lo impida, porque al fin y al cabo la vida solamente es una, y si crees que algo te hace feliz —claro, dentro de los límites lógicos— te llena o te apasiona, por favor, cógelo de la mano, disfrútalo y no pares, sigue haciendo cosas.

No te detengas. Hoy por hoy [los pacientes] tenemos la suerte de contar con cuidados médicos adecuados, pues hace 10 años las personas que fallecían de manera irremediable, hoy en día tienen 80 o 90 años. Muchos enfermos creen que no deberían hacer “esto” o “aquello” por la enfermedad, y no es así, es al revés. ¡Disfruta, disfruta de eso, sed felices, y ya está!

 

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